Cardinals: Entre la resiliencia y el desencanto en la era post-James Conner

Arizona sufre la baja de su corredor estrella mientras lidia con una ofensiva ineficiente y partidos cerrados que no puede cerrar

Tempe, Arizona. Los Arizona Cardinals viven una temporada de contrastes. Con un inicio modesto de 2-1, la franquicia ha experimentado momentos de esperanza, frustración y ahora dolor, tras confirmarse la pérdida de su líder ofensivo, James Conner, para el resto del año debido a una lesión en el pie. Su ausencia marca no solo un golpe a la producción ofensiva, sino también al liderazgo del vestidor. El equipo debe reconstruirse mientras enfrenta viejos fantasmas: no saber cerrar los partidos.

James Conner: mucho más que yardas y touchdowns

El impacto de James Conner en los Cardinals va más allá de las estadísticas. Con más de 3,700 yardas terrestres y 38 touchdowns en poco más de cuatro temporadas, el corredor de 30 años no solo era la principal arma ofensiva, sino también el alma del equipo. Conner se ha ganado el respeto por su historia de superación tras vencer al cáncer y regresar al alto nivel, siendo un referente de lucha y compromiso.

“JC lo es todo, significa todo”, dijo el mariscal de campo Kyler Murray, visiblemente afectado tras la derrota ante los 49ers. “Realmente no quiero hablar de eso en este momento”.

Su reemplazo no será fácil. Los jóvenes corredores Trey Benson y Emari Demercado deberán cargar con la responsabilidad. Benson, en su segundo año, ha mostrado destellos prometedores con 125 yardas y un promedio de 6 yardas por acarreo. No obstante, la presión ahora es distinta. No se trata solo de compartir, sino de liderar.

La gran deuda: cerrar partidos

Las tres primeras semanas expusieron un patrón preocupante. Los Cardinals han tenido tres oportunidades de cerrar victorias en final de partidos y fallaron en todas. En dos ocasiones, la defensa —que ha sido la unidad más confiable— se vistió de héroe. Pero en la derrota por 16-15 ante los 49ers, ni la sólida actuación defensiva fue suficiente.

El head coach Jonathan Gannon lo resume sin dramatismos:

“Perdimos un juego. Las cosas que no hemos hecho bien en estas tres semanas aún podemos corregirlas. Pero tenemos que hacerlo”.

El lado positivo: una defensa de alto nivel

Si hay algo que funciona en Arizona es su defensa. Con una media de 17 puntos permitidos por partido, se posiciona quinta en la liga. Jugadores como Mack Wilson Sr., quien lideró con 12 tacleadas y un golpe clave a Christian McCaffrey que forzó una pérdida de balón, representan el carácter del grupo defensivo.

Además, Calais Campbell, a sus 39 años y en su temporada número 18 en la NFL, sigue marcando diferencia. Forzó un castigo por sujeción dentro de la zona de anotación que resultó en un safety crucial ante los 49ers.

El dilema ofensivo: entre pases cortos y errores costosos

Mientras la defensa responde, la ofensiva aérea languidece. Los Cardinals están en el puesto 27 en yardas por pase con apenas 495 en tres partidos. El joven receptor Marvin Harrison Jr., segunda selección global en el Draft de 2024, aún no consigue marcar diferencia. En el último juego atrapó solo 3 de 6 balones lanzados hacia él para 44 yardas y dejó caer una oportunidad clara de anotación.

“No estoy jugando ni cerca del nivel que puedo ofrecer, y eso lastima al equipo. Tengo que mejorar”, confesó Harrison Jr.

El coordinador ofensivo Drew Petzing también ha sido cuestionado. Gannon lo respalda públicamente, pero no hay duda de que sus esquemas han fallado al momento de definir partidos.

Incertidumbre a corto plazo

La cercanía del próximo compromiso —contra los Seattle Seahawks este jueves por la noche— no deja mucho margen de maniobra. A esto se suma la duda de si podrán contar con Paris Johnson (OT) y Will Johnson (CB), ambos ausentes ante San Francisco.

Aun con todos sus errores y problemas físicos, los Cardinals están 2-1. Lo cual es mejor de lo que muchos auguraban. Pero el margen se reduce y si no solucionan sus ausencias clave y su incapacidad de encontrar la zona de anotación, podrían regresar rápidamente a la media o el fondo de la tabla.

Una oportunidad de redención temprana

El partido ante Seattle será una prueba doble. Primero, emocional, porque es difícil medir el golpe anímico tras perder a una figura como Conner. Segundo, estratégico, porque los Seahawks son rivales de división y una victoria podría colocar a Arizona como líder provisional del Oeste en la NFC.

El coach se muestra optimista, pero con los pies en la tierra:

“Les dije a los coaches que el cielo no se está cayendo. No hay pánico. Tenemos que corregir errores, pero confío totalmente en este grupo”, finalizó Gannon.

Estadísticas clave

  • 495 yardas por pase totales en tres juegos (puesto 27 de la NFL).
  • 17 puntos permitidos por partido (quinto mejor en la liga).
  • 125 yardas por tierra de Trey Benson, con un promedio de 6 yardas por acarreo.
  • 3 partidos consecutivos sin poder cerrar con victoria desde la ofensiva.

Los Cardinals están en la encrucijada: o se reinventan ahora y rinden homenaje al espíritu competitivo de Conner, o la temporada puede escapar demasiado pronto. El futuro inmediato comienza este mismo jueves. Y no hay tiempo para lamentarse.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press