Redadas, resistencia y represión: La nueva realidad migratoria en Chicago

Entre operativos encubiertos, activismo urbano y un sistema bajo escrutinio, la comunidad inmigrante enfrenta tiempos críticos

El regreso del enfoque duro contra la inmigración: el caso de Chicago

En los últimos meses, la ciudad de Chicago ha vuelto a ser una zona de operaciones intensas para los agentes federales de inmigración bajo la administración Trump. Desde redadas en barrios latinos hasta detenciones encubiertas de jornaleros en estacionamientos de tiendas de mejoras para el hogar, las tácticas empleadas por Immigration and Customs Enforcement (ICE) son cada vez más agresivas, y la respuesta del activismo local no se queda atrás.

Un nuevo patrón de persecución

Según múltiples activistas y organizaciones en la ciudad, las recientes actividades de ICE se están concentrando en dos tácticas principales:

  • Paradas de tráfico principales en vecindarios predominantemente latinos e inmigrantes.
  • Redadas a jornaleros en lugares como Home Depot o Menards, donde se reúnen trabajadores buscando empleo informal en construcción, jardinería y mantenimiento.

Estas operaciones se realizan generalmente sin uniforme visible, en vehículos no identificados y con agentes portando máscaras, lo cual ha generado temor y confusión—al punto que muchos en la comunidad les llaman 'secuestros' en lugar de arrestos.

La historia de Giselle y sus tíos

Giselle Maldonado, de 23 años, vivió personalmente el impacto de estas redadas cuando recibió un video viral en TikTok que mostraba a sus tíos, Gabriel Soto-Rivera y Eder Nicolas Jiménez Barrios, siendo detenidos mientras se dirigían a trabajar como técnicos HVAC. Pensaron que se trataba de una parada rutinaria de tránsito, pero eran agentes federales vestidos de policía federal.

“¿Quién va a cuidar ahora a los hijos de Gabriel?”, se preguntó Giselle con lágrimas. “Son bebés”.

Una red de activismo y tacto organizado

Chicago no es solo observadora: la resistencia comunitaria ha evolucionado. Desde años anteriores, las organizaciones pro-inmigrantes como Latino Union, Organizing for Chicago y otras han desarrollado prácticas de defensa entrenadas y descentralizadas.

Entre las formas de resistencia inmediata:

  • Siluetas en bicicleta: voluntarios patrullan barrios en bicicleta alertando de la presencia de ICE.
  • Silbatos naranjas: emergentes como mecanismo de comunicación rápida, alertan a vecinos del peligro inminente.
  • Divulgación viral en redes sociales: se comparten matrículas sospechosas de vehículos camuflados y ubicaciones de hoteles donde podrían alojarse agentes.
  • Demostraciones disruptivas: frente a propiedades federales o centros de detención temporal para presionar por transparencia.

“Es nuestro barrio, y no seremos silenciados”, proclama Baltazar Enríquez, uno de los líderes comunitarios más activos, mientras reparte silbatos a vecinos en Brighton Park.

El caso Silvério Villegas González: ¿exceso letal?

El asesinato de Silvério Villegas González, de 38 años y padre de familia mexicano, ha encendido la indignación no solo en Chicago, sino en todo el país. Silvério fue baleado mortalmente durante una “operación táctica” supuestamente justificada por intento de fuga y agresión contra un agente.

Pero la versión oficial presenta grietas:

  • El tiroteo ocurrió frente a una guardería, justo después de que Silvério dejara a su hijo.
  • Era un trabajador de cocina estable, con lazos sólidos en la comunidad.
  • La vigilancia se grabó y compartió por redes sociales antes de que se enviara un reporte completo a la familia o medios.

El gobernador de Illinois, JB Pritzker, y el presidente de México han expresado preocupación, mientras que el Consulado General de México en Chicago ha prometido “monitorear de cerca” la investigación.

“Era una persona amable y presente”, dijo Mary Meier, directora de la guardería donde dejó a su hijo esa mañana fatal. “Siempre se tomaba el tiempo de hablar con los maestros, de interesarse por su hijo”.

¿Dónde están los límites del uso de la fuerza y el perfil racial?

La operación más polémica hasta ahora fue aquella en Elgin, suburbio de Chicago, donde agentes rompieron puertas, aterrizaron helicópteros y esposaron a varias personas, incluyendo a un ciudadano estadounidense de origen mexicano, Joe Botello, que fue liberado tras mostrar su identificación texana.

Este caso provocó denuncias por parte de funcionarios gubernamentales que lo describieron como un “espectáculo político”. A pesar de las evidencias audiovisuales, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) insistió que “no se arrestó a ciudadanos estadounidenses, solo se les retuvo temporalmente por seguridad”.

Una comunidad organizada no es una comunidad vencida

Lo que está ocurriendo en Chicago refleja una lucha histórica entre la ciudadanía activa y el aparato estatal. Si bien el gobierno federal ha intensificado operaciones al margen del escrutinio judicial, la sociedad civil ha sofisticado su capacidad de respuesta.

La abogada Sarah Labowitz del Centro para la Justicia Urbana en Nueva York lo explica claramente: “Estamos viendo una forma de resistencia que no depende de tribunales, sino de presión social, visibilidad mediática y solidaridad vecinal”.

Estadísticas que importan

  • Más de 250 personas habrían sido arrestadas en operativos recientes, según informes internos de ICE revisados por una congresista de Illinois.
  • Más de 100,000 personas aún integran la lista de espera de trasplantes en EE.UU.; y decenas de ellas son inmigrantes indocumentados sin seguro médico adecuado.
  • El número de agentes ICE desplegados en Chicago ha aumentado en un 40% en los últimos tres meses, de acuerdo con Illinois Latino Policy Forum.

¿Hacia dónde va la respuesta pública?

Numerosos concejales, senadores estatales y activistas están solicitando:

  • Una auditoría federal de las tácticas de ICE en zonas urbanas.
  • El establecimiento de “zonas seguras” en lugares como escuelas, hospitales y centros comunitarios.
  • Revisión de los criterios de uso de fuerza letal en detenciones administrativas.

“La seguridad nacional no puede ser sinónimo de inseguridad comunitaria”, declaró la congresista Delia Ramírez, tras reunirse con sobrevivientes de las redadas.

Más allá de las fronteras: una herida que trasciende muros

Mientras activistas reparten silbatos y familias esconden a sus hijos ante la llegada de vehículos sin placas oficiales, la comunidad inmigrante de Chicago resiste. Lo hace con memoria histórica, con recursos limitados y con la fuerza que solo otorgan el miedo convertido en solidaridad y las lágrimas transformadas en organización.

Chicago no solo es hogar de inmigrantes: también es territorio de lucha.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press