La jugada arriesgada de Gavin Newsom: ¿recorte democrático o defensa contra Trump?

El intento del gobernador de California por redibujar distritos electorales despierta divisiones, dudas constitucionales y temores de politización

Por estos días, California se encuentra en medio de una polémica electoral que, aunque se presenta como un ajuste técnico, tiene implicaciones profundas para la democracia estadounidense. El gobernador Gavin Newsom impulsa una medida para redibujar temporalmente los distritos electorales de la Cámara de Representantes, con el objetivo de agregar cinco escaños demócratas antes de las elecciones intermedias de 2026.

Una propuesta que sacude el tablero político nacional

En un estado donde los demócratas superan a los republicanos casi dos a uno en cuanto a votantes registrados, podría parecer que cualquier propuesta progresista debería pasar con facilidad. Pero el panorama no es tan simple. Newsom advierte que esta votación será reñida, y razones no le faltan.

La iniciativa pretende contrarrestar los esfuerzos similares que el expresidente Donald Trump impulsa en Texas para inclinar la balanza hacia los republicanos. En palabras del propio Newsom durante un mitin en Los Ángeles: “No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras esta democracia se desvanece distrito por distrito en todo el país.”

El control de la Cámara está en juego. Actualmente, los republicanos poseen 219 escaños frente a los 213 de los demócratas, con tres vacantes. Una redistribución estratégica de distritos podría ser el factor determinante en la lucha por la mayoría legislativa.

Una medida desconcertante para muchos votantes

La votación, agendada para el 4 de noviembre, tiene como particularidad que será el único ítem presente en la papeleta a nivel estatal este año. Sin cargos presidenciales o legislativos que impulsen la participación, el desafío será movilizar al electorado frente a una pregunta técnica: cambiar (al menos temporalmente) la forma en que se dibujan los distritos del Congreso.

¿El problema? El asunto es complejo y poco atractivo para el votante promedio. Y en política estadounidense, el votante confundido tiende a votar “No”.

Técnicamente, la medida suspendería el trabajo de la Comisión de Redistribución de Distritos, una entidad independiente creada por una iniciativa popular en 2008, cuyo propósito es eliminar la manipulación política del mapa legislativo. Esta comisión fue respaldada entonces por grupos cívicos apartidistas e incluso por el exgobernador republicano Arnold Schwarzenegger, quien ha calificado la propuesta de Newsom como “una locura”.

¿Defensa progresista o oportunismo partidista?

El mensaje desde los sectores conservadores es claro. Como declaró el congresista republicano Kevin Kiley, cuya circunscripción se vería alterada para beneficiar a los demócratas:

“El pueblo estableció esta comisión independiente. Ahora, los políticos intentan derogarla.”

Para otros, la medida representa una defensa legítima de la democracia frente al retroceso de derechos en otros estados. De hecho, Newsom y sus aliados están tratando de replicar la estrategia que salvó su cargo durante el intento de recall en 2021: convertir la votación en un referéndum sobre Trump.

Pero a diferencia de entonces, hoy el clima político es más enrarecido. La situación global —desde la guerra en Ucrania hasta la creciente inseguridad nacional— ha generado un sentimiento de escepticismo generalizado. Y eso se traduce en menor entusiasmo electoral.

El peso del historial de Newsom en votaciones

Un factor crucial será cómo el electorado recuerda las apuestas anteriores del gobernador. En 2020, respaldó sin éxito varias propuestas progresistas. Por ejemplo:

  • Proposición 16: Intentaba reinstaurar la acción afirmativa en políticas estatales. Fue rechazada con 57% del voto en contra.
  • Proposición 15: Buscaba aumentar el impuesto a propiedades comerciales para beneficiar a escuelas y gobiernos locales. También fue derrotada.

En 2023, Newsom falló en frenar una iniciativa para endurecer las penas por delitos menores y consumo de drogas, aprobada por los votantes pese a su oposición. En resumen, contar con el impulso del gobernador no garantiza el éxito en las urnas.

La oposición se reorganiza

Quienes lideraron la creación de la comisión independiente ya están rearmando su frente. Se trata de una coalición que atraviesa líneas partidistas y que se enfoca en un mensaje contundente: no permitir la manipulación política de los mapas electorales.

Tim Rosales, estratega político republicano que trabajó en la campaña que creó la comisión, señala que para derrotar la medida se necesita una participación abrumadora de republicanos, además del apoyo de un 60% de los independientes y de un cuarto de los votantes demócratas. No imposible, pero sí cuesta arriba.

Según Rosales:

“Esto no es una cruzada partidista. Se trata de la integridad del sistema. Y cuando los votantes detectan el tufillo partidario, se encienden las alarmas.”

¿Un impulso inesperado para los republicanos?

Aunque la marca republicana ha sido débil en California durante décadas —ningún republicano ha ganado un cargo estatal desde 2006, y el último que ganó la presidencia en el estado fue George H.W. Bush en 1988—, hay señales de resurgimiento.

En las primarias de 2024, Trump logró avanzar en condados que en 2020 no había podido conquistar. Y figuras conservadoras como Charlie Kirk han ganado protagonismo antes de su reciente asesinato, que ha sacudido aún más el panorama político.

La propuesta de Newsom podría terminar galvanizando a una derecha californiana deseosa de demostrar que todavía puede influir en la agenda estatal.

Perspectivas a corto y largo plazo

Más allá del resultado inmediato, lo que está en juego es el precedente. Si California —el estado que siempre se enorgullece de su gobernanza progresista y transparente— decide desactivar su comisión independiente para fines partidistas, ¿qué impedirá que otros estados hagan lo mismo?

Como advirtió Bill Whalen, analista del Hoover Institution:

“El respaldo del gobernador no siempre se traduce en una victoria. Esta elección será decidida por quién logre controlar la narrativa.”

Y lo cierto es que ambas campañas están bombardeando los medios con millones de dólares en anuncios. El resultado es incierto.

La votación del 4 de noviembre será, sin duda, más que una decisión técnica sobre mapas. Será otro capítulo en la batalla por el alma democrática de Estados Unidos.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press