Italia bajo construcción: los mega proyectos ferroviarios que están transformando Europa
Túneles, trenes de alta velocidad y un puente mítico: así se está redibujando el mapa del transporte europeo hacia 2035
Una nueva era del transporte en Europa
Italia se encuentra inmersa en una de las transformaciones infraestructurales más ambiciosas de su historia moderna, y su impacto promete no sólo acelerar los tiempos de transporte, sino también redefinir cómo se conectan las ciudades europeas. Hablamos de una serie de proyectos colosales –principalmente ferroviarios– que buscan combatir el tráfico vial, fomentar el transporte sostenible y potenciar la economía regional.
Desde los túneles que cruzan los poderosos Alpes hasta un puente largamente soñado para unir Calabria con Sicilia, Italia lidera un proceso que cuenta con el apoyo decidido de la Unión Europea. Varios de estos proyectos están enmarcados dentro del plan de recuperación económica pospandemia, con una inversión estratégica de más de 25.000 millones de euros provenientes del fondo de recuperación de la UE.
El túnel de base del Brennero: la joya de la corona
El Túnel de base del Brennero será, una vez completado, el túnel ferroviario subterráneo más largo del mundo. Con 64 kilómetros totales (55 km entre Tulfes, Austria, y Fortezza, Italia, más extensiones existentes hasta Innsbruck), este proyecto transformará el transporte entre el norte de Italia y el sur de Alemania.
Se espera que esté operativo en 2032, con un coste estimado de 8.800 millones de euros. Uno de sus objetivos primordiales es sacar tráfico pesado de las carreteras: más de 2,5 millones de camiones cruzan cada año el Paso del Brennero. Las autoridades estiman que hasta la mitad del transporte de mercancías podría pasar al ferrocarril, un paso crucial para la sostenibilidad ambiental.
Lyon-Turín: el eje París-Milán a alta velocidad
Este mega proyecto, planeado desde hace décadas pero puesto en marcha en 2007, atraviesa los Alpes occidentales y conecta Francia e Italia. El eje cuenta con más de 65 km de túneles, incluidos 57,5 km del túnel base de Mont Cenis, desde Saint-Jean-de-Maurienne hasta Susa.
El objetivo es reducir el tiempo de viaje entre París y Milán de 6,5-7,5 horas a 4,5 horas, mientras se elimina de las vías alpinas entre Francia e Italia a más de 1 millón de camiones anuales. El proyecto, respaldado por la UE, Italia y Francia, tiene un coste de 11.000 millones de euros y se estima finalice alrededor de 2033.
No ha estado exento de controversias: protestas ambientalistas en el lado italiano han ralentizado el avance, aludiendo al impacto ecológico en los valles y la montaña.
La línea de alta velocidad Tortona-Génova: conectar el puerto con Europa
La importancia estratégica de Génova y La Spezia, como puntos claves del comercio mediterráneo, no podía seguir dependiendo de rutas carreteras obsoletas. Por ello se construye una línea ferroviaria de alta velocidad entre Génova (en la costa) y Tortona (en el norte), con conexiones directas al corazón industrial de Italia, incluyendo Milán.
La línea contará con 53 km de los cuales 37 serán túneles, siendo el más largo de más de 27 km. El coste: 8.500 millones de euros. Cuando comience a operar en 2025, reducirá el tiempo de viaje entre Milán y Génova a tan solo una hora.
Uno de sus objetivos más ambiciosos es lograr que para 2050, el 50% del transporte de mercancías desde los puertos ligures ocurra vía ferrocarril. La obra fue ralentizada por complicaciones geológicas, incluyendo la presencia de asbesto natural en los Apeninos.
El Puente del Estrecho de Messina: el puente que quería Roma
Quizá el más simbólico de todos los proyectos es el Puente del Estrecho de Messina. Se trata de una propuesta que data desde los tiempos del Imperio Romano, pero que por diversas razones –desde técnicas hasta políticas– nunca se concretó.
