¿Puede Zion Williamson finalmente liderar a los Pelicans? La era Dumars busca despertar al gigante dormido

Tras seis años de decepciones e incontables lesiones, Zion promete compromiso total bajo el mando exigente de Joe Dumars: ¿será este el año del renacer del fenómeno de Duke?

NUEVA ORLEANS — Zion Williamson entra a su séptimo campo de entrenamiento con los New Orleans Pelicans con un discurso diferente a años anteriores: responsabilidad, liderazgo, constancia. A sus 25 años, el exnúmero uno del Draft de 2019 parece haber entendido que el talento, por sí solo, no basta. Y bajo la tutela de un nuevo y duro referente como Joe Dumars, Zion quiere que esta temporada signifique el verdadero inicio de su reinado en la NBA.

Una carrera prometedora que nunca terminó de despegar

Desde su debut profesional, Zion Williamson ha sido una montaña rusa de emociones para la franquicia de Louisiana. El fenómeno de Duke, conocido por su increíble potencia física (6 pies 6 pulgadas, 284 libras), fue elegido como el salvador de los Pelicans. Y si bien sus números no han decepcionado —24.7 puntos por partido en promedio en sus 214 encuentros disputados—, su mayor enemigo siempre ha sido la continuidad: ha estado fuera por lesión en más juegos (268) de los que ha jugado.

En seis temporadas como profesional, Zion no ha disputado un solo partido de playoffs. Y cuando los Pelicans lo han hecho sin él (clasificaron en dos ocasiones), han caído rápidamente en la primera ronda. Un dato demoledor para alguien que fue llamado a ser uno de los rostros de la liga.

La llegada de Joe Dumars: un nuevo sheriff en la ciudad

Cuando los Pelicans contrataron a Joe Dumars como vicepresidente ejecutivo de operaciones de baloncesto en abril, muchos se preguntaban si aún había fe en Zion como la piedra angular del proyecto. Sin embargo, el propio Williamson aclaró que tuvo "conversaciones de hombre a hombre" con Dumars y el gerente general Troy Weaver, quienes, según palabras del jugador, lo "abrazaron" y mostraron confianza en su compromiso.

Les dije que no los voy a defraudar”, aseguró Zion. “Lo que ves es lo que obtienes con Joe. Me va a responsabilizar y también me va a dar muchas responsabilidades. Me entusiasma eso”.

Dumars no es un nombre menor en la historia de la NBA. Fue MVP de las Finales en 1989, cuando los Bad Boys de los Detroit Pistons dominaron la liga. Como ejecutivo, también supo construir un equipo campeón en 2004. Su estilo, exigente y directo, parece ser exactamente lo que Zion necesita ahora.

Una transformación desde el cuerpo hasta la mente

Según el entrenador Willie Green, esta ha sido la mejor versión física de Zion que ha visto desde que llegó al equipo. “Lo vi trabajar este verano, prestando atención a su cuerpo, a su condición física. Quiere estar disponible para sus compañeros”, afirmó Green.

Pero no solo el cuerpo está en foco. Zion ha integrado aspectos mentales y disciplinarios a su preparación: sesiones de boxeo, entrenamientos con intensidad en campos de fútbol americano compartidos con los New Orleans Saints y la guía constante del Director de Desempeño, Daniel Bove. “Siento un cambio en mi cuerpo. Se siente bien sentirse bien”, bromea el ala-pívot.

Trey Murphy III, uno de sus compañeros, nota la diferencia: “Lo veo más delgado que nunca en un verano. Y creo que mentalmente también está en un buen lugar”.

Una plantilla renovada en busca de identidad

Los Pelicans vienen de una temporada desastrosa: 21 victorias y 61 derrotas. Zion se perdió 52 encuentros, principalmente por problemas en el tendón de la corva y la espalda. El equipo disputó 52 partidos sin su estrella, ganando apenas 11. Para colmo, también debieron afrontar la ausencia de otros titulares claves como Murphy, Herb Jones y el recién llegado Dejounte Murray.

Para cambiar el rumbo, Dumars salió a reforzar el equipo con experiencia: fichó a Kevon Looney y Jordan Poole, excompañeros de Stephen Curry en los Warriors campeones de 2022. “Ellos ya vivieron el viaje. Sintieron la energía de los playoffs. Esa experiencia no tiene precio”, aseguró Zion.

Liderazgo y medios: los deberes fuera de la cancha

Una gran preocupación sobre Zion a lo largo de los años ha sido su evasión mediática. Dumars ha sido claro: “Quiero que después de cada partido sea él quien dé la cara, responda preguntas, represente al equipo con respeto”.

Dumars no solo quiere un crack en la cancha, busca formar un líder integral: con compromiso ético, hábitos de trabajo sólidos, y la capacidad emocional para ser el rostro de una franquicia.

“La grandeza es todos los días”

Williamson lo resume bien: “La grandeza es todos los días. Es mostrarte incluso cuando no quieres hacerlo”. Y agrega: “Lo que el equipo necesite, eso haré”.

Este tipo de declaraciones pueden sonar trilladas, pero en el contexto personal y profesional de Zion, representan un cambio profundo. Y con una plantilla más madura, un liderazgo más estricto y un jugador aparentemente más comprometido, los Pelicans tienen motivos para soñar con un cambio de guion.

¿Demasiado tarde o el comienzo de algo nuevo?

Zion aún es joven, sí. Pero en esta liga, la percepción puede cambiar rápidamente. Lo que una vez fue “el nuevo LeBron”, luego fue apenas “el nuevo Derrick Rose herido”. Muchos analistas lo han etiquetado como una figura con más hype que logros, eclipsado por su propio cuerpo indomable y decisiones cuestionables.

Pero si esta versión disciplinada, delgada y comprometida de Zion Williamson logra mantenerse sana y presente, la narrativa puede cambiar de manera radical. Está todo dado para que 2025 sea el año en que finalmente veamos a Zion en el escenario del que tanto se habló desde 2019: los playoffs de la NBA.

Porque no basta con ser espectacular. Como le dijo Dumars: “la grandeza no es talento, es hábito”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press