Rescate en Maine: cuando la solidaridad humana salvó a un alce atrapado en un pozo

Una extraordinaria operación de cinco horas logra liberar a un alce de casi media tonelada que cayó en un pozo abandonado de nueve pies de profundidad

En las profundidades del bosque de Pembroke, Maine, una escena digna de un documental de vida salvaje se desarrolló cuando un alce macho adulto fue rescatado tras haber caído a un pozo abandonado. Lo que parecía una tarde común para una familia local se convirtió en un despliegue de colaboración humana, tecnología y amor por la fauna silvestre.

Un encuentro inesperado en el bosque

Cole Brown jamás imaginó lo que encontraría aquel día mientras exploraba las 100 acres de terreno de su familia. Un ruido entre los arbustos llamó su atención, y al acercarse con cautela, divisó algo inusual entre la maleza: unos enormes cachos que asomaban ligeramente sobre las ramas.

Primero pensé que eran pavos salvajes”, comentó, pero la escena que tenía delante era más alarmante: un alce adulto había caído en un pozo de aproximadamente nueve pies (unos 2,7 metros) de profundidad. Atrapado, estresado y visiblemente agotado, el animal apenas podía moverse.

Un rescate meticuloso y colaborativo

Ante la situación, la familia contactó rápidamente al Departamento de Pesca y Vida Silvestre del estado de Maine (MDIFW). Al poco tiempo llegó un equipo compuesto por un biólogo de vida silvestre y oficiales del cuerpo de guardianes de fauna.

Se evaluó la condición del alce y se optó por sedarlo cuidadosamente para evitar que se hiriera más al intentar moverse dentro del espacio angosto. Una vez inconsciente, se utilizaron correas para sujetar al animal y un equipo de excavación —aportado por la familia Brown— lo izó con sumo cuidado fuera del pozo.

Verlo salir sin un solo hueso roto fue como presenciar un milagro”, dijo Delaney Gardner, hermanastra de Cole, quien grabó toda la operación.

¿Cómo llegó allí?

El terreno donde ocurrió el accidente había sido heredado recientemente por la familia y aún no había sido completamente inspeccionado. El pozo, probablemente excavado hace décadas, no estaba registrado en ningún mapa actual, lo cual lo convertía en una amenaza latente tanto para la fauna como para las personas.

No teníamos idea de que ese pozo existía. Lo descubrimos de la peor manera posible”, afirmó Gardner.

Una vida salvada y lecciones aprendidas

Una vez despertó del sedante, el alce, confundido pero aparentemente ileso, salió corriendo hacia el bosque. A pesar de la odisea, no parecía tener lesiones graves, más allá de una probable contusión física y emocional.

El MDIFW publicó en su página de Facebook: “El alce escapó corriendo, sin mayores daños que su orgullo. Una operación así muestra lo que puede lograrse cuando comunidad y autoridades cooperan”.

La problemática de los pozos abandonados

Este incidente ha encendido las alarmas sobre los riesgos de estructuras olvidadas en terrenos rurales. Los pozos, cisternas e incluso trampas de caza antiguas pueden representar un peligro para animales salvajes y personas.

Según el Pennsylvania State University Extension, existen más de 750,000 pozos abandonados únicamente en Estados Unidos, muchos de ellos sin etiquetar o sin mantenimiento, lo que crea condiciones ideales para incidentes como el de Pembroke.

Tenemos la responsabilidad como propietarios rurales de revisar y asegurar condiciones seguras”, opinó John Minnis, especialista en recursos naturales del estado de Maine.

¿Qué dice la ley?

La legislación en muchos estados requiere que dichos pozos sean tapados o señalizados de forma adecuada para evitar tragedias. En Maine, existe regulación desde 1998 para reportar pozos activos y clausurar aquellos en desuso.

La familia Brown ya ha sellado el pozo con una cubierta sólida temporal y está evaluando si reutilizarlo en el futuro si se determina que hay una fuente de agua viable.

La increíble fuerza del alce de Maine

El alce no es cualquier animal. Se trata del mamífero terrestre más grande de América del Norte. Un ejemplar macho adulto puede pesar hasta 700 kg y medir más de 2 metros de altura en la cruz, sin contar los impresionantes cuernos que caracterizan a la especie.

Curiosamente, a pesar de su tamaño, el alce es ágil y sabe nadar por largos trechos. Sin embargo, su enorme masa corporal le juega en contra en terrenos inestables o en situaciones como esta, donde un espacio reducido puede convertirse en una trampa mortal.

Una historia de esperanza

Delaney Gardner compartió en redes sociales imágenes del rescate que rápidamente se volvieron virales. Decenas de usuarios expresaron admiración tanto por el alce como por las personas que hicieron posible su rescate.

Esto fue más que una historia de rescate animal. Fue una lección sobre empatía, responsabilidad y trabajo comunitario”, escribió una persona en los comentarios.

Momentos como estos redefinen nuestro vínculo con la naturaleza

En épocas donde la relación entre el ser humano y la naturaleza parece marcada por la explotación y la indiferencia, episodios como el de Pembroke devuelven la esperanza. La familia Brown, junto con los expertos del Estado, mostraron que no importa el tamaño o especie de la criatura: toda vida merece ser protegida.

Gardner concluyó con unas palabras que resuenan profundamente: “Ver a un animal tan formidable atrapado e impotente fue desgarrador. Pero ver cómo todos nos unimos para salvarlo fue lo más hermoso que he vivido”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press