Malawi en las urnas: el regreso de Mutharika y la lección democrática de Chakwera

La transición de poder en Malawi refleja una madurez democrática en medio de una profunda crisis económica

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En un momento donde las democracias africanas enfrentan desafíos internos y presiones externas, Malawi da un ejemplo al mundo con una transición de poder pacífica. El presidente saliente Lazarus Chakwera concedió la derrota ante el exmandatario Peter Mutharika, quien regresa a la presidencia tras obtener más del 60% de los votos en las elecciones recientes.

Una elección con historia: pasado, presente y retorno

Esta elección no se entiende sin conocer el contexto. Peter Mutharika, de 85 años, no es un recién llegado. Gobernó Malawi entre 2014 y 2020, antes de ser derrotado por Chakwera en las históricas elecciones de 2020, repetidas por mandato judicial debido a irregularidades masivas en los comicios de 2019. Aquella repetición fue celebrada por organismos internacionales como un hito democrático, rara vez visto en la región.

Sin embargo, Chakwera, que fue recibido con júbilo cuando asumió el poder en 2020, ha visto cómo su popularidad se erosionó rápidamente debido a una crisis económica sin precedentes en este país del sur de África.

Malawi y su constante lucha económica

Malawi es una nación que, pese a sus fértiles tierras y potencial agrícola, ha enfrentado durante años tasas alarmantes de pobreza. En 2023, según el Banco Mundial, casi el 71% de la población vivía con menos de $2.15 por día. El FMI ha advertido sobre el impacto fiscal de los subsidios a los combustibles y alimentos, pero medidas de austeridad han sido profundamente impopulares.

Durante el mandato de Chakwera, la inflación alcanzó niveles de dos dígitos, con incrementos en los precios del combustible, cortes de energía y escasez de alimentos, deteriorando la confianza ciudadana. Esta situación fue hábilmente aprovechada por Mutharika durante su campaña, donde prometió restaurar un liderazgo "experimentado y competente" y revitalizar la economía.

Un regreso polémico, pero legalmente incuestionable

El retorno de Mutharika ha sido visto con escepticismo por algunos sectores que recuerdan su período con acusaciones de corrupción y represión. Sin embargo, su victoria electoral fue clara, obteniendo más del 60% de los votos, según los resultados parciales publicados antes del anuncio del conteo final.

Chakwera, en un gesto poco común en la política africana, reconoció los resultados y concedió la derrota antes de que se oficializaran, diciendo: “Este resultado es un reflejo de la voluntad colectiva del pueblo para tener un cambio de gobierno, y por tanto, lo correcto es que yo acepte la derrota en respeto a su voluntad como ciudadanos y en respeto a la Constitución.”

Una democracia modelo en el sur de África

El ejemplo de Malawi quedó en contraste con la situación de otros países del continente. En naciones como Zimbabue, Uganda o Chad, las elecciones han estado marcadas por violencia, represión y denuncias creíbles de fraude. En 2020, la anulación de los resultados de las elecciones por parte del Tribunal Constitucional fue una anomalía en África y ─según analistas─ sentó precedente.

Este nuevo proceso electoral se desarrolló de forma relativamente pacífica, sin reportes significativos de violencia o fraude sistemático, según observadores locales e internacionales.

¿Quién es Peter Mutharika?

Arthur Peter Mutharika nació en 1940. Es abogado constitucionalista con estudios en derecho en la Universidad de Londres, y docente jubilado de la Universidad de Washington. Su hermano, Bingu wa Mutharika, fue presidente de Malawi entre 2004 y 2012, lo que convierte a Peter en una figura central del panorama político del país durante las últimas dos décadas.

Durante su presidencia 2014–2020, Mutharika fue criticado por una creciente represión de la libertad de prensa y manifestaciones populares. Sin embargo, también llevó adelante ambiciosas obras de infraestructura con financiamiento chino y mantuvo relativa estabilidad macroeconómica comparada con la situación actual.

Chakwera: un evangelista transformado en presidente

Lazarus Chakwera, de 70 años, era predicador evangélico y presidente de la Asamblea de Dios en Malawi antes de ingresar a la política en 2013. Logró aglutinar a la oposición tras la crisis del 2019 y ganó las elecciones repetidas en 2020 con una plataforma de cambio, transparencia y lucha contra la corrupción.

Su mandato no fue fácil. La pandemia de COVID-19 exacerbó los problemas económicos, y sus políticas de subsidios fueron insostenibles. En los últimos meses, también enfrentó críticas por presuntos casos de nepotismo y un creciente descontento en sectores juveniles urbanos.

¿Qué sigue para Malawi?

Peter Mutharika asume nuevamente el poder con una tarea monumental: rescatar a una nación al borde de la insolvencia. Según un informe del FMI de finales de 2023, la deuda externa de Malawi supera el 70% del PIB, y los márgenes fiscales limitan al gobierno en su capacidad de actuar sin apoyo internacional.

Mutharika ha prometido renegociar acuerdos con instituciones multilaterales, buscar inversión extranjera directa y racionalizar el gasto público. No obstante, varios economistas locales advierten que sin reformas estructurales profundas en agricultura e industria, el país depende excesivamente de la ayuda extranjera y las remesas.

Una oportunidad para fortalecer la institucionalidad

Lo que marca un punto de inflexión en este proceso no es solo el resultado electoral, sino cómo se manejó la transición. La madurez con que Chakwera aceptó su derrota refuerza la credibilidad de las instituciones democráticas en Malawi.

Regionalmente, esto podría inspirar a otros países en desarrollo que enfrentan ciclos de elecciones conflictivas. La clave estará en si Mutharika, ya con 85 años, logra construir un legado más allá de su regreso al poder, favoreciendo la estabilidad institucional y sentando bases sólidas para futuras generaciones.

En palabras de Blessings Chinsinga, politólogo y analista malauí: “La historia juzgará este momento como un nuevo capítulo en nuestra democracia. Pero debemos recordar que la democracia no es el destino, es un camino que requiere vigilancia constante.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press