Putin, armamento nuclear y la incertidumbre global: ¿calma antes de la tormenta atómica?

Rusia extiende por un año los límites del tratado New START tras su próxima expiración, en medio de tensiones crecientes con Occidente

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El panorama estratégico tras el fin inminente del New START

Con la inminente caducidad del tratado de desarme nuclear New START en febrero próximo, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que Moscú continuará respetando los límites del pacto por un año más. Esta información llega en un momento de creciente tensión geopolítica, particularmente por la guerra en Ucrania y el deterioro de las relaciones entre Moscú y Washington. Pero, ¿qué implica realmente esta prórroga unilateral rusa?

¿Qué es el tratado New START?

Firmado en 2010 por los entonces presidentes Barack Obama (EE.UU.) y Dmitry Medvedev (Rusia), el tratado New Strategic Arms Reduction Treaty (New START) limita a cada país a:

  • 1,550 ojivas nucleares desplegadas
  • 700 misiles y bombarderos estrategicamente desplegados

El tratado también incluía mecanismos de verificación como inspecciones in situ, aunque estas fueron suspendidas en 2020, inicialmente por la pandemia de COVID-19 y luego por desacuerdos políticos.

Impacto del New START en la estabilidad global

Para los expertos en control de armas, la existencia del New START ha sido fundamental para evitar una nueva carrera armamentista entre las dos principales potencias nucleares del mundo. De acuerdo con el informe anual del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), en 2023 Rusia y EE.UU. poseían el 90% del arsenal nuclear mundial, con aproximadamente 5,889 y 5,244 ojivas, respectivamente.

La expiración sin reemplazo del tratado puede desatar, según analistas como Daryl Kimball del Arms Control Association, una era de mayor opacidad, desconfianza y proliferación de armas estratégicas.

La suspensión rusa y las tensiones con Occidente

En febrero de 2023, Putin anunció que Rusia suspendía su participación en el tratado, aunque aclaró que seguiría respetando sus límites. La razón presentada fue la imposibilidad de permitir inspecciones estadounidenses en instalaciones nucleares, dado que Washington y sus aliados de la OTAN habían expresado abiertamente su intención de derrotar a Moscú en el contexto de la guerra en Ucrania.

“¿Cómo podemos permitir visitas a nuestras bases nucleares si quienes nos inspeccionan nos ven como enemigos en conflicto abierto?”, fue el argumento expuesto por el Kremlin.

Las implicaciones geopolíticas de una “extensión unilateral”

Con el nuevo anuncio de Putin de extender el cumplimiento del tratado por un año más, se abre una serie de interrogantes:

  • ¿Está Rusia buscando posicionarse como actor responsable en el tablero nuclear global?
  • ¿Es esta una jugada táctica para forzar a EE.UU. a negociar bajo términos diferentes?
  • ¿Será suficiente esta prórroga para evitar una carrera armamentista emergente?

Putin fue claro al expresar que espera que Washington también respete unilateralmente los límites, aunque hasta ahora no ha habido confirmación del gobierno estadounidense respecto a su postura tras el vencimiento del pacto.

Contexto histórico: antes y después del New START

Lo preocupante radica en que, tras el final del New START, no existe otra estructura vigente de control estratégico de armas entre las dos potencias. Antes de este pacto, existieron tratados como:

  • SALT I y SALT II: Negociados durante la Guerra Fría, fueron los primeros intentos de limitar la producción de misiles nucleares.
  • START I y START II: Más ambiciosos, buscaban la reducción de los arsenales nucleares existentes.
  • INF Treaty (1987): Eliminó una clase entera de misiles de mediano alcance, pero fue cancelado en 2019 por el entonces presidente Trump, alegando que Rusia no lo cumplía.

Actualmente, todos estos acuerdos han sido abandonados o están suspendidos, dejando el New START como el último pilar sobreviviente de la arquitectura de desarme nuclear global.

¿Un gesto diplomático o una movida propagandística?

En términos puramente estratégicos, el respeto parcial del tratado beneficia a Rusia: mantiene la fachada de compromiso con el control de armas mientras reafirma su autonomía durante un conflicto activo con Ucrania y la OTAN.

Este tipo de mensajes suelen estar dirigidos tanto al público internacional como a la comunidad no alineada, buscando reforzar la narrativa de que Moscú actúa en pro de la estabilidad global, en contraste con una visión estadounidense belicista.

Las cartas de EE.UU.: ¿reaccionará Biden?

La administración de Biden ha manifestado anteriormente su interés en renovar o renegociar un pacto similar, pero el clima actual no facilita el diálogo. Además, la influencia del conflicto en Ucrania ha comprometido cualquier posibilidad de inspecciones conjuntas o encuentros técnicos bilaterales.

Washington podría decidir abstenerse de desarrollar nuevos misiles estratégicos mientras estudia la evolución del conflicto y la actitud rusa. No obstante, ya hay voces en el Congreso que exigen una postura más firme y el desarrollo de capacidades de disuasión avanzadas.

La voz de los expertos y la sociedad civil

Organizaciones como Nuclear Threat Initiative (NTI) y el Arms Control Association han llamado a ambas potencias a reanudar el diálogo para evitar nuevos riesgos globales.

“Estamos al borde de un retorno a la carrera armamentista de la Guerra Fría, sin las salvaguardas anteriores. No podemos permitirnos este retroceso”, afirmó Ernest Moniz, exsecretario de Energía de EE.UU.

Opciones posibles hacia el futuro

La única manera de evitar un escenario más peligroso a partir de 2025 es que ambas partes acuerden un nuevo marco de diálogo, que podría incluir:

  • Un nuevo tratado con límites actualizados
  • Mecanismos más modernos de verificación, incluyendo tecnología satelital
  • El abordaje de armas hipersónicas y no nucleares estratégicas

De momento, la iniciativa rusa parece más una herramienta táctica de presión diplomática y propaganda que un verdadero compromiso renovado por el control de armas nucleares.

¿Hora cero del desarme nuclear?

El New START ha sido una piedra angular del control armamentístico global por más de una década. Su expiración podría marcar el inicio de un periodo de mayor desconfianza, opacidad y proliferación.

Ante la falta de inspecciones, voluntad diplomática y acción multilateral concreta, la prórroga rusa parece insuficiente para garantizar la estabilidad. Sin una respuesta clara de EE.UU. o un nuevo marco legal, el reloj del juicio final podría acercarse un poco más a la medianoche.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press