Micah Parsons regresa a Dallas: un reencuentro cargado de nostalgia, historia y tensión sin cerrar

El estelar linebacker se enfrentará por primera vez a los Cowboys tras un mediático traspaso que aún deja huellas en ambos lados

Micah Parsons vuelve a donde todo comenzó

Este domingo por la noche, bajo las luces del Prime Time de la NFL, los Green Bay Packers se enfrentarán a los Dallas Cowboys en un partido que va más allá de una simple jornada de temporada regular. El foco estará en uno de los jugadores defensivos más electrizantes de los últimos años: Micah Parsons, quien retorna por primera vez a AT&T Stadium vistiendo otro uniforme, ni más ni menos que el verde de Green Bay.

De ídolo a rival: el traspaso del verano

La historia de este reencuentro se empezó a escribir el pasado 28 de agosto, cuando los Cowboys decidieron canjear a Parsons en un movimiento sorpresivo que sacudió a la liga. A cambio, obtuvieron al tackle defensivo Kenny Clark y las selecciones de primera ronda de Green Bay en 2026 y 2027. No fue una transacción cualquiera: se trató de la descomposición pública de una relación contractual complicada entre Parsons y la gerencia de Dallas.

Como parte del acuerdo, Green Bay le otorgó al linebacker de 25 años un contrato de cuatro años por $188 millones, con $136 millones garantizados, convirtiéndolo así en el jugador no mariscal de campo mejor pagado en la historia de la NFL.

El legado en Dallas no se olvida

Parsons no pasó desapercibido por la franquicia texana. En apenas cuatro temporadas, acumuló 52.5 capturas de mariscal, fue elegido tres veces al Pro Bowl y se convirtió en una de las piezas más reconocidas y queridas por la afición. Incluso hoy, conserva una suite privada dentro del estadio de los Cowboys, la cual estará llena de amigos y familiares este domingo.

Creo que Dallas me ama”, dijo Parsons esta semana. “Pienso que me van a dar una buena ovación. Al menos de mi parte, no hay rencores”.

¿Un adiós sin homenaje?

La narrativa, sin embargo, tiene matices. Uno de los más sonados es que, según confirmó Jerry Jones, propietario de los Cowboys, el equipo no tiene previsto hacer un tributo en video a Parsons. El linebacker se lo tomó con mesura:

Hay muchas cosas que podría considerar irrespetuosas en todo este proceso, pero no diría que la falta de tributo es una de ellas”, comentó. “Quizás haya sentimientos contrariados desde allá, pero por mi parte, estoy feliz donde estoy”.

Micah destacó que no ha hablado directamente con Jones desde las OTAs, y se enteró del traspaso a través de su agente.

Impacto inmediato: un titán en la defensa de los Packers

En Green Bay, Parsons ha comenzado a dejar su huella. Aunque solo suma 1.5 capturas en los primeros tres partidos, su mera presencia atrae dobles y triples bloqueos, lo que ha potenciado al resto del cuerpo defensivo. Su compañero Rashan Gary lidera la liga con 4.5 capturas tras convertirse en el principal beneficiario de la presión que Parsons genera.

Vínculos que perduran

A pesar de la separación contractual, Parsons mantiene cercanía con varios jugadores de los Cowboys. Habla semanalmente con su amigo Trevon Diggs, y recientemente trató de levantarle el ánimo a CeeDee Lamb, quien salió lesionado del partido ante los Bears. “Son mis hermanos”, afirmó.

Incluso el tacle izquierdo Tyler Guyton reconoció el impacto de Parsons en su desarrollo: “Lo veía como guía. Me enseñó mucho”.

La motivación del reencuentro

Más allá de las emociones, Parsons está listo para competir. “Obviamente tengo muchos lazos allí, pero pienso que será simplemente otro partido para mí”, dijo. “Conozco lo que es un juego entre Packers y Cowboys, y sé que los fans van a estar bastante energéticos”.

Pero no todo será tan simple. El propio Parsons admitió que sacar del bolsillo a Dak Prescott puede ser emocionalmente confuso: “Será doloroso, él fue como un mentor para mí”.

Entre pasado, presente y legado por construir

Dentro de la narrativa más amplia de la NFL, el regreso de Parsons a Dallas podría compararse a otras grandes reuniones de jugador-equipo. Leyendas como Peyton Manning (regresando a Indianápolis con Denver) o Tom Brady (visitando a los Patriots con Tampa Bay) vivieron momentos cargados de emoción, nostalgia y competitividad. Parsons, a pesar de su menor trayectoria, ya forma parte de este selecto grupo de ex iconos locales convertidos en antagonistas momentáneos.

La NFL, con sus múltiples capas de drama deportivo, personal y mediático, encuentra en esta clase de encuentros historias irresistibles. Y más aún cuando involucra a uno de los defensores más temidos, versátiles y vocales de su generación.

Otro ángulo: el partido también importa

Mientras todo esto ocurre en el plano sentimental, el duelo también es clave en la clasificación. Los Packers llegan con un récord de 2-1, mientras que los Cowboys buscan evitar caer a 1-3. La presión no solo está en Parsons, sino también en ambos mariscales y sus respectivas ofensivas.

Green Bay apuesta a su defensa rejuvenecida, con el dúo Parsons-Gary siendo una pesadilla para cualquier línea ofensiva. En Dallas, la ofensiva necesita estabilidad tras la lesión de Lamb y la falta de producción terrestre.

Historia viva en desarrollo

Si algo hemos aprendido es que en la NFL, las emociones y la estrategia caminan de la mano. Parsons representa esa dualidad: bestia en el campo, humano fuera de él, y personaje protagonista de una trama que probablemente aún no ha terminado de escribirse.

El domingo por la noche no solo se juega un partido. Se revive una relación intensa entre un jugador estelar y una franquicia que, por decisión propia, le dio el cierre antes de tiempo. Y ahora, bajo el reflector del horario estelar, ambos buscan seguir adelante... a su manera.

“Una ovación, una captura, una victoria. Tal vez ese sea mi homenaje”, cerró Parsons. Nada mal para alguien que, sin importar el uniforme, sigue escribiendo su leyenda.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press