Las fortalezas y debilidades de Trump en su segundo mandato: ¿qué dice la opinión pública?
Análisis de las áreas donde el expresidente ha ganado o perdido apoyo según nuevas encuestas
Donald Trump ha arrancado su segundo mandato presidencial con una aprobación general que se mantiene estable, aunque con notables variaciones temáticas que apuntan a un cambio en las percepciones del electorado estadounidense. Las encuestas más recientes colocan a la seguridad fronteriza y el crimen como sus principales fortalezas, mientras que su manejo de la economía, la salud y los acuerdos comerciales emergen como puntos débiles, incluso entre sus seguidores republicanos más fieles.
Una aprobación estable, pero polarizada
De acuerdo con el Centro AP-NORC para Investigación de Asuntos Públicos, el 39% de los adultos en Estados Unidos aprueba la gestión de Trump como presidente. Aunque no es una cifra históricamente baja para él, se trata de un estancamiento que refleja la profunda polarización del país. Esta cifra es coherente con gran parte de su primer mandato, durante el cual su aprobación raramente superó el 45%.
En agosto, durante el despliegue de la Guardia Nacional en Washington, su aprobación tuvo un ligero repunte que ya ha vuelto a descender. Este fenómeno se produjo también durante su primer periodo en la Casa Blanca: oscilaciones puntuales que rápidamente regresaban al promedio general.
Seguridad fronteriza: su mayor fortaleza
Curiosamente, el tema de la seguridad fronteriza se ha convertido en la bandera más sólida de Trump en su segundo mandato. Si bien en 2019 solo 4 de cada 10 adultos estadounidenses respaldaban su enfoque fronterizo, hoy ese número ha aumentado significativamente.
¿Qué ha cambiado desde entonces? Parte del ascenso en esta área responde a su ejecución implacable de políticas de contención y deportación de inmigrantes, algo que, si bien genera críticas en diversos sectores (especialmente demócratas e independientes), ha solidificado el respaldo entre una porción considerable del electorado conservador.
"Trump ha convertido la frontera en el nuevo campo de batalla político, y su estrategia le ha rendido frutos entre sus votantes más fieles", afirma Lauren Wright, politóloga de la Universidad de Princeton.
Inmigración: una mejora relativa con respecto al primer mandato
Aunque la aprobación en materia migratoria ha sufrido un leve descenso —43% actualmente, frente al 50% de marzo—, sigue estando por encima de su aprobación general. Durante su primer mandato, su enfoque migratorio era uno de los aspectos más polémicos y desaprobados.
En el nuevo periodo, su postura de mano dura ha sido más consistente y menos caótica: procesos de deportación acelerados, una política de “tolerancia cero” reestructurada y negociaciones regionales para controlar los flujos migratorios. Sin embargo, alrededor del 50% de los estadounidenses consideran que Trump ha ido demasiado lejos en su persecución a migrantes indocumentados.
Crimen: un tema con doble filo
A pesar de que el crimen es una de sus fortalezas según la encuesta (46% de aprobación), esa cifra representa una caída respecto al 53% registrado en agosto. Buena parte de esta mejora temporal se debió a acciones ejecutivas durante disturbios urbanos, especialmente el uso de la Guardia Nacional.
Entre los independientes, su imagen es más favorable en este terreno (40% lo aprueba en temas de crimen, aunque solo 25% lo aprueba en general), lo cual revela una oportunidad estratégica si decide apuntar a ese grupo para futuras elecciones.
Economía: el talón de Aquiles de su segundo mandato
Durante su primer mandato, Trump gozaba de una sorprendente aprobación en temas económicos. En enero de 2020, antes de la pandemia, su aprobación llegó a rozar el 50%. Luego del golpe económico por la COVID-19, la percepción comenzó a deteriorarse.
Hoy, solo el 37% de los adultos en EE.UU. aprueban su gestión económica, con un dato alarmante: menos del 20% de los independientes aprueban cómo está manejando la economía. En términos políticos, esto significa perder el favor de votantes clave, esos que no están alineados ni con republicanos ni demócratas.
Desde perspectivas macroeconómicas, en su segundo mandato, el crecimiento ha sido lento, con inflación intermitente y un déficit público en aumento. Aunque el desempleo ha bajado marginalmente, los salarios estancados y el encarecimiento del costo de vida siguen siendo motivo de preocupación nacional.
Comercio y salud: bajo rendimiento incluso entre los suyos
Dos de los temas donde Trump tiene los niveles más bajos de aprobación —incluso entre los republicanos— son los acuerdos comerciales y el sistema de salud. Solo 7 de cada 10 votantes republicanos lo apoyan en estas áreas; en el contexto de una base partidaria altamente leal, este número es bajo.
En la población general, el dato es más dramático: solo un tercio de los adultos aprueban su enfoque en comercio y salud. Muchos estadounidenses consideran que ha manejado de forma errática la política arancelaria, afectando sectores como el agrícola, el manufacturero y hasta el tecnológico.
Una encuesta del Pew Research Center revela que el 62% de los adultos desaprueban el uso de nuevos aranceles, mientras que el 89% de los demócratas y el 60% de los independientes creen que Trump ha sobrepasado los límites razonables.
Política exterior: conflicto israelo-palestino y tensiones globales
En cuanto a política exterior, el manejo del conflicto entre Israel y Palestina también ha demostrado ser un punto débil reciente. Apenas un 37% de los estadounidenses aprueba su gestión del asunto, una caída significativa respecto al 44% de marzo. Y dentro del mismo Partido Republicano, el respaldo ha bajado del 82% al 72%.
Esta merma de confianza se da en un contexto de creciente hostilidad en Medio Oriente y una política poco clara hacia potencias como Irán y China. La política internacional de Trump, caracterizada por decisiones unilaterales, sigue siendo polarizante incluso al interior de su partido.
¿Qué nos dicen estas cifras?
- Furor en la frontera: Trump ha consolidado una victoria neta en materia de seguridad fronteriza, transformando una debilidad pasada en su bandera principal.
- Erosión económica: Su enfoque económico, alguna vez motivo de orgullo, se ha deteriorado especialmente entre los votantes independientes.
- Inmigración y crimen: Lo mantienen con puntajes por encima de su media general, pero sin generar un crecimiento sostenido en su popularidad.
- Salud, comercio y política exterior: Representan oportunidades perdidas y sectores donde incluso su base muestra signos de pérdida de confianza.
El segundo mandato de Trump presenta una configuración distinta a su primer paso por la Casa Blanca. Las crisis sanitarias, sociales y económicas han cambiado el tablero, y aunque conserva el apoyo de su núcleo duro, su capacidad de expandir esa base está seriamente comprometida por su historial reciente.
En un contexto político cada vez más volátil, las encuestas muestran que, si bien Trump ha aprendido a reforzar sus fortalezas, necesita urgentemente atender sus debilidades si quiere consolidar un legado duradero o lanzar una futura candidatura.
Trump muestra gráficos relacionados con la economía en la Oficina Oval de la Casa Blanca, 7 de agosto de 2025, Washington.