¿Un romance inesperado entre Lula y Trump? La política brasileña al filo de la diplomacia

Del antagonismo a los abrazos: cómo un encuentro sorpresivo entre Lula da Silva y Donald Trump cambió las reglas del juego geopolítico entre Brasil y EE.UU.

Una escena imprevista en Nueva York

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, aprovechó su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas no solo para reafirmar la soberanía brasileña, sino también para dar un giro inesperado en la relación con su contraparte estadounidense, Donald Trump. Hasta hace poco, ambos líderes se encontraban enfrentados políticamente, sobre todo después de que Trump impusiera aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas, alegando "persecución política" contra Jair Bolsonaro. Sin embargo, un fugaz y amistoso encuentro entre ambos mandatarios podría marcar el inicio de una nueva etapa bilateral.

"Parecía un hombre muy agradable, en realidad," comentó Trump tras el breve abrazo. Lula, visiblemente sorprendido, calificó el gesto como el inicio de una posible química entre ambos. Estas palabras, inesperadas por parte del líder republicano, generaron una reacción en cadena en la política brasileña... y más allá.

Un cambio de narrativa que beneficia a Lula

Desde que asumió la presidencia en 2023, Lula ha lidiado con una relación tensa con Washington. Las medidas comerciales impuestas por Trump derivaron en un deterioro diplomático severo, agravado por la cercanía entre el expresidente Jair Bolsonaro y la administración estadounidense previa. De hecho, Bolsonaro solía alardear de su acceso directo a la Casa Blanca, algo que dejaba a Lula en clara desventaja.

No obstante, la nueva actitud de Trump ha causado una sacudida en el tablero político brasileño. Los aliados del actual presidente celebraron el gesto como una victoria, e incluso figuras de la oposición moderada, como el exministro de Relaciones Exteriores Aloysio Nunes, reconocieron el valor del encuentro: "En estas condiciones, el contacto personal entre los dos presidentes es muy positivo. Eso puede iniciar una verdadera negociación”, comentó Nunes.

La caída en desgracia de Bolsonaro

La coyuntura política brasileña es aún más dramática si se tiene en cuenta la reciente condena de Jair Bolsonaro a 27 años de prisión por intento de golpe de Estado. Trump, acérrimo aliado del exmandatario, fue presionado por figuras como Eduardo Bolsonaro —hijo de Jair y actual diputado— para intervenir en su defensa. Sin embargo, las prioridades parecen haber cambiado.

El joven Bolsonaro, ahora residente en EE.UU., intentó justificar el gesto de Trump como un movimiento estratégico: “Lejos de provocar asombro, su postura reafirma, una vez más, su genio como negociador”, escribió en X (antes Twitter). Aun así, enfrenta la posibilidad de perder su escaño debido a su prolongada ausencia del Congreso brasileño.

Lula capitaliza el momento

Mientras tanto, la popularidad de Lula ha aumentado tras este giro de acontecimientos. Bajo un tono nacionalista y en defensa de los intereses brasileños, el presidente ha sabido moverse con astucia. La sugestiva frase que pronunció tras el abrazo con Trump —“Creo que había algo de química, de verdad”— fue replicada ampliamente en medios y redes sociales, posicionándolo como un líder diplomático con capacidad de tender puentes donde antes había hostilidad.

Para muchos observadores internacionales, esta apertura podría significar una nueva fase en las relaciones geopolíticas de América del Sur con la potencia del norte, y marcar el retorno de Brasil como actor relevante en la escena global. “Las medidas de Trump fortalecieron a Lula, dañaron a algunas empresas estadounidenses y no ayudaron a Bolsonaro”, opinó Brian Winter, editor en jefe de Americas Quarterly.

La reacción de la oposición: entre el silencio y el pragmatismo

Una de las respuestas más interesantes ha venido del gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, uno de los principales herederos del bolsonarismo. De Freitas ha suavizado su postura, admitiendo que es necesaria una negociación entre ambas naciones: “Esto es malo para Brasil y también para EE.UU. En algún momento tiene que haber convergencia”.

Esto representa una ruptura tácita con la narrativa bolsonarista anterior, que presentaba a Trump como paladín exclusivo de la causa conservadora en Brasil. Hoy, lo que antes era ensalzamiento casi mesiánico, se ha transformado en cautela diplomática e incluso concesiones.

El juego geopolítico de Trump con Latinoamérica

Desde su llegada al poder, Donald Trump ha mantenido una relación compleja y fluctuante con América Latina. Ha alternado gestos hostiles —como la construcción del muro fronterizo o la cancelación de acuerdos comerciales— con acercamientos pragmáticos, como el apoyo fugaz a ciertos gobiernos afines ideológicamente. Esta dinámica ha hecho de Trump una figura ambivalente para los líderes latinoamericanos, que deben leer entre líneas sus intenciones cambiantes.

En este contexto, el acercamiento con Lula puede ser interpretado como un movimiento de reposicionamiento político con vista a las elecciones de 2026, donde Trump buscaría ampliar su base con votantes latinos moderados e incluso empresarios interesados en normalizar relaciones comerciales.

¿Y ahora qué sigue?

Queda por ver si este encuentro se traducirá en la eliminación de los pesados aranceles sobre productos brasileños, o si será simplemente un gesto simbólico sin más recorrido. Lo que es claro es que ambos líderes tienen razones para construir un vínculo más pragmático: Lula necesita aliviar la presión económica interna, mientras que Trump necesita mostrar apertura y capacidad negociadora en la recta final de su mandato.

Como dijo Lula, “una reunión no tiene que pasar mañana o pasado mañana”, pero la puerta ya está entreabierta. En política internacional, eso es mucho.

En definitiva, lo que parecía una enemistad irreconciliable se ha transformado, al menos por ahora, en una oportunidad. Esa es quizás la esencia más pura de la diplomacia: transformar tensiones en posibilidades.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press