El puente unirá Villa San Giovanni (en Calabria) con Messina (en Sicilia) mediante un tramo único con seis carriles para automóviles y dos líneas ferroviarias. Una vez completado en 2032, reducirá drásticamente los traslados hacia y desde Sicilia e integrará la isla a la red ferroviaria italiana continental, hasta llegar a Palermo y Catania.
Con una inversión estimada de 13.500 millones de euros, este será uno de los puentes más largos y ambiciosos del mundo. Los críticos aluden a riesgos sísmicos en la zona, aunque los defensores argumentan que hoy existen tecnologías viables para construir de forma segura en estas condiciones.
Impacto económico, ambiental y social
Todos estos proyectos no sólo significan una reducción radical en tiempos de viaje, sino también un fuerte impulso para la economía local. La red ferroviaria actual de Italia ha comenzado a mostrar signos de obsolescencia y estos proyectos buscan situar nuevamente al país como un epicentro logístico del continente.
Reducción estimada de tiempos de viaje:
- Roma - Milán: ya reducido a 3 horas (gracias a la línea AV lanzada en 2008)
- Milán - París: pasará de 6,5-7,5 horas a 4,5 horas
- Verona - Múnich: bajará un 40%, a sólo tres horas
- Milán - Génova: bajará de 90 a 60 minutos
Ambos sectores, el de pasajeros y el de mercancías, se verán beneficiados. Pero particularmente este último podría experimentar un giro histórico: actualmente, buena parte del transporte logístico en Italia depende de camiones. Las nuevas líneas podrán desplazar varios millones de toneladas al año al ferrocarril.
Un estudio del Ministerio de Infraestructura italiano estimó en 2021 que una transferencia del 50% del tráfico de mercancías al tren reduciría las emisiones de CO₂ del sector transporte en las rutas implicadas en más de 2 millones de toneladas al año.
Una historia de integración europea
Estos colosales proyectos no pueden entenderse sin el contexto de la red transeuropea de transporte (TEN-T), un plan de infraestructura de la Unión Europea que busca conectar todos los Estados miembros por rutas sostenibles, eficientes e intercambiables.
La participación de la UE no es solo económica, sino también coordinativa, asegurando que las infraestructuras nacionales se integren en corredores como el Corredor Escandinavo-Mediterráneo o el Corredor Atlántico. Por ejemplo, el túnel del Brennero es pieza clave del eje de conexión entre Helsinki y Palermo.
El renacimiento del ferrocarril en Europa
Desde la pandemia de COVID-19, los trenes se han reposicionado como una alternativa ecológica, eficiente y segura frente a otros medios de transporte. Este regreso del tren está acompañado por el auge del tren nocturno, financiamiento prioritario de la UE, y políticas nacionales que apuntan a la eliminación gradual de vuelos cortos allí donde exista una alternativa ferroviaria menor a tres horas.
Francia ya lo hizo en 2022 con varias rutas desde París. Italia, con estos proyectos masivos, se prepara para asumir una posición protagonista en esta nueva movilidad continental.
Obras en paralelo: 40 proyectos estratégicos
Italia ejecutará en paralelo otros 40 proyectos ferroviarios estratégicos, como el tren de alta velocidad entre Nápoles y Bari (clave para el sur del país), financiados en conjunto con los fondos europeos de recuperación.
En un país donde el norte ha dominado históricamente el desarrollo económico e infraestructural, estos proyectos representan un giro hacia la cohesión territorial, uno de los principios fundacionales de la política europea.
Un puente hacia el futuro
Mientras las primeras palas perforaran el túnel del Brennero o se finalizan los trazados de túneles por los Alpes, Italia camina hacia un futuro más veloz, más verde y mejor conectado con Europa. En poco más de una década, será posible cruzar desde Sicilia hasta Alemania en una red continua de alta velocidad ferroviaria, algo impensable hace no más de 30 años.
Estas infraestructuras no son solo obras de ingeniería, sino también símbolos de una nueva etapa del proyecto europeo: la movilidad como derecho, la sostenibilidad como imperativo y la integración como prioridad.