¿Estado Palestino? El Plan Franco-Saudí que Enfrenta a Medio Oriente con Occidente
En medio del horror en Gaza y el estancamiento político, un renovado esfuerzo internacional busca revivir la solución de los dos Estados. ¿Es esto el último intento por alcanzar la paz o solo otro fracaso anunciado?
Por años, la solución de los dos Estados ha sido el paradigma bajo el cual la comunidad internacional ha intentado resolver uno de los conflictos más antiguos y desgarradores del mundo moderno: el conflicto israelo-palestino. Pero tras décadas de fracasos, guerras, asentamientos y desplazamientos, muchos se preguntan si la ventana para una paz duradera está cerrada para siempre.
En septiembre de 2025, Francia y Arabia Saudita reaparecieron en escena con una propuesta que busca devolver la esperanza a una región envuelta en violencia crónica. Su plan franco-saudí plantea una hoja de ruta estratégica para lograr un estado palestino desmilitarizado y viable con apoyo internacional. Sin embargo, tanto Israel como Estados Unidos se oponen férreamente.
El corazón de una propuesta audaz
El nuevo plan propuesto por Francia y Arabia Saudita exige:
- Un alto al fuego inmediato en Gaza,
- La liberación de todos los rehenes,
- Una retirada completa de Israel de los territorios ocupados desde 1967,
- Que el gobierno de Hamás ceda el poder a un comité político independiente auspiciado por la Autoridad Palestina,
- Y elecciones palestinas en el plazo de un año.
Este enfoque se apoya en la teoría de que solo la autoría palestina desmilitarizada y con instituciones funcionales —respaldadas por fuerzas internacionales de paz— podrá integrar sosteniblemente a una futura nación palestina en la comunidad internacional.
Un respaldo internacional casi unánime
El plan ya recibió una aprobación no vinculante en la ONU con el denominado “New York Declaration”. Hasta la fecha, cerca de 150 países han reconocido oficialmente el Estado de Palestina. El 15 de septiembre, Gran Bretaña, Canadá y Australia se sumaron oficialmente a ese reconocimiento; y Francia parece encaminado a hacer lo propio durante la presente Asamblea General.
Más allá del simbolismo, este acto representa un viraje diplomático frente a la inacción vivida desde el retorno de Benjamin Netanyahu en 2009 al gobierno de Israel y la negativa sistemática de su coalición de derecha al reconocimiento de un estado palestino.
Las sombras del pasado: colonias, guerra y ocupación
Desde los acuerdos de Oslo en los 90, el camino hacia un estado palestino ha sido repetidamente saboteado por asentamientos judíos ilegales en Cisjordania — que hoy albergan a más de 500,000 colonos —, ciclos de violencia, corrupción en la Autoridad Palestina y políticas expansionistas de Israel.
Jerusalén Oriental, que según el derecho internacional pertenece a los territorios ocupados, fue anexionada por Israel en 1980. El Estado israelí considera dicha ciudad su capital “indivisible”, a pesar del rechazo internacional y las obligaciones de distintas resoluciones de la ONU.
Gaza hoy: ruinas, hambre y desplazamiento
Desde la ofensiva de represalia tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Gaza vive una catástrofe humanitaria sin precedentes. Se estima que:
- Más de 35,000 palestinos han muerto,
- 90% de la población ha sido desplazada,
- Gran parte de la infraestructura está destruida,
- Y varias regiones se acercan peligrosamente a la hambruna.
En palabras del Secretario General de la ONU, António Guterres: “Israel debe entender que una solución de un solo Estado con la subyugación del pueblo palestino sin derechos es absolutamente intolerable”.
La oposición feroz de Israel y EE.UU.
Tanto el gobierno israelí como la administración estadounidense han expresado una oposición frontal a cualquier reconocimiento unilateral del Estado palestino. Sus argumentos incluyen:
- El riesgo de que Hamás se consolide y repita ataques similares al 7 de octubre,
- La “recompensa” implícita al terrorismo,
- Y la experiencia fallida de retirar tropas de Gaza en 2005 sin obtener paz a cambio.
Durante su reciente reunión con el Secretario de Estado Marco Rubio, Netanyahu fue claro: “Si se toman acciones unilaterales contra Israel, nosotros también actuaremos de forma unilateral”. El temor es que estas “acciones” incluyan anexiones formales de sectores clave de Cisjordania.
¿El último intento antes del colapso total?
La propuesta franco-saudí intenta capitalizar un momento de crisis para provocar un cambio profundo. Pero algunos analistas lo interpretan como una repetición de fracasos anteriores. Esto se debe a que el plan evita abordar los temas más espinosos:
- El retorno de refugiados palestinos,
- El estatus definitivo de Jerusalén,
- El desmantelamiento de asentamientos,
- Y el reconocimiento mutuo entre Israel y la futura Palestina.
Además, confía en la legitimidad de la Autoridad Palestina, liderada por Mahmoud Abbas, un ente descrito por muchos palestinos como corrupto, ineficaz y deslegitimado. De hecho, Abbas ha pospuesto repetidamente elecciones bajo pretextos de restricciones israelíes. De celebrarse hoy, su partido probablemente perdería ante Hamás… si este acepta desarmarse y reconocer al Estado israelí.
¿Dónde queda Estados Unidos?
Washington, el aliado más poderoso de Israel, se ha replegado de los intentos oficiales de mediación desde el gobierno de Donald Trump. De hecho, el ex presidente propuso la “relocalización” de la población de Gaza, opción que para muchos equivalía a una limpieza étnica moderna.
La Casa Blanca de la administración Biden ha asumido una postura ambigua, aunque sigue vetando iniciativas pro-palestinas en foros internacionales. Su influencia está siendo cada día más cuestionada por aliados como Francia, Alemania y figuras regionales como Arabia Saudita y Egipto.
¿Una Palestina viable?
La pregunta central no es solo si debe existir un estado palestino, sino si puede haber una Palestina viable. Hoy, el territorio está dividido entre un Cisjordania salpicado de enclaves y zonas militares, y una Gaza devastada. En su conjunto, el territorio está interrumpido, vigilado y colonizado, dificultando la credibilidad de cualquier gobernabilidad autónoma.
Según las palabras de Human Rights Watch y Amnistía Internacional, esta realidad configura un sistema que ".equivale al apartheid bajo normas internacionales".
¿Y si no hay solución?
Si fracasa esta tentativa y se perpetúa el estatus quo, Israel seguirá gobernando sobre millones de palestinos sin ciudadanía ni derechos plenos. Esto tensiona la matriz democrática de Israel, principalmente si aspira a seguir siendo un estado judío y democrático al mismo tiempo.
Como sentencia el académico israelí Yuval Noah Harari: “Con cada asentamiento nuevo, nos alejamos más de la solución pacífica — y acercamos al Estado de Israel a un futuro apartheid”.
El reloj geopolítico no se detiene
Mientras Irán, Turquía y otros actores regionales observan con atención, el fracaso o éxito del plan franco-saudí podría determinar el rumbo de Medio Oriente hacia una nueva era o una mayor fractura. Con cada guerra, cada niño muerto, cada ciudad arrasada, la solución de los dos Estados sigue perdiendo fuerza ante quienes ven inevitable una confrontación eterna.
¿Será este el momento decisivo? ¿O tan solo otro capítulo de decepción en la historia del conflicto más inflexible del siglo XX y XXI?
Todo puede depender, una vez más, de elecciones, alianzas —y realismo político.