La Europa League bajo tensión: violencia, política y emociones desbordadas

Tres escenarios, una misma competición: entre enfrentamientos de ultras, protestas políticas y celebraciones fuera de control, la Europa League muestra su cara más polémica.

La Europa League 2025-26 está apenas comenzando, pero ya ha entregado algunos de los momentos extrafutbolísticos más intensos del fútbol europeo en los últimos años. En una sola jornada, tres eventos en diferentes ciudades del continente —Tesalónica, Liverpool y Niza— han mostrado cómo el deporte más popular del mundo puede estar marcado por la política, la violencia y las emociones mal gestionadas. Este artículo es un análisis que busca conectar estos sucesos y reflexionar sobre el verdadero significado de este torneo en tiempos de profunda convulsión.

PAOK vs Maccabi Tel Aviv: fútbol y conflicto político

En Tesalónica, al norte de Grecia, el partido entre PAOK y Maccabi Tel Aviv se disputó bajo un fuerte dispositivo de seguridad. Las autoridades griegas desplegaron unidades antiterroristas, francotiradores, cordones policiales y perros adiestrados para detectar explosivos. Todo por la llegada de apenas 120 hinchas israelíes —una cifra mínima frente a los 28,000 asientos del estadio Toumba.

¿La razón? El conflicto entre Israel y Palestina, que ha intensificado las tensiones en diversos frentes. Dos protestas organizadas en la ciudad exigieron la expulsión de clubes israelíes de las competiciones europeas. En una maniobra mediática potente, activistas escalaron un edificio que también alberga el consulado de Estados Unidos e instalaron una enorme pancarta con la palabra “Genocide”. Algunos fueron detenidos, pero el mensaje ya había ocupado titulares.

Este es un recordatorio inquietante de cómo el fútbol no puede desligarse de la geopolítica. La UEFA, por su parte, parece querer mantener una neutralidad institucional que ya no convence a todos sus fanáticos, especialmente cuando equipos como Maccabi Tel Aviv juegan entre estrictas medidas antiterroristas.

Nice vs Roma: ultras, provocaciones y arrestos masivos

Al otro lado del continente, en Francia, Niza fue escenario de una
situación típicamente europea pero igualmente grave: el enfrentamiento entre ultras. En la previa del partido entre el equipo local y la Roma, se registraron disturbios que obligaron a la intervención de más de 200 efectivos de seguridad, además de dos unidades móviles.

Según las autoridades del departamento de Alpes-Maritimes, 102 hinchas radicales de la Roma fueron arrestados tras ser sorprendidos portando armas y objetos peligrosos. La policía confirmó que ninguno de los bandos altercados logró cruzar hacia el otro lado gracias a la contención, pero sí volaron botellas y se lanzaron insultos, con los hinchas del Niza coreando provocaciones del tipo “en Roma solo existe la Lazio”.

Lo más preocupante es que este tipo de violencia no es nuevo. En 2022, una pelea campal entre hinchas del Niza y del Colonia dejó 32 heridos. Pareciera que los esfuerzos por erradicar la cultura ultra más violenta han tenido poco éxito cuando se trata de partidos europeos de alto voltaje.

Liverpool vs Southampton: emoción, juventud y errores costosos

La tercera historia viene de Inglaterra y es, quizás, la más futbolística, aunque no exenta de polémica. Liverpool logró una apretada victoria frente al Southampton (2-1) en la Copa de la Liga gracias a un gol tardío del joven delantero francés Hugo Ekitike. Sin embargo, en su efusiva celebración, el jugador fue expulsado por una segunda amarilla al quitarse la camiseta —una infracción protocolar pero evitable, especialmente considerando que ya había sido amonestado por protestar apenas minutos antes.

El técnico Arne Slot, sin ocultar su frustración, fue directo en la rueda de prensa posterior: “Fue innecesario y estúpido”, sentenció. En declaraciones que destilan la tensión entre juventud e inexperiencia, el entrenador añadió: “Si esto fuera una final de Champions y marca después de eludir a tres jugadores y ponerla en la escuadra, entendería la emoción. Pero aquí no se justifica.”

Ekitike se disculpó con los fans en Instagram: “La emoción se apoderó de mí esta noche. Mis disculpas a toda la familia Red.” Sin embargo, la suspensión le echa un baldazo de agua fría a un inicio formidable con el club, donde ya suma cinco goles en ocho partidos tras ser fichado desde Frankfurt por 93.5 millones de dólares.

Reflexión: ¿es la Europa League un campo de batalla?

Los tres casos reflejan diferentes tensiones, pero todas convergen en algo importante: la Europa League ha dejado de ser simplemente un torneo de segundo orden. Se ha convertido, en muchos aspectos, en un gran teatro de las pasiones contemporáneas del fútbol.

— En Tesalónica, sirve de excusa para protestas geopolíticas y mensajes internacionales.
— En Niza, activa dinámicas nacionalistas, rivalidades históricas y violencia organizada.
— En Liverpool, muestra cómo un simple momento de emoción puede cambiar drásticamente el rumbo de un jugador y su equipo.

Todo esto nos lleva a cuestionar el papel social del fútbol hoy. Si bien es un deporte, también es una plataforma gigantesca de expresión —cultural, política, emocional— que expone grietas profundas en las sociedades contemporáneas.

¿Puede o debe la UEFA continuar ignorando las implicancias geopolíticas? ¿Hasta cuándo se tolerará la violencia organizada de grupos ultras? ¿Es razonable que un jugador sea expulsado por algo tan ‘humano’ como una celebración impulsiva?

Quizás no haya respuestas fáciles, pero sí es tiempo de reconocer que el fútbol europeo, al menos en su versión “Europa League”, nos está mostrando que despegar el balón del mundo real es, cada vez más, imposible.

Estadísticas que revelan una realidad inquietante

  • En la temporada 2022-23 de competiciones europeas, se registraron más de 60 incidentes de violencia entre ultras, según la FARE Network.
  • En Grecia, más de 2,000 agentes participaron en operativos relacionados con partidos con clubes israelíes desde 2021.
  • Hugo Ekitike ha marcado 5 goles en 8 partidos con Liverpool, pero ya acumula 3 tarjetas amarillas y una roja.

La conjunción de fútbol, política y emoción no es novedosa, pero se está instalando con una fuerza preocupante en torneos que supuestamente deberían “unir” a Europa. Es hora de preguntarnos: ¿cuánto aguanta el fútbol antes de romperse por las tensiones que lo rodean?

Este artículo fue redactado con información de Associated Press