Vestimenta o vulnerabilidad: cuando Starbucks obliga a sus empleados a pagar por su imagen

Las demandas laborales revelan una grieta profunda entre la imagen corporativa de Starbucks y los derechos de sus trabajadores

Una camisa negra que desató una batalla legal

Starbucks, la icónica cadena de cafés con presencia global, está enfrentando una creciente ola de descontento legal luego de implementar un nuevo código de vestimenta que, según empleados en tres estados de EE.UU., representa una carga financiera injustificada. Las demandas presentadas en Illinois y Colorado, así como una queja ante la Agencia de Desarrollo Laboral de California, acusan a Starbucks de violar leyes estatales al no reembolsar a sus trabajadores por los gastos en los que incurrieron para cumplir con el nuevo reglamento.

¿Por qué una camisa negra —tan simple y aparentemente inofensiva— logró causar tanta polémica? La respuesta está en la delgada línea entre imagen corporativa y abuso laboral.

El nuevo código de vestimenta: estandarización o eliminación de la individualidad

A partir del 12 de mayo, todos los empleados de Starbucks en América del Norte deben vestir una camisa negra lisa, con o sin cuello, que cubra el abdomen y las axilas, combinada con pantalones caqui, negros o mezclilla azul oscura sin desteñidos ni patrones. También se aceptan vestidos negros que no superen las cuatro pulgadas por encima de la rodilla. El calzado debe ser negro, gris, azul oscuro, marrón, tostado o blanco, impermeable y sin diseños llamativos. Además, el código limita la cantidad de perforaciones faciales a una, prohíbe tatuajes en el rostro y maquillaje que sea considerado ‘teatral’.

La empresa otorgó dos camisetas negras gratuitas, pero muchos empleados señalan que tuvieron que gastar cantidades significativas de su propio dinero para completar el vestuario requerido. Según Brooke Allen, estudiante y empleada en Davis, California, gastó más de $147 dólares en ropa y calzado compatible. “Es absolutamente insensible por parte de la compañía esperar que rediseñemos completamente nuestro vestuario sin compensación”, aseguró.

Esta nueva política reemplaza una más permisiva instaurada en 2016, que permitía camisas con patrones y una gama más amplia de colores fomentando la autoexpresión. Un cambio que, dicen los demandantes, no solo homogeneiza la imagen de los trabajadores, sino que afecta emocional y económicamente.

¿Quién debe cargar con el costo de representar a la marca?

Las demandas alegan que Starbucks violó leyes estatales que exigen que las empresas reembolsen gastos que benefician principalmente al empleador. En Colorado, la ley también prohíbe imponer gastos a los trabajadores sin su consentimiento por escrito.

Un ejemplo citado es el de Gilbert Cruz, trabajador en Aurora, Illinois, quien pidió ser reembolsado por los $10 dólares que gastó para quitarse un piercing nasal y fue rechazado. Varios trabajadores más como Allen y Cruz relataron intentos fallidos de obtener reembolsos por los gastos necesarios para acatar el nuevo código.

“Creo que es injusto que una empresa multimillonaria espere que la gente que gana el salario mínimo financie su imagen sin recibir apoyo a cambio,” afirmó otro trabajador que se unió a la demanda colectiva.

Starbucks y su batalla contra la sindicalización

Detrás del conflicto subyace una lucha aún más profunda. Desde 2021, el grupo sindical Starbucks Workers United ha estado liderando un movimiento para sindicalizar más tiendas. Hasta ahora, han logrado sindicalizar alrededor de 640 locales de los más de 10,000 que posee la empresa en EE.UU.

Las tácticas han evolucionado: de las quejas ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (cuya operatividad fue limitada durante la administración Trump) a demandas colectivas en tribunales estatales, buscando protección más efectiva dentro de marcos legales específicos.

Este nuevo frente legal representa un cambio estratégico clave. Las leyes laborales en estados como California, Illinois y Colorado ofrecen bases sólidas para impugnar políticas empresariales consideradas abusivas, como las que obliga a los empleados a incurrir en gastos por consigna estética empresarial.

La estética contra el bolsillo: ¿vale la pena la "presencia de marca"?

Starbucks asegura que el nuevo código ayuda a que sus emblemáticos delantales verdes resalten sobre el fondo oscuro y crea una atmósfera familiar y profesional para los clientes. Pero los empleados, muchos de los cuales tienen que malabarear con estudios o trabajos adicionales, dicen que la empresa está priorizando la estética sobre el bienestar laboral.

“Ahora todos se ven tristes con tanta ropa negra,” dijo Brooke Allen. “Antes podíamos mostrarnos como éramos, ahora todos parecemos uniformados. Te hace sentir menos humano, más parte de una máquina”.

Es irónico que en un momento en el que las marcas luchan por proyectar inclusividad y autenticidad, Starbucks haya optado por una estrategia que limita la individualidad de sus empleados y les impone un costo personal por representar esa única imagen corporativa.

Opinión: Cuando la imagen mata la cultura corporativa

La estrategia de vestimenta de Starbucks no solo revela una desconexión con su fuerza laboral, sino que también plantea una pregunta crítica: ¿cuánto deben sacrificar los empleados para cumplir con los ideales estéticos de una empresa?

Un entorno laboral saludable no solo se mide por la limpieza del local o la cadena de suministros, sino por la forma en la que se trata a quienes dan la cara al cliente cada día. ¿Cómo espera una multinacional construir una "experiencia acogedora" para sus consumidores mientras genera molestias, malestar e injusticia para quienes hacen posible esa experiencia?

Las empresas tienen sin duda el derecho a establecer códigos de vestimenta. La clave está en que esas políticas deben acompañarse de responsabilidad corporativa: proporcionar los recursos necesarios o reembolsar los gastos, así como mantener canales abiertos de diálogo.

¿Será este el caso que marque un precedente y obligue a las corporaciones a repensar sus políticas internas? ¿O simplemente otro episodio en una serie de desencuentros entre capital e individuo en la economía contemporánea?

Datos clave y legislación relevante

  • Según datos del Departamento de Trabajo de EE.UU., el 51% de trabajadores del sector de servicios gana menos de $15 la hora, lo que aumenta la presión cuando se demandan gastos adicionales sin compensación.
  • En California, el Código Laboral Sección 2802 establece que los empleadores deben reembolsar a los empleados por todos los gastos necesarios para realizar su trabajo.
  • En Colorado, el estatuto C.R.S. 8-4-105 prohíbe imponer costos laborales a los empleados sin su consentimiento, incluso si el gasto es pequeño.
  • Starbucks, según su informe financiero anual de 2023, registró ingresos globales de $35 mil millones de dólares.

A la luz de estos puntos, la narrativa de Starbucks como una empresa socialmente consciente y empática parece desmoronarse dentro de sus propias paredes.

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Este artículo fue redactado con información de Associated Press