La última línea verde: la lucha inagotable por salvar al rinoceronte en Sudáfrica

Tecnología, valentía y esperanza: así combate Sudáfrica la caza furtiva para proteger a sus rinocerontes

Por decenas de años, Sudáfrica ha sido tanto el paraíso como el infierno para los rinocerontes. Alberga a la mayoría de las dos principales especies africanas: el rinoceronte negro y el rinoceronte blanco meridional. Pero también es el epicentro global de la caza furtiva que los amenaza con la extinción.

Protegidos, pero perseguidos

El Dinokeng Game Reserve, una reserva cerca de Hammanskraal, en Sudáfrica, representa un microcosmos del complejo drama que viven estos animales: ahí la población de rinocerontes ha crecido significativamente, pero sus cifras exactas y los detalles de la operación de seguridad se mantienen en estricta confidencialidad. Es un asunto de vida o muerte.

La razón es clara: en promedio, un rinoceronte es asesinado por cazadores furtivos cada día en Sudáfrica, una tragedia que persiste a pesar de décadas de esfuerzos globales para salvar a estas especies icónicas. Según el Ministerio de Medio Ambiente sudafricano, 420 rinocerontes fueron cazados ilegalmente en todo el país solo en 2022. En la primera mitad de 2023 ya sumaban 195.

Sudáfrica como custodio del futuro de los rinocerontes

Actualmente, Sudáfrica alberga:

  • Más de 2.000 rinocerontes negros de una población mundial menguante de 6.700 (en estado silvestre).
  • Entre 12.000 y 13.000 rinocerontes blancos meridionales de los 15.000 que aún existen.

Ambas especies solamente habitan en estado silvestre en África. De ahí la responsabilidad, y la presión, que carga el país africano. El rinoceronte negro está catalogado como en peligro crítico, mientras que el blanco meridional se encuentra
casi amenazado, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La sofisticación de la protección: el escudo tecnológico

Conservar significa innovar. Las reservas, tanto estatales como privadas, han recurrido ahora a tecnologías de punta para mantener a salvo a los rinocerontes:

  • Drones y radares de vigilancia nocturna
  • Cámaras de movimiento conectadas a sistemas de inteligencia artificial
  • Colocación de dispositivos de rastreo GPS en los animales
  • Patrullas armadas apoyadas por unidades caninas especializadas

En Dinokeng, esta red de alta tecnología ha dado resultados positivos. “La caza furtiva es siempre una amenaza latente. Sería ingenuo creer lo contrario, aunque hayan pasado años sin incidentes”, declara Marius Fuls, guardabosques principal de la reserva.

El mensaje es claro: el éxito es frágil y nunca definitivo.

El controversial pero efectivo desarme: rinocerontes sin cuerno

Muchos conservacionistas optan por la medida preventiva de descornear a los rinocerontes, cortando sus cuernos para quitar el incentivo a quienes los buscan para vender sus valiosas partes corporales, sobre todo en mercados clandestinos asiáticos donde son erróneamente valoradas por supuestas propiedades medicinales.

Lamentablemente, el cuerno de rinoceronte es más valioso que el oro en ciertos mercados, alcanzando precios de hasta 60.000 dólares por kilogramo. Esto, a pesar de estar compuesto simplemente de queratina: la misma sustancia que forma nuestras uñas.

Una propuesta radioactiva: hacer los cuernos imposibles de traficar

Una de las estrategias más innovadoras y polémicas del año ha sido la incorporación de pequeñas dosis de material radiactivo dentro de los cuernos. La medida pionera busca convertir los cuernos en mercancía inutilizable además de hacerlos fácilmente detectables en fronteras, aeropuertos y puertos mediante escáneres.

Este programa, encabezado por científicos sudafricanos en colaboración con la Agencia Internacional de Energía Atómica, asegura que las cantidades son inofensivas para los animales.

“Queremos que sea imposible mover un cuerno fuera del país sin levantar alarmas”, afirmó uno de los investigadores del proyecto.

Repetir el pasado para asegurar el futuro: la nueva Operación Rinoceronte

En los años 60, Sudáfrica lanzó la histórica Operación Rinoceronte, que trasladó a los últimos rinocerontes blancos meridionales a nuevas zonas protegidas para establecer poblaciones reproductoras. Hoy, esa estrategia ha vuelto.

El renacimiento de esta iniciativa ha sido liderado en parte por la Peace Parks Foundation, que ha reubicado a cerca de 50 rinocerontes negros y blancos hacia el Parque Nacional de Zinave en Mozambique, donde llevaban más de cuatro décadas extintos.

La fundación reportó el nacimiento de ocho crías desde la operación.

“Ha sido una historia de éxito increíble”, dijo Gillian Rhodes, gerente del programa contra el crimen de vida silvestre de Peace Parks.

Pero también reconoce: “Las tasas de caza furtiva siguen siendo devastadoras”.

Esperanza puesta en un día mundial

El Día Mundial del Rinoceronte se celebra cada 22 de septiembre desde 2010 con el objetivo de sensibilizar al mundo sobre la pérdida de hábitat y la caza ilegal que afectan a las cinco especies de rinoceronte existentes:

  • Rinoceronte blanco (África)
  • Rinoceronte negro (África)
  • Rinoceronte indio o de un cuerno – unos 4.000 ejemplares (Asia)
  • Rinoceronte de Java – menos de 50 (Asia)
  • Rinoceronte de Sumatra – menos de 50 (Asia)

Las especies asiáticas están incluso en mayor peligro crítico por la pérdida de hábitats boscosos y la presión de mercados ilícitos.

Los guardianes de la línea verde

“No le digas a un guardabosques que no vamos a ganar esta guerra”, dice Fuls con convicción. “Si los conservacionistas dejamos de creer que es posible, entonces ya hemos perdido. Somos la última delgada línea verde entre la vida y la extinción de los rinocerontes”.

Mientras las cifras aún duelen y la amenaza persiste, estos esfuerzos muestran que la humanidad no dejará ir sin lucha a una de las criaturas más emblemáticas del continente africano.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press