El patriarca Bartolomé enfrenta al Kremlin espiritual: Por qué la Iglesia Ortodoxa Rusa está en el centro del conflicto de Ucrania
El líder espiritual de los ortodoxos denuncia el uso de la religión como arma política por parte de Moscú y defiende la independencia de la Iglesia Ucraniana
Por décadas, el Patriarcado de Constantinopla ha intentado mantener un delicado equilibrio en el concierto ortodoxo. Pero el conflicto entre Rusia y Ucrania ha quebrado esa estabilidad. El líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo, el Patriarca Ecuménico Bartolomé, ha dejado claro dónde se sitúa: del lado de la conciencia religiosa libre frente a la hegemonía política y eclesial de Moscú.
Una división que ya se gestaba desde 2018
La relación entre el Patriarcado de Moscú y el de Constantinopla (residencia del Patriarca Bartolomé, con sede en Estambul) ya estaba rota desde antes de la invasión rusa de Ucrania en 2022. En 2018, la Iglesia Ortodoxa Rusa rompió la comunión con el Patriarcado Ecuménico por la decisión de este de reconocer la independencia de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania en 2019, constituyendo así una nueva jurisdicción, libre de la tutela moscovita.
Este movimiento histórico no fue solo un cambio administrativo. Fue una reafirmación de soberanía y una negación de la ideología del "Russkiy Mir" o Mundo Ruso, una doctrina instalada por Moscú que sugiere que ciertos territorios, incluidas Ucrania y Bielorrusia, están espiritualmente subordinados a Rusia.
“La Iglesia Rusa ha bendecido una guerra fratricida”
Durante su reciente visita a Estados Unidos, Bartolomé no ahorró críticas contra el Patriarcado de Moscú. En declaraciones ante el Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York, acusó a la Iglesia Ortodoxa Rusa de dar su bendición a la invasión rusa de Ucrania y, lo más impactante, de aprobar el “asesinato de otros cristianos ortodoxos”.
La responsabilidad recae principalmente en el patriarca ruso Kirill, quien ha respaldado abiertamente la guerra. En 2022, presidió un concilio eclesiástico en el que se declaró que la invasión era una “guerra santa” contra Occidente, al cual acusan de haber “caído en el satanismo”. También afirmó que los soldados rusos muertos en combate tienen el perdón de sus pecados garantizado, una afirmación que ha sido duramente criticada por líderes religiosos y analistas.
¿Qué es el 'Russkiy Mir'?
La ideología del 'Russkiy Mir' (Mundo Ruso) se ha convertido en una herramienta político-religiosa. Según esta doctrina, Rusia no solo tiene derechos geopolíticos sobre Ucrania y otras exrepúblicas soviéticas, sino también una autoridad espiritual y moral. Esta mezcla de imperialismo cultural, ortodoxia religiosa y nacionalismo ruso refuerza la visión de Moscú como la “Tercera Roma”, una ciudad sagrada llamada a liderar el mundo cristiano ortodoxo frente a lo que consideran la decadencia moral de Occidente.
No es casual que el patriarca Kirill repita un discurso que coincide, punto por punto, con el del Kremlin. El nacionalismo religioso ha sido pieza clave en la narrativa de Putin para justificar la anexión de Crimea en 2014 y la guerra en Ucrania desde 2022.
Una lucha por el alma ortodoxa
La fractura entre Constantinopla y Moscú va más allá de lo político. Pone en juego la identidad del cristianismo ortodoxo. Bartolomé recordó que los ucranianos, al crear una iglesia autocéfala (independiente), lograron liberarse de una institución religiosa que ha cedido ante los intereses del Estado. “Ya no están sujetos a una iglesia que se ha comprometido moralmente —dijo—. Ahora tienen la libertad de conciencia que deseaban”.
El respaldo del Patriarcado de Moscú a la guerra también ha levantado preocupación dentro de Rusia misma. Algunos sacerdotes rusos han sido perseguidos por no alinearse con el discurso oficial, enfrentando cárcel o incluso excomunión.
La Iglesia Ortodoxa de Ucrania: entre la independencia y el escepticismo
Después del reconocimiento del Patriarca Bartolomé a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania en 2019, se han producido tensiones entre esta nueva iglesia y la estructura eclesial que permanecía bajo la autoridad moscovita. Esta última, intentando mantener su influencia, anunció en 2022 una separación “formal” de Moscú, pero el gobierno ucraniano mantiene sus dudas.
En diciembre de 2022, Ucrania inició procedimientos legales para restringir la actividad de esta iglesia prorrusa, alegando riesgo para la seguridad nacional. La decisión provocó protestas, pero también apoyo popular. Una encuesta de abril de 2023 del Kyiv International Institute of Sociology reveló que el 68% de los ucranianos respalda las medidas contra entidades religiosas ligadas a Moscú.
Una figura sin poder absoluto, pero con autoridad moral
El Patriarca Ecuménico Bartolomé es considerado “primus inter pares” (primero entre iguales) de los líderes ortodoxos, a diferencia del Papa en la Iglesia Católica que ejerce autoridad suprema. La Iglesia Ortodoxa es descentralizada; cada iglesia nacional se autogobierna, pero comparten dogmas, liturgias e historia.
Desde su sede en el antiguo Constantinopla (hoy Estambul), Bartolomé lidera una pequeña comunidad cristiana en Turquía pero ejerce una enorme autoridad espiritual en todo el mundo ortodoxo, particularmente en la diáspora griega en América y Europa. En contraste, el patriarcado ruso se estima que pastorea a más de 100 millones de fieles, según un estudio del Pew Research Center de 2017.
Fe y política en tiempos de guerra
Durante su visita a EE.UU., Bartolomé también abordó temas globales, como el conflicto en Gaza entre Israel y Hamas, el auge del extremismo en línea y la violencia política. Aunque elogió la separación de poderes en EE.UU., advirtió sobre la necesidad de incorporar la fe en la esfera pública. Citó a George Washington: “La religión y la moralidad son indispensables para un buen gobierno”.
Su mensaje es claro: la religión no puede ser utilizada como justificación para el derramamiento de sangre. Ni siquiera —y menos aún— cuando se trata de pueblos que comparten una misma tradición espiritual. La guerra en Ucrania no solo es una tragedia geopolítica, sino también una herida teológica.
Premio Templeton: un reconocimiento a su liderazgo
El 24 de septiembre de este año, el Patriarca Bartolomé recibirá en Nueva York el prestigioso Premio Templeton, considerado por muchos como el “Nobel de la espiritualidad”, por su trabajo en favor del medio ambiente y la justicia espiritual global. Este galardón reconoce a los líderes que integran la ciencia, la filosofía y la religión al servicio de la humanidad.
En contraste, Vladimir Putin enfrenta una orden de arresto por crímenes de guerra del Tribunal Penal Internacional. Y su aliado, el Patriarca Kirill, queda cada vez más aislado en un mundo religioso que, aunque plural y variado, empieza a trazar una línea entre la fe como motor de paz y la fe como instrumento de dominación.