Irán, el uranio y el abismo nuclear: ¿Una nueva era de sanciones y conflictos?

Europa reactiva las sanciones de la ONU sobre Teherán mientras la tensión escala en Oriente Medio y el programa nuclear iraní desafía los límites del acuerdo de 2015

¿Qué está ocurriendo entre Irán y Occidente en 2025?

En un momento histórico que combina diplomacia fallida, amenazas latentes y presiones económicas, el conflicto nuclear entre Irán y las potencias occidentales vuelve al primer plano mundial. Con el vencimiento del plazo de 30 días para evitar la reimposición automática de sanciones de Naciones Unidas (proceso conocido como “snapback”), Irán encara una nueva oleada de aislamiento económico y político.

El detonante más reciente de esta tensión fue el anuncio conjunto de Francia, Alemania y el Reino Unido (el llamado E3) el 28 de agosto de 2025, que concluyó que Irán está violando los términos del acuerdo nuclear de 2015. A partir de ese momento, el reloj comenzó a correr hacia el reinicio automático de todas las sanciones internacionales previas, incluyendo el congelamiento de activos, prohibiciones de transferencia de armamento y restricciones al programa balístico iraní.

¿Qué es el mecanismo 'snapback' y por qué es tan relevante?

El mecanismo de snapback fue una cláusula incorporada al acuerdo nuclear entre Irán y el llamado P5+1 (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China más Alemania) en 2015. Su objetivo: ofrecer una herramienta para reimponer rápidamente las sanciones si Irán incumplía sus compromisos, sin posibilidad de veto por parte de Rusia o China.

El 18 de octubre de 2025 expiraba el periodo válido para utilizar legalmente esta cláusula. Ante la inminencia de su expiración, el E3 la activó, disparando la cuenta regresiva que ha culminado este 28 de septiembre sin solución alguna. Esto supone, de facto, una ruptura completa del acuerdo de 2015 y un retroceso a las condiciones preacuerdo.

Un legado de tensiones: Irán, Estados Unidos y la historia de la enemistad

La relación entre Teherán y Washington ha sido turbulenta desde principios de siglo XX. El punto de inflexión fue la Revolución Islámica de 1979, cuando el Ayatolá Ruhollah Jomeini tomó el poder derrocando a la monarquía aliada de EE.UU. El secuestro de diplomáticos estadounidenses en la embajada de Teherán desató la ruptura definitiva de relaciones.

Desde entonces, periodos de diplomacia intermitente (como las conversaciones secretas en Omán durante los gobiernos de Obama) se alternaron con graves episodios de confrontación militar, como el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en enero de 2020 o el reciente apoyo mutuo entre Israel y Estados Unidos en los ataques a instalaciones nucleares iraníes en junio de 2025.

El ataque a las instalaciones nucleares iraníes

Durante la guerra de 12 días desatada por Israel contra Irán en junio de 2025, algunos de los enclaves nucleares más emblemáticos y sensibles de Irán como Natanz, Fordo e Isfahan fueron atacados directa y coordinadamente por fuerzas israelíes y estadounidenses. Según informes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), muchas de las centrífugas operativas fueron destruidas.

Estos ataques incluyeron el uso de bombas denominadas bunker busters, diseñadas para penetrar instalaciones subterráneas, afectando severamente la operatividad de las plantas. El mensaje fue claro: las potencias no permitirían que Irán avanzase hacia la fabricación de armamento nuclear.

¿Es pacífico el programa nuclear iraní?

Irán sostiene desde hace décadas que su programa nuclear es estrictamente pacífico, aunque algunas declaraciones oficiales han puesto en duda esa afirmación. Según datos más recientes del OIEA, Irán ha acumulado más de 21.700 libras (9.874 kilogramos) de uranio enriquecido, incluyendo cantidades enriquecidas al 60%, a solo un paso técnico del nivel para fabricar armas (90%).

Estados Unidos, aunque reconoce que aún no hay un programa activo de armas, admite que Irán ha “realizado actividades que lo posicionan mejor para fabricar una ojiva si decide hacerlo”. Además, el propio asesor del Líder Supremo, Kamal Kharrazi, declaró en 2022 que Irán tiene la capacidad técnica para construir una bomba.

China y Rusia: ¿aliados o cómplices?

En esta confrontación diplomática, Irán no está solo. China sigue siendo uno de sus principales compradores de petróleo (violando indirectamente sanciones anteriores), y Rusia ha utilizado drones iraníes Shahed en su guerra contra Ucrania. La posibilidad de que, después del 18 de octubre, cualquier intento nuevo de sanciones sea vetado por Rusia y China refuerza la importancia del snapback, activado justo a tiempo.

Qué implican las nuevas sanciones para Irán

La reactivación completa de las sanciones previas a 2015 golpeará con fuerza a una economía ya debilitada por la inflación, devaluación de su moneda y fuga de capitales. Se congelarán activos iraníes en el extranjero, se detendrán los intercambios comerciales de sectores estratégicos, y se impedirá cualquier colaboración internacional relacionada con armamento y tecnología balística.

Estas sanciones también podrían presionar a aliados indirectos como China a limitar sus importaciones de crudo, afectando aproximadamente el 80% de los ingresos por exportación petrolera de Irán.

La fallida diplomacia de última hora

Durante los meses previos al vencimiento del plazo, el presidente reformista Masoud Pezeshkian y su canciller Abbas Araghchi mantuvieron múltiples rondas de diálogos con Estados Unidos y Europa, incluyendo cinco encuentros en Omán y Roma. Pese a que se prometieron avances, los resultados fueron difusos y limitados.

Incluso el expresidente Donald Trump, en su nuevo mandato desde enero de 2025, intentó reactivar negociaciones directas enviando cartas al Líder Supremo iraní, quien tachó estas propuestas de “deshonrosas e ingenuas”. Esto refleja las profundas diferencias ideológicas que bloquean cualquier posible resolución a corto plazo.

Un repaso por los hitos nucleares del conflicto

  • 1967: Irán recibe el reactor de investigación de Teherán con ayuda de Estados Unidos bajo el programa “Átomos para la Paz”.
  • 2002: Servicios de inteligencia revelan el programa clandestino de enriquecimiento en Natanz.
  • 2015: Se firma el acuerdo nuclear (JCPOA), limitando el enriquecimiento iraní a 3,67% y 300 kg de uranio.
  • 2018: Donald Trump se retira unilateralmente del acuerdo.
  • 2021–2022: Irán comienza a enriquecer hasta el 60% y desarrolla infraestructura para fabricar una bomba.
  • 2024: Ataques masivos entre Irán e Israel elevan la tensión a niveles sin precedentes.
  • 2025: Europa activa el mecanismo de snapback y Teherán queda nuevamente bajo sanciones plenas.

El futuro: ¿Tratado o tragedia?

Las próximas semanas serán decisivas. La comunidad internacional busca evitar una escalada hacia un conflicto directo de gran escala, pero la falta de confianza y los múltiples frentes abiertos —Israel, Gaza, Yemen, Líbano— complican cualquier intento de distensión.

Irán enfrenta el desafío de mantener a flote su economía mientras sostiene su postura soberanista frente a lo que considera “chantaje diplomático”. Estados Unidos, por su parte, busca una salida que evite otra guerra, pero que garantice que Teherán no cruce el umbral nuclear.

¿Podrá la diplomacia prevalecer finalmente sobre los tambores de guerra? ¿O estamos ante el comienzo de una nueva década de conflictos atómicos?

Solo el tiempo ofrecerá respuestas, pero la ventana para la paz se cierra peligrosamente.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press