Choque nuclear: Irán, sanciones y el callejón sin salida con Estados Unidos

Mientras el reloj avanza hacia sanciones automáticas de la ONU, Khamenei corta toda posibilidad de negociación con Washington y complica aún más un escenario ya tenso con Europa y el Organismo Internacional de Energía Atómica.

Una semana decisiva para Irán

La situación nuclear de Irán ha vuelto a ocupar los titulares internacionales. Con el reloj corriendo hacia la reimposición automática de sanciones de las Naciones Unidas este domingo, los ojos del mundo están puestos en Teherán y en una comunidad internacional dividida entre llamados al diálogo y manos listas para actuar con firmeza.

Durante un discurso televisado el martes 23 de septiembre desde Teherán, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, descartó categóricamente cualquier tipo de negociación directa con Estados Unidos. “Las conversaciones con EE.UU. son un callejón sin salida”, afirmó, y añadió: “El resultado ya está escrito: el cierre de nuestras actividades nucleares. Eso no es una negociación, es una imposición”.

De Viena a Nueva York: los frentes diplomáticos del enfrentamiento nuclear

Mientras tanto, el recién electo Presidente iraní, Masoud Pezeshkian, intenta mantener un perfil diplomático activo en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Allí, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, sostuvo reuniones con representantes de Francia, Alemania y el Reino Unido (conocidos como el E3), en un esfuerzo que parece haber tenido poco impacto.

El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán, a través de su cuenta oficial en X (anteriormente Twitter), aseguró que junto a sus aliados europeos están exigiendo a Irán acciones concretas “en cuestión de días, si no de horas”. Estas medidas incluyen reanudar las conversaciones con Washington y brindar acceso total a los inspectores del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

El mecanismo del "snapback": una espada de Damocles

Desde finales de agosto, el E3 decidió activar el mecanismo de "snapback" incluido en el acuerdo nuclear de 2015. Este controversial y potente protocolo prevé la reimposición automática de sanciones si Irán incumple las condiciones pactadas para limitar su programa nuclear.

La clave del "snapback" es que no puede ser vetado por ningún miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, incluso por potencias como Rusia o China. Una vez activado, se otorgan 30 días para llegar a un acuerdo, plazo que se cumple este próximo domingo.

Si no hay ningún avance diplomático, las sanciones regresarán, incluyendo:

  • Congelación de activos iraníes en el extranjero.
  • Prohibición de venta y adquisición de armas.
  • Sanciones por desarrollo de misiles balísticos.

Irán: entre afirmaciones pacíficas y enriquecimiento al 60%

Irán ha mantenido públicamente que su programa nuclear tiene objetivos exclusivamente pacíficos. El propio ayatolá Jameneí reiteró que “Irán no busca ni buscará una bomba nuclear. No tenemos armas atómicas y no planeamos tenerlas”. Sin embargo, las acciones hablan más fuerte que las palabras.

Según informes del OIEA, Irán posee más de 400 kilogramos de uranio altamente enriquecido al 60%, una cifra alarmante si se considera que el umbral técnico para producir armas nucleares es del 90%. Peor aún, Irán es el único país sin arsenal nuclear que enriquece a ese nivel.

La paradoja es peligrosa: mientras Teherán afirma que no busca armas nucleares, avanza técnicamente hasta el umbral que permitiría desarrollarlas rápidamente si decidiera hacerlo.

Desacuerdos incluso dentro del eje occidental

Aunque el E3 se mantiene firme en exigir transparencia y cooperación a Irán, también ha mostrado disposición a ampliar el plazo si Irán da señales claras de volver al camino diplomático. Según un diplomático francés que habló bajo anonimato, la idea es «hacer pleno uso del tiempo restante».

Por otro lado, Alemania, en declaraciones previas del ministro Johann Wadephul, consideró que “las posibilidades de un acuerdo son extremadamente escasas”.

Por si fuera poco, el presidente francés Emmanuel Macron advirtió desde Nueva York: “La región solo podrá encontrar la paz si el programa nuclear iraní está plenamente controlado nuevamente”. Macron incluso se ha mostrado dispuesto a reunirse con Pezeshkian esta misma semana.

Israel, EE.UU. y el shock de junio: una guerra sin declaración

Irán se encuentra en una posición especialmente cerrada a partir del mes de junio, cuando se produjo un conflicto de doce días entre Israel, Estados Unidos e Irán. Durante ese período, ataques coordinados dañaron instalaciones nucleares iraníes, lo que derivó en una reacción interna en Irán.

Como respuesta parlamentaria, el presidente Pezeshkian firmó en julio una ley suspendiendo toda cooperación con el OIEA. Aunque posteriormente, en un movimiento negociado por Egipto, se alcanzó un acuerdo preliminar para volver a permitir inspecciones, este pacto todavía no se ha activado completamente.

Teherán se cierra a EE.UU., pero deja un pequeño canal a Europa

De forma estratégica, Jameneí hizo énfasis en que su negativa de diálogo es únicamente con EE.UU., sugiriendo que la puerta europea aún podría estar entreabierta. “No nos oponemos a dialogar con Europa, lo que no aceptamos es un juego donde el resultado esté ya dictado por Washington”, sentenció.

La ambigüedad parece intencional: si la presión viene de Europa en términos técnicos y diplomáticos, Irán puede manejar narrativas internas de resistencia coherente. Pero una negociación directa con EE.UU. podría ser fácilmente instrumentalizada por los sectores más conservadores de Irán como capitulación.

Un trasfondo económico cada vez más inestable

La economía iraní, ya golpeada por sanciones anteriores y por el aislamiento financiero y comercial, enfrenta una presión creciente. La posibilidad de un nuevo embargo internacional revivirá los peores fantasmas de la era previa a 2015.

La moneda iraní, el rial, ha perdido más del 60% de su valor desde 2018, cuando Donald Trump retiró a Estados Unidos unilateralmente del acuerdo nuclear. Las reservas de divisas extranjeras están en mínimos históricos y la inflación supera el 50% en productos importados.

Una nueva ola de sanciones no solo limitaría las opciones económicas del régimen, sino que también podría avivar el descontento popular, sobre todo entre los jóvenes urbanos y la clase media, ya ansiosa por una apertura económica.

Trump y su visión de Irán como amenaza global

El expresidente estadounidense, Donald Trump, que se retiró del famoso acuerdo en 2018, intervino también desde la sede de Naciones Unidas, aludiendo a Irán como un foco activo de amenaza internacional.

“No existe peligro más serio para nuestro planeta hoy que las armas más poderosas que ha creado el hombre”, dijo Trump. “He hecho de la contención de estas amenazas una prioridad, comenzando con Irán”.

No obstante, Tanto él como Joe Biden, han oscilado entre aproximaciones diplomáticas y posturas más duras, sin encontrar una política definitoria hacia Irán.

¿Qué esperar después del domingo?

Todo indica que, de no mediar un milagro diplomático, las sanciones volverán a imponerse el próximo domingo. Esto marcaría el comienzo de otro capítulo tenso entre Irán y Occidente, profundizando la desconfianza y cerrando aún más los canales de diálogo.

Un hecho inquietante: Irán conserva su conocimiento tecnológico, aun si los reactores son destruidos con bombas. En palabras de Jameneí: “La ciencia no será devastada por amenazas o bombardeos”.

Así, el mundo vuelve a contener la respiración ante un drama geopolítico cuyo curso define no solo el futuro de Irán, sino la estabilidad de toda la región del Medio Oriente y el sistema global de no proliferación nuclear.

Mientras tanto, el tiempo avanza implacable.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press