Amenazas globales en tiempos modernos: Rusia, China, Irán y el terrorismo según el MI6

El legado de Richard Moore al frente del espionaje británico y las inquietudes de seguridad que marcarán el futuro

El adiós de un espía

Richard Moore, jefe saliente del MI6 (el Servicio Secreto de Inteligencia Británico), cerró una etapa de cinco años al frente de la agencia con un discurso que resonó más allá de los muros donde fue pronunciado, en la vibrante ciudad de Estambul. Durante su intervención, delineó con minuciosidad los principales desafíos de seguridad que enfrenta Occidente en la actualidad: la persistente amenaza de Rusia, el ascenso estratégico de China, la desestabilización regional promovida por Irán y el persistente riesgo del yihadismo global.

Rusia: una amenaza activa y militarizada

Moore no escatimó palabras hacia Moscú, responsabilizando directamente al gobierno ruso por obstaculizar cualquier posibilidad de paz en Ucrania. Según el jefe del MI6, la guerra iniciada por Vladimir Putin ha sido prolongada gracias al apoyo externo de países como Irán, Corea del Norte y China. Pero lo más significativo fue su señalamiento respecto al rol de China al proporcionar componentes electrónicos de doble uso y productos químicos que mantienen operativa la maquinaria bélica rusa. "Mientras Putin sienta que aún puede ganar militarmente, la paz será una ilusión", advirtió Moore.

Desde la invasión de Ucrania en 2022, el Reino Unido ha estado estrechamente involucrado en la defensa de ese país, tanto con armamento como con información. La agencia MI6 ha sido clave en interceptar comunicaciones y operaciones rusas que pretendían golpear infraestructuras críticas ucranianas y expandir sus campañas de desinformación en Europa.

China: entre la cooperación y la confrontación

La visión de Moore sobre China fue, en sus propias palabras, "una dicotomía entre oportunidad y amenaza". El Reino Unido aspira a una relación "respetuosa y constructiva" con Pekín, pero esa aspiración está condicionada a que China respete las reglas del juego internacionales.

Los servicios británicos han acusado repetidamente a espías chinos de infiltrarse en sectores clave como la política, la defensa y los negocios. Moore advirtió que si China continúa proveyendo apoyo directo o indirecto a Rusia, ese vínculo será insostenible. Además, alertó sobre el desarrollo tecnológico chino destinado a vigilancia masiva, el uso de inteligencia artificial con fines militares y la expansión geopolítica a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.

Irán: el dilema nuclear y la inestabilidad regional

Otro eje central del discurso de Moore fue Irán, un país cuyo programa nuclear suscita alarma global desde hace años. Si bien Irán sostiene que su programa tiene fines pacíficos, Occidente e Israel lo han interpretado de otra manera. Desde que Estados Unidos se retiró del acuerdo nuclear en 2018, Irán ha escalado en sus actividades nucleares.

En 2024, las tensiones alcanzaron un punto crítico con un conflicto de 12 días entre Israel e Irán, durante el cual Israel bombardeó instalaciones nucleares iraníes. Esa confrontación también interrumpió las ya frágiles negociaciones entre Teherán y Washington, e Irán dejó de cooperar con la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Para el MI6, la solución requiere un cambio de mentalidad por parte de Iran. “No hemos detectado señales claras de cambio en la estrategia iraní”, dijo Moore, añadiendo que un restablecimiento regional es imposible sin un Irán dispuesto a abandonar su papel desestabilizador en el Medio Oriente.

Islamismo radical: una amenaza persistente que evoluciona

Si bien las organizaciones yihadistas como Estado Islámico y al-Qaeda han sido debilitadas, Moore fue firme en advertir que están intentando reorganizarse. El espacio digital está siendo explotado por estos grupos para difundir sus ideologías violentas e inspirar actos de terrorismo solitario en Occidente.

“Sólo mediante buenas alianzas internacionales y gobiernos capaces de abordar las causas profundas de la radicalización podremos frenar su resurgimiento”, afirmó Moore. Esto requiere inversión en educación, inclusión social y vigilancia digital. Asimismo, abogó por un proceso de paz verdadero en Gaza como parte de una estrategia más amplia contra el extremismo islámico, diciendo que la paz en esa región es también “clave para la seguridad global”.

El legado de una era y la llegada de una nueva

Moore dejará el cargo a finales de este mes y será reemplazado por Blaise Metreweli, quien será la primera mujer en ocupar la dirección del MI6. Hasta ahora ha liderado soluciones tecnológicas y espionaje cibernético como “Q”, el cargo responsable de las innovaciones dentro del servicio, título inspirado en el célebre personaje de James Bond.

Con un giro romántico y nostálgico, Moore cerró su discurso diciendo: “Ahora cuelgo mi capa, regreso la daga imaginaria a su vaina y entrego mi famosa pluma verde”, refiriéndose al símbolo distintivo de los directores del MI6.

Las agencias de inteligencia en el siglo XXI

El discurso de Moore en Estambul sirve como advertencia y mapa del complejo escenario geoestratégico en el que se mueven las potencias. Ya no se trata sólo del espionaje tradicional, sino de ciberespionaje, manipulación informativa, financiación de conflictos y redes globales de alianzas y amenazas.

Como muestra de la relevancia del espionaje en estos tiempos, el presupuesto de inteligencia del Reino Unido ha crecido año tras año desde 2016, alcanzando cifras cercanas a £3.000 millones en 2023. La coordinación con otras potencias aliadas, como Estados Unidos, Francia y Alemania, es más activa que nunca a través de redes como Five Eyes.

Sin embargo, Moore reconoció que los viejos modelos están en jaque, y que el futuro del espionaje dependerá de cómo se integren la inteligencia artificial, el análisis predictivo y la ciberseguridad para prevenir –en lugar de reaccionar ante– las amenazas.

¿Qué nos enseña el caso Moore?

La salida de Richard Moore representa el fin de una etapa marcada por una serie de retos sin precedentes: desde el Brexit hasta la pandemia, pasando por la guerra en Ucrania y el creciente conflicto en Medio Oriente. Bajo su administración, el MI6 se adaptó a un entorno cambiante donde los enemigos ya no actúan solamente en las sombras sino también en redes sociales, cadenas de suministro y laboratorios clandestinos.

El espionaje moderno no es sólo cosa de trajes oscuros y reuniones secretas. Es también guerra de narrativas, manipulación digital y control de tecnologías emergentes. Y al igual que Moore pasa la pluma verde a su sucesora, el mundo espera que esta nueva etapa del espionaje británico esté a la altura del complejo tablero global en el que nos encontramos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press