Croke Park: El templo deportivo irlandés que abre sus puertas a la NFL

De escenario de tragedias históricas a símbolo de reconciliación y sede del primer partido oficial de NFL en Irlanda, el Croke Park lleva más de un siglo marcando la historia deportiva y cultural del país

Croke Park, conocido afectuosamente como “Croker” por los locales, es mucho más que un estadio deportivo. Ubicado en Dublín y con una capacidad de más de 82,000 espectadores, es un símbolo de identidad nacional para Irlanda. Su historia está profundamente ligada con la lucha por la independencia, la transformación social, y ahora con la llegada del deporte estadounidense más popular: el fútbol americano con la NFL.

Este 2025, el emblemático estadio recibirá su primer juego oficial de temporada regular de la National Football League, con un enfrentamiento entre los Pittsburgh Steelers y los Minnesota Vikings. Para muchos irlandeses, esto representa no solo una oportunidad única para vibrar con lo mejor del fútbol americano, sino un escaparate internacional donde confluyen culturas y tradiciones deportivas.

Un coloso con alma celta

Croke Park es la casa de la Gaelic Athletic Association (GAA), la organización deportiva más influyente de Irlanda. Fundada en 1884, la GAA promueve los deportes tradicionales irlandeses como el hurling y el fútbol gaélico. Cada verano, el estadio vibra con las finales All-Ireland, un evento comparable al Super Bowl en términos de pasión y relevancia.

Según Alan Milton, jefe de comunicaciones de la GAA, "es difícil exagerar lo que este estadio significa para la gente de Irlanda. Estamos emocionados por lo que podría llegar a significar también para quienes vienen de fuera del país".

Domingo Sangriento: una herida abierta

El 21 de noviembre de 1920, Croke Park fue escenario de una de las tragedias más lacerantes en la historia de Irlanda. En medio de la guerra de independencia (1919-1921), fuerzas de seguridad británicas irrumpieron en un partido entre Tipperary y Dublín y abrieron fuego contra la multitud.

Murieron 14 personas, entre ellas Michael Hogan, jugador de Tipperary, quien da nombre hoy a una de las tribunas del estadio. También fallecieron 13 espectadores, incluido un niño de 10 años. El ataque ocurrió horas después de que miembros del IRA ejecutaran una operación contra agentes de inteligencia británicos. Esta masacre marcó un punto de no retorno en el camino hacia la independencia.

De rugby inglés a fútbol americano: un espacio que une

Durante décadas, la normativa de la GAA, conocida como Regla 42, prohibía la práctica de deportes "foráneos" como el rugby y el fútbol en Croke Park. Sin embargo, esto cambió temporalmente en 2007 por una razón práctica: el estadio de rugby de Lansdowne Road estaba en remodelación.

Se permitió que el estadio recibiera partidos del Torneo de las Seis Naciones, incluido un simbólico Irlanda vs. Inglaterra. Ante el temor de tensiones producto del himno británico “God Save the Queen”, el momento fue recibido con respeto. Fue un paso clave hacia la reconciliación irlandés-británica que culminó en la histórica visita de la Reina Isabel II en 2011. Durante su paso por Croke Park, la monarca recibió un hurley y una sliotar como símbolo de la herencia gaélica.

Muhammad Ali: “The Greatest” también luchó en Croke Park

El boxeo también escribió una página dorada en la historia del estadio. En 1972, el legendario Muhammad Ali peleó contra Alvin “Blue” Lewis en una de sus curiosas giras internacionales. Ali ganó con un nocaut técnico en el 11º asalto ante unas 20,000 personas. Fue su primera visita a Irlanda, donde incluso fue obsequiado con un shillelagh, el tradicional bastón irlandés.

Décadas después, en 2009, Ali volvió a Irlanda al descubrirse que su bisabuelo era originario de Ennis, en el condado de Clare. Su conexión con el país y el recibimiento que tuvo evidenciaron la dimensión casi mítica que ostentaba.

La NFL de regreso a Irlanda: ¿estrategia o legado?

El partido de 2025 tendrá una carga significativa. Aunque no será la primera vez que un equipo de la NFL pisa el Croke Park (en 1997 los Steelers ya jugaron ahí un partido de pretemporada contra los Chicago Bears), ésta será la primera ocasión en que un juego de temporada regular tenga lugar en Irlanda.

El comisionado de la NFL, Roger Goodell, ha manifestado interés en expandir la liga con juegos internacionales, como prueba del creciente interés global en el fútbol americano. Ya Londres, Frankfurt e incluso Ciudad de México han sido escenarios de este esfuerzo. El turno ahora es para Dublín.

Nótese además que el embajador de Estados Unidos en Irlanda entre 2009 y 2012, Daniel M. Rooney, era entonces presidente de los Steelers y fue actor clave para aquellas visitas NFL al país. Rooney, heredero de una familia terriblemente influyente en la historia del equipo y de la liga, dejó un legado bilateral entre el deporte y la diplomacia.

Una sinfonía de culturas con forma de estadio

Croke Park ya no es solamente el bastión del deporte gaélico. Es un lugar donde la historia, la política, el deporte y la reconciliación conviven. Ahora añadirá el fútbol americano a su lista de disciplinas, lo que puede contribuir a abrir aún más canales de intercambio cultural y diplomático entre Irlanda y el mundo anglosajón.

Y aunque el suelo donde correrán jugadores como T.J. Watt o Justin Jefferson está impregnado de tradición celta, este nuevo acto es una muestra clara de que los estadios, como puentes, deben adaptarse y evolucionar. Por eso Croke Park no es sólo un estadio: es una parte viva de la historia irlandesa.

Como bien dijo una vez el escritor Brendan Behan, “los irlandeses tienen tres pasiones: la conversación, la música y el deporte de los gaélicos”. Hoy, esa conversación también se puede tener con un ovoide bajo el brazo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press