Escuelas urbanas al borde del abismo: el cierre de Sumner y lo que está en juego para las comunidades afroamericanas
La historia de Sumner High School en St. Louis expone un dilema nacional: ¿cómo balancear la eficiencia presupuestaria con la preservación cultural y emocional de comunidades históricamente marginadas?
Un símbolo en ruinas: la lucha por salvar a Sumner High School
Thomasina Clarke observa, impotente, cómo las escuelas de su vecindario de St. Louis desaparecen una a una. Sumner High School —con casi 150 años de historia y cuyas aulas vieron pasar a íconos como Tina Turner, Chuck Berry y Arthur Ashe— es la última en colgar de un hilo. Golpeada por un tornado, con infraestructura envejecida y en medio de una población en decrecimiento, su futuro es más incierto que nunca.
“Es como un agujero en la comunidad”, reflexiona Clarke. Su temor no es solo por el edificio, sino por la pérdida irreparable de un patrimonio que sostiene cultural, emocional y simbólicamente a una comunidad golpeada por décadas de abandono estructural.
El fenómeno nacional del cierre de escuelas urbanas
La situación en St. Louis no es aislada. En todo Estados Unidos, distritos escolares enfrentan decisiones devastadoras sobre el cierre de escuelas. Ciudades como Philadelphia, Boston, Houston y Norfolk están debatiendo cierres, mientras que en lugares como Seattle y San Francisco, la presión popular ha frenado momentáneamente estas medidas.
Según un estudio del Thomas B. Fordham Institute en 2023, la matrícula escolar declinó más de un 20% entre 2019 y 2023 en 1 de cada 12 escuelas públicas, aproximadamente 5,100 instituciones.
La tasas de natalidad en declive, la migración a escuelas privadas y el auge del homeschooling son algunas de las causas del fenómeno, agravado por un movimiento creciente de “school choice” impulsado por políticas conservadoras. El Centro Nacional de Estadísticas de Educación proyecta una caída del 5.5% adicional en la matrícula pública para 2031.
Chicago: lecciones desde la mayor clausura escolar en la historia de EE.UU.
En 2013, Chicago cerró cerca de 50 escuelas. Las consecuencias fueron severas: aumentaron las peleas y el bullying, bajaron las notas, e incluso años después, los estudiantes desplazados seguían rezagados en matemática, según Marisa de la Torre, del UChicago Consortium on School Research.
“Fue un proceso muy largo, lleno de incertidumbre. Todo esto afectó profundamente al personal docente y al estudiantado”, —Marisa de la Torre.
A pesar de una moratoria hasta 2027, alrededor de un tercio de los asientos escolares en la ciudad siguen vacíos. Esto refleja una realidad administrativa compleja: cerrar escuelas vacías puede generar ahorros, pero el costo humano puede ser incalculable.
El caso de St. Louis: infraestructura en ruinas, historia en juego
En St. Louis, la matrícula ha pasado de 115,543 estudiantes en 1967 a solo 18,122 en 2023. Sumner y otra primaria en el vecindario The Ville están dañadas por el tornado que azotó la región en primavera. Muchos residentes se han visto forzados a abandonar sus casas, y los daños materiales estimados de Sumner superan los 2 millones de dólares.
Una consultoría externa contratada por el distrito afirma que hay más del doble de escuelas necesarias para la población actual. Clausurar algunas liberaría fondos esenciales para el acondicionamiento de otras. Sin embargo, líderes comunitarios y sindicales no están convencidos.
“Dejen de actuar como si esto no fuera una catástrofe”, clamó Donna Jones, miembro del consejo escolar.
Ray Cummings, presidente del sindicato American Federation of Teachers St. Louis Local 420, advirtió: “Esto solo aumenta el trauma de quienes ya están sufriendo. Estos barrios necesitan esperanza”.
Arte, historia y resistencia: un proyecto comunitario que cambió Sumner
En 2019, cuando Sumner fue amenazada por el cierre, un grupo de organizaciones, incluyendo 4theVille y el St. Louis Shakespeare Festival, propuso un plan audaz: revitalizar la escuela como un centro cultural y artístico.
Mack Williams, instructor contratado por 4theVille, convirtió los casilleros en vitrinas de museo, rindiendo tributo a los egresados notables. Su clase de museología tenía lista de espera y logró que sus estudiantes participaran en el concurso National History Day, con resultados prometedores. La matrícula aumentó.
“Sí, hay daños. Pero el edificio sigue en pie, igual que esta comunidad”, —Mack Williams.
El impacto positivo de Sumner en vidas jóvenes
Dakota Scott representa el espíritu de resiliencia que emana de Sumner. Expulsada de una escuela magnet por bajo rendimiento, encontró en Sumner una segunda oportunidad. Se unió al coro, al consejo estudiantil, grabó una película e incluso desfiló en una pasarela en Chicago. Hoy estudia en la Universidad de Missouri.
“De ser una chica que faltaba a clases, pasé a ser alguien puntual, comprometida. Sumner cambió mi vida”, —Dakota Scott.
La preservación escolar como motor de regeneración comunitaria
La pérdida de instituciones escolares en barrios pobres no es solo un tema educativo: es un asunto de justicia social y cultural. Clarke señala que la decadencia del vecindario empezó con el éxodo comercial y el cierre de escuelas. Recuperar aunque sea una fracción del dinamismo que caracterizaba a The Ville podría ser el inicio de una transformación más amplia.
“La gente se fue, la tierra se abandonó. Los negocios se fueron. Las escuelas también. Solo quedó la decadencia. Y ahora estamos tratando de recuperarlo”, —Thomasina Clarke.
Cierre de escuelas vs construcción de futuro: ¿una dicotomía falsa?
Mientras los administradores se ven obligados a realizar “ajustes estructurales dolorosos”, muchas voces comunitarias reclaman que la inversión en las escuelas históricas puede rendir frutos sociales, culturales y académicos. No se trata de romanticismo, sino de una visión pragmática del papel que juegan las escuelas como columnas vertebrales en comunidades vulnerables.
Clausurar Sumner podría parecer lógico en números. Pero esos números no reflejan la identidad cultural, ni el potencial humano de comunidades donde aún existen estudiantes como Dakota o maestros como Williams. Tampoco capturan el peso simbólico de mantener viva una historia que no solo pertenece al pasado, sino que proyecta posibilidades hacia el futuro.
En palabras del investigador en educación Aaron Garth Smith: “La matrícula escolar pública está cayendo. Y seguirá cayendo por años. Los responsables políticos tienen que adaptarse a esta nueva realidad”. La pregunta para muchas comunidades es: ¿adaptación significa destrucción... o reinvención?