La nueva guerra de los drones: Europa frente a una amenaza invisible

La OTAN y los países bálticos luchan contra un enemigo silencioso que desafía sus sistemas de defensa: los drones rusos

  •  EnPelotas.com
    EnPelotas.com   |  

Una amenaza que sobrevuela Europa

Desde los campos de batalla de Ucrania hasta los cielos tranquilos de Estonia, una nueva amenaza ha marcado el pulso de la guerra moderna: los drones. Lo que comenzó como una táctica innovadora en los conflictos de Medio Oriente, hoy se ha convertido en la estrategia principal de Rusia para hostigar a Ucrania y desestabilizar a sus vecinos europeos, incluso a los miembros de la OTAN.

Tan solo en septiembre de este año, una ola de unos 20 drones rusos cruzó el espacio aéreo polaco. Esto obligó a desplegar costosos cazas multimillonarios para interceptarlos, solo para que los aparatos, que valen apenas unos pocos miles de dólares, terminaran estrellándose en zonas rurales. La desproporción expuso las grietas tecnológicas y estratégicas en la defensa aérea de la OTAN.

De trincheras físicas a amenazas electrónicas

Mientras Estonia refuerza su frontera con zanjas antitanques y nuevos búnkeres, la verdadera guerra no se libra solo en la tierra, sino en el cielo. Hanno Pevkur, ministro de Defensa de Estonia, reconoce: “La mayoría de los drones simplemente no son detectados. Este es un vacío real que debemos resolver”.

La situación ha llevado a proponer la llamada "muralla contra drones" en el flanco oriental de la Unión Europea. La intención es clara: detener las incursiones de pequeños vehículos no tripulados que recorren tranquilamente los espacios aéreos europeos, ignorando radares y confundiendo sistemas de defensa convencionales.

Drones que burlan radares multimillonarios

Una de las dificultades radica en la naturaleza misma de los drones utilizados. A diferencia de misiles o aviones, los drones son:

  • Más lentos
  • Vuelan a baja altura
  • Hechos de materiales no metálicos como madera o plástico
  • Pueden ser confundidos con aves o pequeños aviones privados

Según el general Andrus Merilo, comandante del ejército estonio: “No necesito capacidades de alta gama con las que solo pueda disparar una vez. Necesito tecnología buena, asequible y que se pueda producir en masa”.

La rapidez con la que avanza la tecnología agrava la situación. Cada nuevos seis meses puede aparecer un dron más sofisticado, más difícil de detectar y más económico.

Los agujeros de defensa de la OTAN

Mientras Rusia despliega sistemáticamente drones contra Ucrania cada noche —como una especie de lotería bélica que siempre gana, según Kusti Salm, ex funcionario estonio—, los sistemas antiaéreos occidentales siguen actuando con lentitud, diseñados para interceptar amenazas mayores, como misiles balísticos o cazas enemigos, no enjambres de drones comerciales modificados.

Salm, actual director de Frankenburg Technologies, trabaja en el desarrollo de misiles antisistema de drones de bajo coste. Su empresa ya ha comenzado a llamar la atención de países como Letonia o Lituania.

Cuando un dron equivocado cruza la frontera

En agosto ocurrió un evento simbólico: un dron ucraniano, probablemente desviado por interferencia electrónica rusa, se estrelló en un campo en el sureste de Estonia. Pudo haber sido una tragedia o un incidente diplomático. Aunque no causó daños, dejó en evidencia la vulnerabilidad incluso de los ejércitos mejor preparados.

Se han reportado accidentes similares en Rumanía, Moldavia, Lituania, Letonia e incluso Dinamarca, donde el Aeropuerto de Copenhague suspendió operaciones por varias horas ante un dron no identificado. La conclusión es clara: el riesgo es generalizado y necesita respuestas coordinadas.

“Los drones no son mosquitos”

La Unión Europea rechazó en marzo financiar una propuesta estonia-lituana para instalar una red antidrón transfronteriza. Sin embargo, la idea resurge en cada reunión de ministros de Defensa. La frase de Pevkur resume el escepticismo ante soluciones simples: “Los drones no son mosquitos que serán electrocutados con una pared electrónica”.

Actualmente existen distintos tipos de drones desplegados por Rusia:

  • Drones de reconocimiento de alta altitud
  • Vehículos armados con explosivos
  • Drones conectados por fibra óptica, imposibles de interceptar vía jam
  • Decoys, sin carga útil, usados para agotar defensas

Para contrarrestarlos se requiere una estrategia de defensa multicapa, que incluya sensores, sistemas de interferencia electrónica y misiles miniatura.

Una carrera que Europa no puede perder

Según Tomas Godliauskas, viceministro de Defensa de Lituania, Europa debe entrar en una mentalidad de “guerra limitada”, acelerando colaboraciones entre industria, gobiernos y ejército. En Ucrania, el tiempo de desarrollo entre el diseño de un dron y su despliegue puede ser de apenas unas semanas. Europa aún opera con burocracias y ciclos de compra que duran años.

También existe resistencia por parte de las grandes empresas armamentísticas, acostumbradas a proyectos costosos y de largo aliento. Estas compañías no ven con buenos ojos soluciones más baratas que podrían cambiar el paradigma actual.

“Tenemos que entender este juego —afirma Merilo—. Tecnología asequible existe. La pregunta es: ¿quién la produce… y qué tan rápido puede hacerlo?”

Un futuro conectado… y amenazado

No se trata solo de aparatos voladores. Se trata de una guerra donde lo electrónico, lo aéreo y lo digital convergen. Inclusive se han registrado interferencias de señal que dañan o pierden drones propios, como los utilizados para detectar cruces ilegales en la frontera.

La ciberseguridad, la guerra híbrida, los ataques electrónicos y la inteligencia artificial también forman parte del nuevo campo de batalla.

¿Qué es lo que realmente se necesita?

Europeos como Salm creen que más allá de soluciones temporales, Europa debe impulsar startups regionales tecnológicas, capaces de producir sistemas modulares que funcionen a lo largo y ancho de la OTAN.

Los requerimientos son claros:

  • Producción a gran escala
  • Bajo coste
  • Modularidad entre sistemas de aliados
  • Resiliencia ante cambios rápidos de tecnología

El mensaje de Godliauskas es claro y contundente: “Europa no tiene tiempo para esperar años en adquirir equipamiento. Cada semana contamos muertes y pérdidas. Lo que sirve hoy, quizá mañana sea obsoleto”.

En ese contexto, los drones no representan solo un desafío táctico. Su proliferación representa una amenaza estratégica para la seguridad del continente. Y la única solución es actuar con la misma velocidad con la que estos pequeños, baratos y letales enemigos surcan el cielo europeo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press