El escándalo que sacude a Corea del Sur: la Iglesia de la Unificación y una red de corrupción política
Bribos, religión y poder: Cómo una iglesia influyente y miembros del gobierno surcoreano están en el centro de una tormenta judicial sin precedentes
Una detención que estremece a la élite religiosa
En las primeras horas del martes 23 de septiembre de 2025, la justicia surcoreana ejecutó un golpe sísmico sobre una de las instituciones religiosas más influyentes del país: la Iglesia de la Unificación. Su actual líder, Hak Ja Han, viuda del fundador Sun Myung Moon, fue arrestada tras una extensa audiencia, en la que el tribunal determinó que existía riesgo de destrucción de pruebas en una investigación por soborno que alcanza hasta la esposa del expresidente Yoon Suk Yeol.
La detención marca el punto álgido de un caso que mezcla religión, poder, política y corrupción. La Sra. Han, de 82 años, esperó la decisión en un centro de detención tras someterse recientemente a una intervención cardíaca. A pesar de su estado de salud, la justicia no dudó en retirar cualquier privilegio ante la posibilidad de interferencias en una investigación de alta sensibilidad.
¿Quién es Hak Ja Han?
Nacida en 1943, Hak Ja Han ha liderado desde la muerte de su esposo en 2012 la iglesia conocida formalmente como Federación de Familias para la Paz y la Unificación Mundial. Su marido, Sun Myung Moon, fundó el movimiento en 1954 proclamándose el 'Mesías del Siglo XX', fusionando enseñanzas cristianas con una visión política ultraconservadora y globalista.
Bajo su liderazgo conjunto, la iglesia expandió su influencia política y económica. Hoy posee decenas de medios de comunicación en Asia y EE.UU., entidades financieras, universidades, y hasta fábricas armamentísticas.
No obstante, el grupo está lejos de estar libre de controversias. Su marca registrada, las bodas masivas de miles de parejas elegidas por la jerarquía de la iglesia, ha sido señalada recurrentemente como un mecanismo de control emocional y financiero sobre sus fieles.
El caso que involucra a una ex primera dama y aliados políticos
Según la fiscalía, miembros de la iglesia planearon y ejecutaron el pago de sobornos a la ex primera dama Kim Keon Hee, así como al legislador conservador Kweon Seong-dong, para facilitar su agenda nacional e internacional relacionada con proyectos como el polémico desarrollo de negocios de la iglesia en Camboya.
Uno de los hombres clave sería Yoon Young-ho, alto miembro de la iglesia ahora encarcelado. Las autoridades lo acusan de haber canalizado cerca de 100 millones de wones (aproximadamente 72,000 dólares) con intenciones de obtener favores comerciales y políticos.
En paralelo, se ha revelado que la iglesia habría inscrito a miembros masivamente en el Partido del Poder Popular —partido conservador de Kweon y Yoon— para manipular elecciones internas en favor de sus asociados políticos.
Kim Keon Hee: Señalada en múltiples causas
La ex primera dama Kim Keon Hee fue arrestada el mes pasado, enfrentando cargos por supuesta manipulación bursátil y corrupción. Se la acusa de haber aceptado regalos de lujo por intermediarios de la iglesia y de haber favorecido proyectos de desarrollo impulsados por esta organización en el sudeste asiático.
La complejidad del caso ha despertado preguntas no solo por su contenido legal, sino por sus implicaciones políticas. Yoon Suk Yeol fue destituido en abril y se enfrenta a cargos adicionales por haber intentado imponer ley marcial, además de un supuesto encubrimiento del fallecimiento de un rescatista durante unas inundaciones en 2023.
Una iglesia global en crisis
Desde su fundación, la Iglesia de la Unificación ha sido un fenómeno de alcance internacional. Aunque ha perdido fuerza desde el fallecimiento de Sun Myung Moon, todavía conserva miles de adeptos en Japón, Corea del Sur, EE.UU. y América Latina.
En Japón, por ejemplo, el asesinato en 2022 del ex primer ministro Shinzo Abe fue vinculado indirectamente con el resentimiento hacia esta organización. El atacante culpaba a la iglesia por arruinar económicamente a su madre debido a donaciones excesivas. El hecho llevó a una revisión legislativa de las actividades de cultos religiosos en ese país.
En Corea del Sur, la organización perdió cierto prestigio con los años, pero continuó actuando tras bambalinas gracias a conexiones con conservadores de alto rango. La detención de su líder pone en cuestión la sostenibilidad futura del movimiento en el país donde nació y se centralizó.
¿Un caso aislado o la punta del iceberg?
Las preguntas no cesan: ¿Hasta qué punto los fondos de la iglesia alimentaban campañas políticas? ¿Qué otros actores de poder estuvieron implicados pero no han sido señalados aún? ¿Hasta dónde ha llegado la red financiera paralela establecida por esta organización religiosa?
La detención de Hak Ja Han ha sido interpretada como un intento fuerte del nuevo gobierno liberal surcoreano por desarticular las redes de influencias ilegítimas entre religión y política. Cabe destacar que esta investigación es una de las tres grandes llevadas a cabo por fiscales especiales desde el cambio de gobierno. Las demás incluyen actos institucionales de abuso militar y negligencia estatal.
La transparencia institucional está en juego, y con ella, la legitimidad política de un país cuyos ciudadanos han mostrado en repetidas ocasiones su disposición a protestar masivamente ante la corrupción, como ocurrió durante las destituciones de Park Geun-hye en 2017 y más recientemente, la de Yoon.
Un pulso geopolítico sutil
Mientras Corea del Sur sacude sus estructuras de poder, China y Estados Unidos observan en silencio. La influencia regional clave de Seúl convierte a esta nación en un elemento estratégico dentro del tablero geopolítico asiático.
La limpieza del sistema político, aunque difícil, puede servir como punto de restauración democrática y liderazgo ético para una sociedad que busca fortalecer su papel internacional en derechos humanos, tecnología y comercio.
Pero aún está por verse qué tan profundo pueda avanzar esta purga institucional.
Una figura caída, una institución tambaleante
Hak Ja Han lo ha negado todo. Durante su interrogatorio de 10 horas, afirmó que Yoon Young-ho actuó sin su conocimiento y trató de proteger la imagen de la iglesia. Sin embargo, los fiscales creen tener pruebas suficientes para avanzar hacia un juicio que podría significar el colapso definitivo de la ¿última gran iglesia mesiánica asiática?
El país y el mundo observan el caso no solo como un asunto legal, sino como el desmantelamiento de una estructura de poder mayor, que durante décadas fusionó religión, empresa y política de forma singular y peligrosa.
Hoy, la viuda del mesías cae, y con ella, una era entera parece tambalearse.