Operación ICE en Chicago: entre la seguridad y el miedo en las calles

Una mirada crítica a la agresiva campaña de deportaciones de ICE en una ciudad santuario, sus consecuencias y la creciente tensión política y social

Chicago, una ciudad conocida por ser un refugio para inmigrantes, vive actualmente uno de los capítulos más tensos en su relación con el gobierno federal estadounidense. La “Operación Midway Blitz”, llevada a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), ha generado olas de preocupación, protestas ciudadanas y una enorme repercusión política. Esta operación, iniciada el 8 de septiembre, ha resultado en cientos de arrestos y al menos un incidente mortal que ha intensificado el debate en torno a las políticas migratorias en EE.UU.

Una ciudad santuario en la mira de ICE

La “Operación Midway Blitz” no fue una sorpresa total. Desde el inicio de su mandato, la administración de Donald Trump dejó claro que incrementaría la presión sobre las llamadas “ciudades santuario”, aquellas que limitan activamente su cooperación con las autoridades federales migratorias. Chicago, junto con Nueva York y Los Ángeles, ha sido uno de los principales blancos de dicha política.

Illinois aprobó varias leyes enfocadas a proteger a los inmigrantes, impidiendo que las fuerzas locales compartan información o colaboración directa con ICE. Estas medidas han sido respaldadas por organizaciones comunitarias y líderes locales que defienden los derechos de los inmigrantes, pero también han irritado al ejecutivo federal, lo que provocó esta operación sin precedentes en la ciudad.

El despliegue: una madrugada de tensión

A las 3:30 a.m., un grupo de diez agentes de ICE se reunió en un estacionamiento del suburbio de Park Ridge para planificar una redada. Equipados con radios, mapas y protocolos de emergencia, se organizaron en equipos para recorrer diferentes partes del área metropolitana. El objetivo: arrestar personas con órdenes de deportación activa, especialmente aquellas con antecedentes penales.

La primera redada fue confusa. Los agentes siguieron a un individuo que coincidía con la descripción del objetivo; resultó ser una persona distinta, aunque también residía ilegalmente en el país. Lo arrestaron. Más tarde, lograron detener al objetivo inicial. Ambos hombres tenían antecedentes penales, según ICE. La operación fue considerada un éxito por el jefe operativo Marcos Charles, quien afirmó que "no hubo incidentes de seguridad para los agentes ni los arrestados."

Críticas por el uso de la fuerza y falta de transparencia

Sin embargo, los activistas ven con otros ojos esta operación. Las imágenes de agentes rompiendo ventanas, deteniendo personas en restaurantes, e incluso arrestando a ciudadanos estadounidenses han encendido las alarmas entre grupos defensores de los derechos humanos. Uno de los casos más graves fue la muerte del inmigrante mexicano, Silverio Villegas González, abatido por un agente de ICE en un suburbio de Chicago el 12 de septiembre.

El Departamento de Seguridad Nacional argumentó que el hombre intentó evadir el arresto embistiendo a los agentes con su auto, arrastrando a uno de ellos. El oficial disparó y lo mató. No llevaba cámara corporal. El gobernador de Illinois, JB Pritzker, exigió una “investigación completa y transparente”, mientras que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, condenó el hecho y exigió justicia.

“ICE no pertenece aquí”

Las protestas no se hicieron esperar. Grupos como Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights han liderado marchas y manifestaciones en distintos puntos de la ciudad. "ICE no pertenece aquí", declaró el concejal de Chicago Andre Vásquez, quien dirige la comisión sobre inmigración del Concejo Municipal. “Esta operación no es para protegernos, sino para intimidarnos”.

Las autoridades locales también han criticado duramente el proceder de los agentes: el uso de máscaras, la falta de identificación visible, la negativa a utilizar cámaras corporales y el uso de tasers contra ciudadanos. En un caso, un ciudadano estadounidense fue arrestado junto a su padre y electrocutado con una pistola eléctrica hasta tres veces.

Cifras que preocupan

Hasta la fecha, se han producido alrededor de 550 arrestos en el marco de la “Operación Midway Blitz”. Según Marcos Charles, entre un 50% y 60% fueron arrestos dirigidos, es decir, personas que ya estaban en la mira de ICE. El resto fueron detenidos durante el operativo pero no formaban parte del listado original.

