Intervision: Entre la música y la geopolítica, ¿el nuevo rostro del poder blando ruso?

La victoria de Duc Phuc en un certamen que desafía a Eurovisión revela más que talento artístico: es un espejo de la estrategia global del Kremlin

Cuando el cantante vietnamita Duc Phuc alzó el trofeo de cristal bajo los reflectores del Live Arena en Moscú, no solo ganó un concurso de música; se consagró en el centro de un experimento geopolítico disfrazado de espectáculo internacional.

¿Qué es Intervision?

Intervision es el nombre de un nuevo certamen musical internacional impulsado por Rusia, concebido como respuesta al famoso festival Eurovisión, del que fue excluido en 2022 tras su invasión total a Ucrania. Con él, Moscú busca reconstruir una plataforma para mostrar su relevancia cultural y romper el aislamiento diplomático impuesto por Occidente.

Este nuevo formato, aunque novel, toma prestado su nombre de una versión histórica organizada durante la Guerra Fría: la Intervision original fue impulsada entre 1965 y 1980 por aliados del Pacto de Varsovia que deseaban equilibrar la influencia cultural de Occidente. En ese entonces, artistas como Boney M llegaron a actuar en estas galas, dando a entender que el evento tenía potencial para trascender el Telón de Acero.

Duc Phuc y su triunfo inesperado

Bajo un espectáculo cargado de fuegos artificiales, pirotecnia vocal y escenografía al estilo Las Vegas, el representante de Vietnam, Duc Phuc, se impuso con la canción “Phu Dong Thien Vuong”, una fusión electrizante de pop, rap y dubstep. El premio: 30 millones de rublos, aproximadamente 360.000 dólares.

Su victoria fue aplaudida no solo por su indiscutible talento, sino también por lo que representa: la apertura de Rusia a Asia en un escenario que excluyó a muchas potencias europeas. Vietnam se alzó como vencedor frente a otros 22 países participantes como China, Emiratos Árabes, Venezuela, Etiopía, Brasil e India.

La sombra de la política

La política, sin embargo, no pudo quedarse en los márgenes del escenario. Horas antes de que la representante estadounidense, la australiana Vassy, subiera al escenario, fue anunciada su ausencia debido a “presiones políticas” del gobierno australiano, lo cual dejó al público boquiabierto. Antes de Vassy, el cantante Brandon Howard había sido anunciado como el representante de EE.UU., pero se retiró alegando “circunstancias familiares imprevistas”.

Durante el acto final del cantante ruso Shaman, este interpeló al jurado internacional solicitando que no consideraran a Rusia como parte de la competencia, dejando una frase incendiaria: “Ya hemos ganado al invitar a tantos países a unirse a nosotros”.

¿Soft power o propaganda refinada?

Intervision no es una competencia musical cualquiera. Fue creada por decreto presidencial en febrero de 2025 y ha contado con el respaldo visible del presidente Vladimir Putin, quien desde China habló sobre el certamen y envió un mensaje especial reproducido antes de su inicio. Incluso el Ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, participó en una entrevista en el intermedio.

Lavrov negó ante medios locales que el evento sea una herramienta de propaganda. “Lo que hacemos es diametralmente opuesto a usar el deporte, el arte o cualquier actividad humana con fines políticos”, declaró. Pero los hechos cuestionan sus palabras. Como señaló el legislador ruso Leonid Slutsky: “Eurovisión palidece en comparación con Intervision; destruye el mito del aislamiento ruso”.

¿Quiénes están realmente invitados?

Una mirada a los países participantes revela un patrón: la mayoría de ellos mantienen una postura neutral o amistosa frente a la guerra rusa en Ucrania. Entre los 23 participantes no se encontró ninguno de la Unión Europea, y sólo la presencia de Estados Unidos —y de forma escandalosamente fallida— parecía romper esa tendencia. Hubo actos de artistas de Brasil, China, Kenya, Sudáfrica, India, Cuba, Venezuela y Egipto, entre otros.

Pero el proceso de selección fue opaco. El reglamento de Intervision afirma que las entidades coorganizadoras pueden variar desde cadenas estatales hasta representantes individuales —pero los nombres no se hacen públicos.

Esto significa que algunos participantes podrían haber sido elegidos por méritos artísticos, mientras otros posiblemente por conveniencia política o afinidad diplomática. Por ejemplo, el egipcio Moustafa Saad, un barítono de ópera poco conocido, contrastaba con figuras populares en sus países como Sanaipei Tande de Kenia.

Los desafíos para una competencia sin fans

Tal vez el mayor reto para Intervision es construir una comunidad de aficionados. Mientras Eurovisión tiene un fervor casi religioso por parte de cientos de millones de fans estables, Intervision lucha por ganarse un trozo del pastel. Según el creador de contenido Henrik Larsson, conocido por sus reacciones sobre Eurovisión en YouTube, “algunos temas de Intervision son excelentes, pero el festival necesita mejorar mucho en promoción y conectar con las audiencias”.

No todos coinciden. En foros como Reddit, algunos usuarios han sido más críticos: “Que los dictadores tengan su fiesta de propaganda y la llamen concurso”, opinó un comentarista.

Además, Intervision ha declarado estar basado en “valores universales y familiares tradicionales”. Este mensaje implícitamente retira la bienvenida a comunidades LGBTQ+, tan presentes en el culto eurovisivo. En este contexto, llamó la atención que la información sobre Vassy como embajadora de la campaña LGBTQ+ NOH8 fuera borrada momentáneamente de Wikipedia tras su selección como representante estadounidense.

¿Un futuro garantizado?

Rusia ha anunciado que la edición de Intervision 2026 se realizará en Arabia Saudita. Esto sugiere que hay voluntad, alianzas y recursos detrás del proyecto. Pero como advierte el historiador Dean Vuletic, experto en Eurovisión, la historia no juega a favor: las versiones de Intervisión en los años 70 se desvanecieron entre trastornos sociales y cambios políticos inevitables.

Todo dependerá del entusiasmo político. Sin una estructura de fans robusta, sin reglas completamente claras y con una fuerte carga ideológica, el festival camina en una cuerda floja entre el show musical y el vehículo geopolítico.

Pese a ello, la victoria de Duc Phuc ofrece una ventana a lo que podría ser: un escenario donde las voces fuera de Occidente también brillen, no bajo la sombra de la geopolítica, sino con el poder universal de la música.

Como dijo Lavrov durante el cierre del evento: “Hoy, como en los tiempos soviéticos, debemos promover una imagen objetiva de nuestra nación. Algunas de nuestras supuestas fallas provocan envidia en el extranjero.”

¿Es Intervision el futuro de los concursos musicales globales, o una pieza pasajera del ajedrez político del Kremlin?

Por ahora, el jurado popular —ese que verdaderamente importa— aún no ha emitido su veredicto.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press