Camarones radiactivos: ¿qué está pasando con el marisco importado a EE.UU.?
Un análisis del escándalo de cesio-137 en camarones vendidos en supermercados Kroger y el potencial peligro para la salud pública
Un marisco nada saludable: el caso de los camarones contaminados
Lo que parecía ser una simple cena con mariscos se ha convertido en una pesadilla para miles de consumidores estadounidenses. Una reconocida empresa distribuidora de mariscos, AquaStar Corp., con sede en Seattle, ha emitido un nuevo retiro masivo de camarón cocido y congelado por el riesgo de contaminación radiactiva con cesio-137, un subproducto dañino de reacciones nucleares. Este retiro incluye cerca de 157,000 libras adicionales de producto, lo que ha prendido las alarmas tanto en consumidores como en las autoridades alimentarias.
El retiro más reciente incluye productos vendidos bajo marcas como Kroger, Mercado y AquaStar. Las bolsas afectadas están distribuidas en más de 30 estados de EE.UU., y se vendieron en supermercados ampliamente conocidos como Food 4 Less, Fred Meyer, Fry’s, Mariano’s, Ralph’s, entre otros.
¿Qué es el cesio-137 y por qué es preocupante?
El cesio-137 es un isótopo radiactivo que se forma como subproducto en reactores nucleares y explosiones atómicas. Su vida media es de más de 30 años, y puede representar una amenaza seria si se acumula en órganos humanos a través del consumo de alimentos contaminados.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) ha afirmado que los niveles detectados —unos 68 becquereles por kilogramo— están muy por debajo del límite de acción de la agencia, que es 1,200 becquereles por kilo. Sin embargo, la FDA también emite una advertencia: “La exposición a largo plazo, incluso a niveles bajos, puede tener efectos sobre la salud humana”.
Una cadena de eventos preocupante
El primer retiro importante de productos fue en agosto de este año. Posteriormente, nuevas investigaciones revelaron que otros lotes también podrían haber estado expuestos a condiciones que permitieron la contaminación.
La compañía PT. Bahari Makmur Sejati, un procesador de mariscos con sede en Indonesia y operando como BMS Foods, fue identificada como la fuente de los camarones potencialmente contaminados. Algunos de sus contenedores presentaron rastros de cesio-137 al llegar a puertos estadounidenses, hecho que llevó a la FDA a emitir una alerta de importación que prohíbe la entrada de productos de marisco de estos proveedores.
¿Cómo llega la radiación al marisco?
La Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) sugiere que la contaminación puede estar relacionada con actividades industriales cercanas a la planta procesadora, posiblemente una instalación de fundición de metales contaminados. Esta posibilidad eleva nuevas preocupaciones sobre la vigilancia ambiental y la seguridad en la cadena de suministro de alimentos global.
De acuerdo con la investigación, el posible contacto entre los camarones y el cesio-137 puede haber ocurrido en el sitio industrial en Indonesia, donde había metal radiactivo presente. Más de 3 millones de libras de camarón han sido enviadas desde esta empresa hacia EE.UU. solo en septiembre, de acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
¿Cuán grave es el riesgo para el consumidor?
Los expertos están divididos. El doctor Edward Calabrese, toxicólogo de la Universidad de Massachusetts, asegura que “el nivel actual es bajo y no representa una amenaza inmediata para la mayoría de las personas”. Sin embargo, otros como la doctora Sandra Cortés, profesora de Salud Pública en la Universidad de Chile, advierten que la exposición acumulativa podría presentar serios problemas, especialmente para personas vulnerables como mujeres embarazadas o niños.
La FDA ha señalado que los productos que alertaron la detección radiactiva no llegaron específicamente a los supermercados, aunque otros productos del mismo procesador sí pudieron haber sido puestos a la venta tras pasar controles insuficientes.
Supermercados afectados y cómo verificar los productos
- Kroger Raw Colossal EZ Peel Shrimp: casi 50,000 bolsas retiradas.