ICE ha destinado a más de 200 agentes de otras zonas del país exclusivamente para reforzar esta operación en Chicago, lo que muestra la envergadura y la intención política detrás de esta embestida contra una de las ciudades más diversas de Estados Unidos.

Política migratoria como arma electoral

Detrás de la retórica sobre seguridad nacional, muchos analistas observan en esta operación un uso estratégico de la política migratoria como herramienta de campaña electoral. La necesidad de reforzar la imagen de “mano dura” ante el crimen y la inmigración irregular por parte del expresidente Trump y sus aliados se refleja con fuerza en intervenciones como esta, especialmente en estados considerados clave o conflictivos en materia política.

Las políticas de “tolerancia cero” aplicadas anteriormente dieron lugar a la separación de miles de familias y a múltiples condenas de organismos de derechos humanos y gobiernos extranjeros. En este nuevo episodio, la falta de coordinación con autoridades locales y el estilo paramilitar de las redadas elevan el nivel de confrontación.

¿Protegiendo al país o sembrando miedo?

Para ICE, las operaciones de este tipo son una herramienta indispensable para garantizar la seguridad pública. “Estamos enfocados en arrestar a personas peligrosas, no en cazar inmigrantes indiscriminadamente”, aseguró Charles, descartando que estén usando perfiles raciales o visitas aleatorias a lugares de trabajo.

Sin embargo, las vivencias y testimonios en comunidades de inmigrantes muestran una realidad muy distinta. Personas que temen salir de sus casas, niños que no acuden a la escuela por miedo a que sus padres no estén cuando vuelvan, y barrios enteros que viven en constante tensión ante la posibilidad de un operativo súbito.

“Esto no es seguridad, es una forma institucionalizada de violencia. Y no podemos quedarnos callados mientras esto ocurre en nuestras calles.” — Norma Hernández, representante estatal demócrata.

Chicago resiste

Frente a la presión federal, Chicago se ha reafirmado como ciudad santuario. Un conjunto de medidas busca proporcionar asistencia legal gratuita a quienes enfrentan procesos de deportación, y se han ampliado los servicios para víctimas de violencia o abuso sin importar su estatus migratorio.

El alcalde Brandon Johnson ha prometido fortalecer estas políticas y continuar colaborando con legisladores locales para blindar a la ciudad contra lo que llaman “abuso del poder federal”. También en el ámbito religioso y comunitario, iglesias, ONGs y centros culturales han ofrecido sus espacios como refugio frente a las redadas.

La falta de cámaras corporales: una deuda pendiente

Una de las preocupaciones más frecuentes es la ausencia de cámaras corporales en los agentes de ICE. Aunque la policía de Chicago ha adoptado esta tecnología como medida de transparencia, no existe ningún requerimiento federal que obligue a ICE a aplicarla. Esto complica enormemente la verificación de denuncias por uso excesivo de la fuerza o comportamientos indebidos.

Activistas y organismos de derechos civiles exigen que el Congreso legisle para que todas las fuerzas del orden, incluida ICE, cumplan con normas similares de transparencia y rendición de cuentas.

Tensiones entre gobiernos nacionales y locales

El caso de Chicago ilustra cómo las tensiones entre el gobierno federal y los gobiernos locales respecto a la inmigración no son solo una cuestión administrativa, sino reflejan visiones contrapuestas sobre identidad, justicia y derechos humanos. Mientras Washington promueve la deportación como solución, ciudades como Chicago apuestan por la integración y la protección de los derechos.

El debate en torno a ICE y sus operaciones continuará reconfigurando el panorama político estadounidense, especialmente de cara al próximo ciclo electoral. Para los casi 500.000 inmigrantes indocumentados que residen en Illinois, lo que está en juego es mucho más que política: es su vida, su familia y su dignidad.

Fuentes:

  • Illinois Coalition for Immigrant and Refugee Rights - www.icirr.org
  • Departamento de Seguridad Nacional (DHS) - www.dhs.gov
  • Declaraciones del gobernador JB Pritzker en rueda de prensa, septiembre 2023
Este artículo fue redactado con información de Associated Press