Trump vs. la Reserva Federal: Un choque sin precedentes por el control económico de EE.UU.

El intento de destituir a Lisa Cook revela una ofensiva contra la independencia del banco central más poderoso del mundo

Una nueva batalla política en la Reserva Federal

La Reserva Federal de Estados Unidos, comúnmente conocida como la Fed, ha sido durante más de un siglo una institución con fuerte independencia frente a la política partidista. Sin embargo, esta tradición se encuentra bajo amenaza tras la reciente ofensiva de la administración Trump para destituir a Lisa Cook, una de sus gobernadoras. El intento se produce en una atmósfera cargada de tensiones políticas, con el expresidente nuevamente en la Casa Blanca e impulsando una agenda para reformular el sistema financiero desde la cúpula del poder.

¿Quién es Lisa Cook y por qué es el centro de la controversia?

Lisa Cook, economista reconocida por sus investigaciones sobre desigualdad económica e innovación, fue nombrada para el Consejo de Gobernadores de la Fed por el presidente Joe Biden en 2022. Su nombramiento fue celebrado como un avance hacia una mayor diversidad de pensamiento en las decisiones monetarias. Cook es la primera mujer afroamericana en ocupar ese cargo en la historia de la Fed.

Desde su llegada, ha abogado por un enfoque que considera no solo las metas tradicionales de estabilidad de precios y empleo, sino también los efectos inmediatos de las políticas monetarias sobre las comunidades más vulnerables del país.

El conflicto legal: ¿puede un presidente destituir a un gobernador de la Fed?

El conflicto se desata a raíz de una investigación impulsada por la administración Trump, que acusa a Cook de haber declarado simultáneamente dos propiedades como residencia principal, lo que supuestamente le dio acceso a beneficios hipotecarios indebidos. Sin embargo, documentos citados por The Associated Press revelan que Cook declaró su departamento en Atlanta como “segunda residencia” y “casa de vacaciones”.

Estas revelaciones minaron el sustento de las acusaciones. Un juez federal bloqueó su destitución alegando que la Ley de la Reserva Federal solo permite remover a un gobernador “por causa justificada”, es decir, por acciones indebidas mientras esté en funciones. Cook fue nombrada para su cargo en 2022, mientras que los hechos señalados datan de 2021.

Un precedente peligroso

Lo que sorprende no es solo la decisión de intentar remover a Cook, sino la magnitud del desafío que esto representa. Es la primera vez, en los 112 años de existencia de la Fed, que un presidente intenta destituir a un gobernador en funciones. Según muchos analistas, esto socava directamente la independencia del banco central, uno de los pilares de la economía estadounidense.

“Estamos entrando en terreno inexplorado”, señaló Peter Conti-Brown, experto en derecho bancario de la Universidad de Pensilvania. “Una remoción injustificada puede tener implicaciones profundas para la confianza internacional en la estabilidad institucional de EE.UU.”

El trasfondo ideológico

Esta no es la primera vez que Trump intenta reconfigurar organismos autónomos del Estado para alinearlos con su agenda. En su primer mandato, forzó la destitución de dirigentes en la Junta Nacional de Relaciones Laborales y la Comisión Federal de Comercio. En ese entonces, la Corte Suprema le otorgó la facultad de hacerlo por tratarse de agencias con estructuras distintas a la de la Fed.

En el caso de la Reserva Federal, la Corte ya ha sugerido que los gobernadores no pueden ser removidos al antojo del presidente, lo cual añade tensión al contexto actual. Sin embargo, con una composición conservadora en la Corte, no se descarta que surja una reinterpretación de este principio.

Lisa Cook y su resistencia

Cook ha asegurado que no renunciará y que no será “intimidada” por Trump ni por sus aliados. Su abogado, Abbe Lowell, reiteró que la economista cumplirá su mandato como corresponde, respetando su juramento y la aprobación del Senado.

“La señora Cook continuará ejerciendo las funciones que le corresponden como gobernadora confirmada por el Senado. Rechazamos categóricamente cualquier intento de socavar su legitimidad o profesionalismo,” indicó Lowell en un comunicado.

¿Qué está en juego?

La Reserva Federal no es solo un órgano técnico. Sus decisiones afectan la vida cotidiana de millones de personas, desde las tasas de interés de las hipotecas hasta la inflación y el crecimiento del empleo. La politización del organismo más relevante en la política monetaria amenaza con desestabilizar los mercados financieros y tornar las decisiones económicas en armas partidistas.

Si los gobernadores comienzan a sentirse vulnerables a represalias políticas, es probable que pierdan la capacidad de actuar de manera independiente y técnica. Esta posibilidad encendió las alarmas de economistas, bancos centrales de otros países y líderes de opinión.

¿Qué dicen los expertos?

“Si la Fed pierde su independencia, podríamos ver consecuencias fatales para la credibilidad internacional del dólar,” explicó Mohamed El-Erian, exdirector del fondo PIMCO y analista financiero de Bloomberg. “La historia muestra que cuando los bancos centrales ceden a la presión política, la inflación se descontrola y se pierde la confianza de los mercados.”

Según datos del Banco de Pagos Internacionales, las economías cuyas autoridades monetarias gozan de independencia funcional tienden a registrar una inflación promedio 3% menor que aquellas con bancas centrales cooptadas por el Ejecutivo. En un contexto post-COVID, con desafíos como inflación persistente y volatilidad de mercado, la Fed necesita operar con máxima autonomía.

Futuro incierto

El caso de Lisa Cook representa mucho más que una disputa legal. Es un punto de inflexión sobre hasta dónde puede llegar el poder presidencial y qué significa, en la práctica, la independencia de las instituciones. En un mundo cada vez más polarizado, estos detalles técnicos se convierten en trincheras simbólicas de una lucha mayor por el alma de la democracia estadounidense.

No está claro si la Corte Suprema aceptará intervenir para decidir el destino de Cook. Lo que sí parece inevitable es que este conflicto será un referente para el futuro funcionamiento de los poderes en EE.UU., determinando si los banqueros centrales son tecnócratas protegidos o simplemente empleados al servicio de la política del día.

¿Un cambio sistémico?

Algunos analistas ven estos movimientos como parte de una tendencia más amplia impulsada por populismos globales: socavar organismos autónomos para dar paso a liderazgos ejecutivos hipervitaminados. Desde Brasil hasta Hungría, pasando por Estados Unidos, el intento de controlar bancos centrales, fiscales o tribunales refleja una mutación democrática preocupante.

“Hubo en otro tiempo un consenso tácito respecto al respeto de ciertas instituciones, como la Reserva Federal. Hoy vemos que ese respeto se está diluyendo,” indicó Anne Krueger, exfuncionaria del Fondo Monetario Internacional.

La importancia de resistir

Más allá de la figura de Lisa Cook, lo que está en juego es el principio de que ningún presidente puede utilizar el aparato del Estado para deshacerse de funcionarios no alineados con su agenda. La Reserva Federal es uno de los últimos pilares técnicos de la democracia estadounidense, y golpes como este pueden quebrarla de modo irreversible.

En palabras de Jerome Powell, actual presidente de la Fed: “Nuestro legado no puede ser la sumisión a la política. Nuestra misión es la estabilidad financiera en beneficio de todos los estadounidenses, no solo de quienes tienen el poder.”

En tiempos donde el conflicto entre técnica y política se profundiza, el caso Lisa Cook será probablemente recordado no por su desenlace, sino por el precedente que siente para las futuras relaciones entre el poder económico y el poder político en Estados Unidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press