Paul Skenes: El nuevo fenómeno del montículo que desafía las estadísticas y la historia de los Pirates

El as de Pittsburgh domina la MLB con una ERA de 2.03, pero su impacto va más allá de los números: liderazgo, frustración colectiva y una feroz ambición por cambiar el rumbo de una franquicia estancada

Un talento generacional atrapado en una maquinaria defectuosa

Paul Skenes, a sus apenas 23 años, se ha consagrado como uno de los lanzadores más dominantes de las Grandes Ligas. Su temporada 2025 está plagada de cifras que dan vértigo: una ERA de 2.03, 209 ponches y un promedio de bateo en contra de apenas .199. Sin embargo, su récord de 10-10 refleja una ironía cruel: la grandeza individual puede quedar opacada por la mediocridad colectiva.

Skenes no lanza para ganar trofeos, aunque esté en camino directo al Cy Young tras casi asegurar el Novato del Año en 2024. Él lanza para ganar juegos. Y hasta ahora, los Pittsburgh Pirates no han hecho lo suficiente para evitar su 29ª temporada perdedora desde 1992. ¿Puede un solo brazo cambiar el destino de una franquicia? Skenes parece dispuesto a cargar con ese desafío.

El ascenso de una superestrella con mentalidad de líder

Lo de Skenes no es solo un tema de cifras. Su ética de trabajo, su compromiso con la comunidad —hasta repartiendo comidas a bomberos locales en sus días libres— y su carisma nato lo han convertido en una figura central del clubhouse pese a tener solo 16 meses en las mayores.

Va a hacer falta que muchos jugadores se miren en el espejo y se pregunten qué necesitan mejorar”, sentenció. Pocas veces un novato habla con este nivel de urgencia o transmite un mensaje tan claro: esto no es aceptable y tiene que cambiar.

Don Kelly, quien asumió como manager interino tras el despido de Derek Shelton durante el trágico arranque 12-26 del equipo, lo dice sin rodeos: “Su ejemplo lo legitima como voz en el vestuario”. La palabra de Skenes pesa. Y eso es tanto talento como carácter.

El dilema de los Pirates: rotación prometedora, ofensiva deprimente

Pocos equipos pueden presumir un tridente abridor como el que podrían tener los Pirates en 2026: Skenes, Mitch Keller y Bubba Chandler. La rotación parece estar alineada. Pero el ataque es un desastre.

Últimos o penúltimos en casi todo: carreras, jonrones, OPS. Ni siquiera con Skenes subiendo al montículo el equipo ha logrado victorias consistentes. En 11 aperturas donde salió sin decisión, su ERA fue de apenas 1.74. El problema no es él. Es lo que lo rodea.

¿La solución inmediata? O hacen movimientos agresivos en la agencia libre o se plantean sacrificar parte del talento joven del montículo para adquirir bateadores productivos. Hay esperanza, pero también un sentido de déjà vu: Pittsburgh parecía tener motivos para ilusionarse el año pasado. Y aquí están otra vez, viendo el béisbol de octubre por televisión.

Historia pura: la probabilidad insólita del Cy Young con récord neutro

Los registros históricos no están del lado de Skenes. Ningún lanzador ha ganado el Cy Young con un récord negativo o de .500. Pero si alguien está por redefinir esa norma, es él.

Desde Dwight Gooden en 1985 con sus legendarios 1.53 de ERA, hasta Jacob deGrom en 2018 con récord 10-9 y una ERA de 1.70, la sabermetría ha comenzado a reconfigurar cómo se reconoce el dominio en el montículo. En este contexto, Skenes parece resquebrajar paradigmas.

¿Será suficiente para romper otra barrera simbólica? El 20 de noviembre saldremos de dudas, pero nunca antes un lanzador con tan pocos triunfos acumuló tanto respaldo dentro del electorado de la BBWAA.

Compromiso con la franquicia y preguntas incómodas

Skenes está controlado contractualmente por Pittsburgh hasta el final de la década. Pero eso no ha evitado que algunos ya especulen sobre su futuro. ¿Estarán los Pirates dispuestos a extenderlo a largo plazo con cifras récord cuando llegue la hora de la arbitraje salarial? ¿Podrían venderlo si la reconstrucción sigue sin horizonte?

Por ahora, Ben Cherington, el gerente general, asegura que “la organización está comprometida con Paul”. Pero esta es una franquicia con un pasado reciente donde incluso sus mejores talentos —como Gerrit Cole o Tyler Glasnow— terminaron brillando en otros uniformes.

Skenes, por su parte, quiere ganar aquí. “Esto fue un año perdido si no entendemos qué hicimos mal y cómo corregirlo”, sentenció. Esa frase captura el ethos del lanzador: exigente consigo mismo y ferozmente competitivo.

Datos curiosos: Pittsburgh y una historia de grandes brazos

  • Desde Bob Moose, quien lanzó un juego sin hit ni carrera en 1969, hasta Francisco Córdova y su no-hitter combinado de 1997, Pittsburgh ha tenido fogonazos de brillantez monticular.
  • Paul Skenes podría convertirse en el primer Cy Young de la historia de la franquicia. Ni Doug Drabek (quien lo ganó con los Pirates en 1990) lo hizo con tanta eficiencia estadística.
  • Desde 1992, sólo han tenido 4 temporadas con récord ganador. La última fue en 2015 (98 victorias).

En otras palabras: no se puede desperdiciar el prime de un jugador como Skenes en un barco sin timón.

El camino al 2026: ¿turning point o más de lo mismo?

Con un nuevo cuerpo técnico posiblemente liderado por Don Kelly de forma permanente, con una ventana laboral abierta antes de la agencia libre de Skenes, y con una hinchada que espera salir del letargo, el 2026 será el año para actuar. Y rápido.

Hay urgencia. Y tenemos que actuar en consecuencia”, advierte Skenes. Él ya empezó su preparación invernal. El mensaje está lanzado. Ahora el resto deberá responder.

Mientras tanto, Pittsburgh tiene un diamante en bruto hechos a imagen y semejanza de los grandes ases del béisbol: ética, talento, liderazgo y un hambre insaciable de gloria. Basta con que el equipo se le parezca un poco.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press