“Lazawal Ishq”: ¿Está lista Pakistán para su propia versión de ‘Love Island’?
Una mirada provocadora al programa de citas paquistaní que ha generado indignación antes de su estreno
Por primera vez en la historia de la televisión paquistaní, se ha producido un reality show de citas al estilo de “Love Island”, rodado en Estambul, presentado por la actriz Ayesha Omar y titulado “Lazawal Ishq” (Amor Eterno). ¿El problema? Aún no se ha emitido ningún episodio y ya está generando polémica a niveles nacionales.
La chispa que encendió el incendio
El programa, aún sin estrenar y disponible únicamente en YouTube, reúne a cuatro hombres y cuatro mujeres paquistaníes en una lujosa villa turca bajo el formato ya conocido: desafíos, convivencia, romances —y, por supuesto— cámaras grabando todo el tiempo. Un adelanto compartido por la presentadora mostró el ambiente glamuroso en el que se desarrollará el concurso, incluyendo una toma de Omar navegando el Bósforo. Esto bastó para desatar furiosas reacciones en redes sociales.
Sus detractores han tildado la propuesta de “antiislámica”, viciosa copia de valores de Occidente y un atentado directo a los principios culturales y religiosos del país. El hecho de que el programa contemple relaciones no matrimoniales generó profundas críticas.
El alcance de la autoridad reguladora
Ante la ola de quejas, el organismo regulador de medios en Pakistán, PEMRA (Pakistan Electronic Media Regulatory Authority), respondió con claridad. Según su vocero, Muhammad Tahir, no tienen jurisdicción sobre los contenidos en YouTube ni sobre el contenido que no es emitido por canales licenciados.
“La gente debe comprender que YouTube queda fuera de nuestro alcance regulatorio”, explicó Tahir a medios locales. Esto ha dejado a muchos críticos frustrados, especialmente sectores conservadores que esperaban un veto inmediato.
Una propuesta revolucionaria o una provocación innecesaria
La conductora Ayesha Omar califica el proyecto como “el primero de su tipo para la audiencia urdu-parlante del mundo”. En declaraciones a Fashion Times de Pakistán, detalló que el show busca mostrar “amor, vínculos y competencia”, mientras las cámaras capturan “cada chispa, cada pelea, y cada conexión emocional” entre los participantes.
Durante sus 100 episodios, los ocho concursantes se enfrentarán a retos que pondrán a prueba la química entre ellos. Al final, una única pareja se coronará como la ganadora, elegida en función de su relación y del apoyo del público.
El espejo occidental y los límites del cambio
La estructura del formato no es innovadora. Toma elementos típicos de “Love Island”, el icónico reality británico lanzado en 2015, que ha sido replicado con éxito en países como Australia, Estados Unidos, y numerosos territorios europeos. Pero para un país como Pakistán, donde las relaciones prematrimoniales están no sólo mal vistas sino consideradas ilegales, esta propuesta genera un vuelco cultural agresivo.
Bajo la ley paquistaní, relaciones extramatrimoniales son punibles y el concepto mismo de “citas” se encuentra en tensión con la visión tradicional islámica del noviazgo.
Un país dividido entre modernidad y tradición
A lo largo de la última década, diversos productos culturales han puesto a prueba los límites de lo aceptable en Pakistán. Series como “Churails” (emitida por la plataforma ZEE5 en 2020) fueron vetadas por mostrar mujeres que desafiaban al patriarcado. Plataformas como Netflix, YouTube y Amazon Prime ofrecen constantemente contenido que no pasa por filtros tradicionales y esto ha hecho que el público joven paquistaní —urbano, conectado y en muchos casos educado en el extranjero— tenga un abanico más amplio de referencias culturales.
“No olvidemos que Pakistán es un país en el que casi el 65% de la población es menor de 30 años. Esta juventud consume contenido global y exige representación e historias con las que puedan identificarse”, afirma la crítica cultural Sana Mahmud.
Sin embargo, este despertar cultural choca con un sistema legal y social profundamente conservador. Desde 1947, año de la independencia, la identidad nacional se ha construido en torno a su carácter islámico. Cambiar esa narrativa implica una revisión no sólo ideológica, sino normativa.
La batalla de los formatos globales en contextos locales
El caso de “Lazawal Ishq” no es único. Países como India, Bangladesh o Indonesia también han lidiado con realidades similares, al intentar adaptar formatos occidentales sin alienar a su audiencia local.
- En India, el programa “Splitsvilla” ha sido criticado durante años por mostrar relaciones afectivas fuera del matrimonio, pero continúa en emisión con éxito.
- En Indonesia, “Take Me Out” provocó indignación por tener mujeres eligiendo a hombres en cámara; aun así, logró múltiples temporadas.
El resultado siempre es el mismo: cada episodio divide a la audiencia entre quienes creen que estos programas empoderan a las nuevas generaciones y quienes los condenan por corromper los valores sociales.
¿Lazawal Ishq cambiará el futuro del entretenimiento paquistaní?
Lo que parece claro es que esta producción, más allá del contenido que llegue a emitirse, ya ha tenido un impacto. Las discusiones en redes sociales y medios muestran que se está produciendo un cambio de paradigma.
El hecho de que un reality show genere tanta conversación incluso antes de su debut, y en un país donde los medios han sido históricamente censurados y controlados, es un indicador poderoso.
“No se trata de un programa, sino de una grieta en el muro que separa tradición y modernidad en Pakistán”, concluye la socióloga femenina Marvi Sirmed.
Mientras tanto, el estreno de “Lazawal Ishq” está programado para el 29 de septiembre en YouTube, lejos del radar regulador, pero bajo la lupa crítica de millones de espectadores.
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