Tesla y el reciclaje de baterías en Nevada: ¿innovación verde o privilegios empresariales?

Una mirada crítica al poder de Tesla sobre las regulaciones ambientales en un sector clave para el futuro energético de EE.UU.

Por años, Tesla ha sido vista como una pionera de la movilidad eléctrica y la energía renovable. Pero su reciente influencia sobre las regulaciones ambientales en Nevada plantea una pregunta crucial: ¿pueden las grandes compañías moldear las reglas a su conveniencia sin comprometer el bienestar ambiental y social?

Un nuevo marco regulatorio… hecho a la medida

En octubre de 2023, la División de Protección Ambiental de Nevada (NDEP, por sus siglas en inglés) propuso un conjunto de regulaciones destinadas a regular más estrictamente el manejo de materiales peligrosos reciclados —en especial, residuos generados durante la producción de baterías de litio— en instalaciones como la Gigafactoría de Tesla ubicada en el estado.

Esta propuesta fue inmediatamente rechazada por Tesla. En una carta dirigida a NDEP, la compañía argumentó que las regulaciones pondrían en desventaja a Nevada frente a otros estados interesados en fomentar la industria del reciclaje de baterías de ion de litio, un sector considerado crucial para diversificar la economía local más allá del turismo y el juego.

Dos días después, el contenido de esa carta fue reenviado por un lobista de Tesla a la oficina del gobernador republicano Joe Lombardo. Cuatro días más tarde, hubo una reunión virtual con representantes del gobierno estatal, Tesla y Redwood Materials (otra empresa del sector). Al día siguiente, NDEP volvió a enviar una versión revisada de las regulaciones… que coincidía exactamente con lo que Tesla había solicitado.

Un triunfo silencioso y sin oposición

La rapidez con la que se incorporaron los cambios solicitados por Tesla desconcertó a activistas ambientales y expertos en políticas públicas. Poco después, las nuevas reglas fueron adoptadas por legisladores estatales sin que se suscitara controversia alguna.

"Gracias por actuar con tanta rapidez en respuesta a la retroalimentación de la industria," escribió un ejecutivo de Tesla al recibir el borrador actualizado del reglamento.

¿Quién regula a los reguladores?

Según documentos obtenidos por The Nevada Independent, más de 70 comentarios fueron enviados a NDEP durante el período de consulta pública. Sin embargo, Tesla fue la única empresa cuyo punto de vista pareció tener efecto inmediato.

La ley federal ya contempla exenciones para ciertos “materiales secundarios peligrosos” si estos son reciclados adecuadamente según los estándares de la EPA. Pero Tesla argumentó que las reglas propuestas por NDEP iban más allá, exigiendo permisos costosos y seguimientos trimestrales que, según la empresa, representarían millones de dólares adicionales en costos operativos. Además, advirtieron que otros recicladores en estados rivales obtendrían ventajas competitivas.

La respuesta de NDEP fue aceptar todas las peticiones de Tesla. Actualmente, solo siete empleados manejan la supervisión de residuos peligrosos en todo el estado.

Una industria en construcción y sin precedentes

La importancia del reciclaje de baterías es innegable. Según la EPA, las baterías de ion de litio son consideradas residuos peligrosos debido a su inflamabilidad y reactividad. Sin embargo, los expertos coinciden en que la infraestructura de reciclaje para estos productos aún está en fase de desarrollo.

“Nunca habíamos regulado un sector tan grande y en evolución tan rápida como el del reciclaje de baterías”, indicó Jeffrey Kinder, subadministrador de NDEP.

Este contexto hace que la presión de grandes actores como Tesla tenga un mayor peso. Actualmente, solo seis empresas, incluida Tesla, han sido autorizadas para reciclar materiales secundarios peligrosos en Nevada.

Un ecosistema creado para beneficiar a Tesla

Nevada ofrece un entorno ideal para empresas como Tesla: no cobra impuesto estatal sobre la renta y ha ofrecido incentivos millonarios para atraer inversión tecnológica. En 2014, el estado aprobó un paquete de incentivos fiscales de $1,250 millones para que Tesla construyera su Gigafactoría en las afueras de Reno. En 2023, aprobaron $330 millones en exenciones fiscales adicionales.

“Nuestro estado tiene los componentes para ser líder mundial en el desarrollo de baterías”, dijo el gobernador Lombardo en 2023.

Este proyecto es parte del llamado “circuito del litio”, un ambicioso plan estatal para integrar toda la cadena de suministro, desde la extracción del litio hasta su reciclaje.

Redwood Materials: el co-protagonista silencioso

Redwood Materials fue fundada por JB Straubel, uno de los cofundadores de Tesla. Aunque opera de forma independiente, su participación en la reunión con el gobierno estatal sugiere una alineación tácita con los intereses de Elon Musk. Ambas empresas han mostrado interés en definir estándares regulatorios que les favorezcan.

¿Fomento industrial o captura regulatoria?

La controversia en Nevada saca a relucir un fenómeno preocupante: la captura regulatoria, donde las entidades reguladas tienen tanta influencia que terminan dictando las reglas que se supone deben acatar.

Si bien es cierto que Tesla representa una puerta hacia una economía más limpia, también queda claro que está dispuesta a presionar —y a ganar— cuando se trata de proteger su rentabilidad.

“Este es un ejemplo clásico de cómo las políticas públicas pueden ser adaptadas por corporaciones si no hay suficientes barreras institucionales”, comentó Thomas Powers, politólogo de la Universidad de Nevada.

¿Y el medio ambiente?

Bajo las regulaciones modificadas, menos materiales reciclables serán clasificados como desechos peligrosos. Esto reducirá de forma significativa la supervisión por parte de agencias ambientales. También se eliminarán permisos federales que incluían requisitos para inspecciones, reportes trimestrales y planes de emergencia ante derrames tóxicos.

En palabras de Corrado DeGasperis, CEO de Comstock Inc., “Nevada está mucho mejor si estos materiales se reciclan que si simplemente se desechan”. Pero hay una línea muy delgada entre facilitar ese proceso y flexibilizarlo tanto que se pierda el control ambiental.

¿Qué sigue para Tesla y Nevada?

Según múltiples analistas, la experiencia de Tesla podría sentar un precedente para cómo se manejan regulaciones en una industria cuyo crecimiento se estima exponencial. Se proyecta que para 2030, el mercado global de reciclaje de baterías de litio alcance los $18 mil millones.

La pregunta ahora es si otros jugadores en el sector intentarán seguir su ejemplo para obtener trato preferencial.

Para muchos en Nevada, Tesla representa prosperidad económica y modernización. Pero también crece la preocupación por un modelo donde el interés privado domina claramente al público.

¿Estamos ante un nuevo tipo de extractivismo, disfrazado de sostenibilidad?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press