- Kroger Mercado Cooked Medium Peeled Tail-Off Shrimp: más de 18,000 bolsas.
- AquaStar Peeled Tail-on Shrimp Skewers: 17,000 bolsas adicionales.
Estos productos fueron vendidos entre el 12 de junio y el 17 de septiembre en cadenas como Smith’s, Gerbes, Fred Meyer, Pick ‘n Save, King Soopers, entre muchas otras. La FDA ha recomendado a los consumidores revisar el número de lote y devolver cualquier producto afectado. Se pueden identificar a través de la información de empaque o contactando al servicio al cliente de la tienda.
Impacto económico y reputacional para la industria alimentaria
Retirar más de 157,000 libras de camarón no es poca cosa. Implica pérdidas millonarias para AquaStar Corp., así como también afecta a los supermercados implicados. Kroger, una de las cadenas más grandes de EE.UU., enfrenta ahora cuestionamientos sobre sus protocolos de adquisición, auditoría y control de calidad.
El daño a la reputación es aún más difícil de medir. La confianza de los consumidores puede tardar años en restablecerse, especialmente cuando se trata de productos alimentarios básicos que llegan a millones de hogares.
¿Es este un caso aislado?
La realidad es que no. En los últimos años se han registrado otros incidentes donde alimentos importados, especialmente del sudeste asiático, han presentado problemas de seguridad. Por ejemplo:
- En 2019, la FDA bloqueó la importación de tilapia china por altos niveles de malachite green, una sustancia carcinógena.
- En 2021, se detectaron residuos de pesticidas no permitidos en algunos lotes de mango tailandés.
Estos casos subrayan la urgente necesidad de protocolos más estrictos en las aduanas y en los países exportadores, así como invertir en tecnologías de monitoreo más eficientes.
¿Cómo debe responder el consumidor?
Algunas recomendaciones de la FDA y expertos en salud pública incluyen:
- Evitar el consumo de camarón de las marcas y lotes señalados.
- Reportar a las autoridades locales cualquier producto sospechoso que aún esté en las estanterías.
- Guardar recibos y empaques para posibles reembolsos o acciones legales.
- Optar, si es posible, por mariscos certificados localmente o de origen controlado.
Además, se recomienda a los consumidores estar atentos a futuras actualizaciones de la FDA y a revisar regularmente los retiros alimentarios en su página oficial (FDA Recalls).
El silencio de las autoridades y la exigencia de mayor transparencia
Hasta el momento, funcionarios de la FDA y otros organismos federales han evitado dar declaraciones detalladas sobre el origen completo del cesio-137 y los alcances reales de la contaminación. Ante esto, organizaciones de derechos al consumidor exigen mayor transparencia y una investigación pública que esclarezca responsabilidades.
La Organización Nacional de Seguridad Alimentaria y Ambiental ha pedido que se informe al consumidor “con claridad y sin eufemismos” sobre los riesgos, y que se tomen medidas inmediatas en las plantas procesadoras en el extranjero donde haya evidencia de negligencia o contaminación ambiental constante.
¿Qué sigue para la industria del marisco?
Este escándalo podría marcar un punto de inflexión en la forma en que funciona la cadena de suministro global de alimentos. Países como Japón y la Unión Europea ya cuentan con normativas mucho más estrictas sobre el ingreso de productos contaminados incluso con niveles bajos de radiactividad.
Es urgente un acuerdo internacional que armonice los estándares de seguridad, especialmente para productos de consumo masivo. Lo que está en juego no es solo la salud de los consumidores, sino también el futuro de millones de trabajadores en la industria de alimentos y el comercio global.
Reflexión final
La comida debería ser fuente de salud, no de ansiedad. El cesio-137 en los camarones importados plantea un dilema ético y sanitario que va más allá de los números. Como consumidores, debemos exigir claridad, responsabilidad y acción de las autoridades, de las empresas distribuidores y de los gobiernos responsables. Y, mientras tanto, mirar dos veces la etiqueta de lo que servimos en el plato.