Cumbre de líderes en la ONU: promesas tibias frente a una crisis climática encendida

Mientras el mundo arde y el tiempo se agota, líderes mundiales se reúnen para hablar de cambio climático, pero las acciones concretas siguen siendo limitadas.

El clima no espera: una cumbre bajo alarma

En el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se celebró una cumbre especial sobre cambio climático presidida por el Secretario General António Guterres. Más de 120 líderes mundiales asistieron con la misión de presentar planes más agresivos contra las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, la reunión dejó entrever una realidad incómoda: el mundo está lejos de hacer lo necesario.

El evento se realiza a tan solo seis semanas de las próximas grandes negociaciones sobre el clima que tendrán lugar en Belem, Brasil. Las expectativas eran altas: esperar que las naciones miembros del Acuerdo de París entregaran actualizaciones más ambiciosas y detalladas sobre cómo cumplirán el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 °C por encima de niveles preindustriales.

Guterres: “La ciencia exige acción. La ley lo ordena. La economía lo exige. Y la gente clama por ello.”

Así comenzó Guterres su discurso, usando un tono urgente y casi desesperado ante la falta de compromisos serios por parte de las principales naciones contaminantes. Desde hace años, el Acuerdo de París establece que los países deben presentar planes climáticos nacionales cada cinco años, con metas más estrictas. Pero muchos no han cumplido con esta obligación. Hasta ahora, solo unos 50 países —que representan solo una cuarta parte de las emisiones globales— han presentado sus nuevos compromisos.

China, India y la Unión Europea: promesas sin dientes

Uno de los anuncios más destacados fue el de China, el mayor emisor de dióxido de carbono del planeta. El gigante asiático prometió reducir sus emisiones entre un 7% y un 10% para 2035. Aunque relevante, no dejó de provocar críticas por tratarse de una meta demasiado general y sin un cronograma detallado.

Por su parte, India y Europa asistieron con discursos sobre urgencia, pero sin presentar nuevos planes concretos. Ante esto, numerosos activistas y científicos señalaron la desconexión creciente entre los discursos políticos y las acciones reales.

“Debemos admitir el fracaso”: la voz de la ciencia

El climatólogo sueco Johan Rockström fue unos de los pocos científicos que pudieron tomar la palabra en la cumbre. De manera tajante afirmó: “Debemos admitir el fracaso. Hemos fallado en proteger a las personas del daño incontrolable del cambio climático.”

Rockström destacó que nos encontramos peligrosamente cerca de desencadenar cambios irreversibles. Los datos lo respaldan: el mundo ya se ha calentado 1.3 °C desde la era preindustrial. Es decir, estamos muy cerca de superar el umbral crítico de 1.5 °C, que los científicos consideran como el límite para evitar catástrofes climáticas descontroladas.

De promesas simbólicas a ejemplos concretos

Aunque la mayoría de los discursos fueron vagos, hubo algunos países que marcaron la diferencia:

  • Panamá: su presidente José Raúl Mulino Quintero reafirmó su posición como uno de los pocos países que “absorbe más carbono del que emite”. Además, se comprometió a restaurar 100,000 hectáreas de ecosistemas clave, incluidos manglares, como defensa natural ante el cambio climático.
  • Kenia: William Ruto, su presidente, señaló que el cambio climático representa tanto la mayor amenaza como la mayor oportunidad para el desarrollo africano, reclamando justicia climática y acceso real a financiamiento verde.
  • Brasil: Lula da Silva abrió la Asamblea con una frase contundente: “Las bombas y las armas nucleares no nos protegerán del colapso climático”. Anunció la creación del Tropical Forest Forever Facility, un programa de mil millones de dólares para pagar a los países que mantengan sus bosques en pie.

El déficit del liderazgo climático global

Lo grave de esta cumbre no fue solo la falta de compromiso de los grandes emisores, sino la dependencia reiterada de soluciones voluntarias. Mientras tanto, los fenómenos extremos son cada vez más frecuentes. Según el IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático), los eventos climáticos extremos, como olas de calor, huracanes y sequías prolongadas, se han duplicado desde 2000.

Además, un reporte reciente de la Organización Meteorológica Mundial advierte que la probabilidad de superar el umbral de 1.5 °C en los próximos cinco años es del 66%.

La urgencia de un nuevo modelo económico

Guterres subrayó que es hora de abandonar el modelo basado en combustibles fósiles: “Es hora de convertir las promesas climáticas en políticas reales con impacto profundo en todos los sectores.” Hizo un llamado especial para que los países desarrollados cumplan con la financiación prometida a las naciones en vías de desarrollo: 100 mil millones de dólares anuales, una promesa que aún está lejos de cumplirse.

Brasil 2025: ¿última oportunidad?

Con la cuenta regresiva hacia la Conferencia del Clima en noviembre en Belem, surgen expectativas sobre si esta podrá ser al fin la cumbre donde se pasen de las palabras a la acción. El hecho de que se realice en el Amazonas, una de las regiones más afectadas del mundo por la deforestación y el cambio climático, podría funcionar como un catalizador moral y político.

Por ahora, Guterres mantiene la presión: “Vamos directo al abismo... pero aún tenemos tiempo para girar el volante si actuamos ahora.”

¿Estamos perdiendo la batalla climática?

Si bien la narrativa de acción y esperanza sigue presente, los indicadores reales siguen lanzando señales de alarma. Según Climate Action Tracker, si todos los países cumplieran los compromisos actuales, el mundo aún se dirigiría a un calentamiento de 2.6 °C a finales del siglo. Es decir, nos alejamos peligrosamente del límite vital de 1.5 °C.

Mientras tanto, las generaciones más jóvenes, organizaciones científicas y movimientos sociales exigen algo más que discursos emotivos. La ciencia está clara. El tiempo también.

La pregunta es: ¿están los líderes mundiales dispuestos a hacer lo que se necesita?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press