Montaña rusa de tragedia: la muerte de Kevin Zavala reabre el debate sobre la seguridad en parques temáticos

Una montaña rusa de emociones, negligencia y preguntas sin respuesta sacude a Universal Orlando tras la muerte de un pasajero discapacitado

ORLANDO, Florida – La reciente tragedia ocurrida en el parque temático Epic Universe de Universal Orlando ha encendido una alarma nacional sobre la seguridad en las atracciones mecánicas, particularmente aquellas que ostentan tecnología “de última generación”. El caso de Kevin Rodríguez Zavala, quien murió después de montar la montaña rusa Stardust Racers, ha generado un debate profundo sobre accesibilidad, estándares de seguridad y transparencia corporativa.

¿Quién era Kevin Rodríguez Zavala?

Kevin, de 32 años, vivía con una discapacidad espinal desde su nacimiento y utilizaba una silla de ruedas para movilizarse. A pesar de esta condición, su familia y abogados aseguran que no padecía ninguna complicación médica importante y disfrutaba de una vida activa. El día del incidente, subió a la nueva atracción de Universal junto con visitantes regulares sin que se reportara ninguna dificultad extra en el proceso de abordaje.

Stardust Racers: la joya tecnológica del nuevo parque

Ubicada en el recientemente inaugurado parque Epic Universe, 'Stardust Racers' es una montaña rusa dual lanzada –una categoría de atracción que permite aceleraciones y giros extremos, ampliamente publicitada por alcanzar velocidades superiores a los 100 km/h. La complejidad estructural y su diseño cinemático convierte esta montaña rusa en una experiencia de alta adrenalina, pero también en una potencial fuente de riesgo mal evaluado para personas con condiciones particulares.

¿Qué ocurrió durante el paseo que terminó en tragedia?

Según los abogados de la familia, Kevin habría golpeado la cabeza repetidas veces contra el arnés de sujeción durante las intensas aceleraciones del recorrido, provocando una pérdida de consciencia casi desde el inicio del trayecto. Los informes forenses confirmaron que la causa de muerte fueron “múltiples traumatismos contundentes”, descartando un factor médico preexistente. Ben Crump, célebre abogado de derechos civiles que representa a la familia, manifestó:

“Solo porque la atracción funcionó como estaba diseñada, no significa que no hayan existido fallos de seguridad. Algo causó su muerte.”

Respuesta institucional: entre contradicciones y poca transparencia

Karen Irwin, presidenta de Universal Orlando, emitió una declaración a sus empleados donde aseguró que los sistemas mecánicos de la montaña rusa funcionaron adecuadamente y que el personal siguió los protocolos establecidos. Por su parte, el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de Florida ha ratificado preliminarmente esa postura: el juego “funcionaba con normalidad”.

Estas afirmaciones han sido calificadas como “precipitadas” y “defensivas” por los abogados de la familia, entre ellos Natalie Jackson, quien recalcó:

“Su discapacidad no lo mató. Fue el trauma causado por el golpe reiterado en la cabeza, derivado del movimiento del juego.”

Un problema sistemático: accesibilidad y negligencia en parques temáticos

La tragedia ha reavivado un debate más amplio sobre cómo los parques de entretenimiento adaptan sus atracciones para personas con discapacidades. Aunque en teoría se promueve la inclusión, los hechos demuestran que la infraestructura, protocolos y capacitaciones no siempre cumplen con las necesidades específicas de estos visitantes.

Según un análisis realizado por la organización ADA National Network, aunque los parques temáticos están obligados a seguir parámetros de accesibilidad establecidos por la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA), la implementación varía ampliamente según el operador. El resultado: personas con discapacidad frecuentemente enfrentan barreras no visibles, desde asientos no diseñados para perfiles físicos atípicos hasta personal sin formación suficiente.

El precedente de otros casos similares

La historia de Universal Orlando no es única. En 2011, una mujer con discapacidad falleció al caer de una montaña rusa en Six Flags Over Texas. El incidente obligó a una revisión de políticas en varias compañías. Pero más de una década después, parece que medidas preventivas todavía no cumplen estándares uniformes.

Un informe del U.S. Consumer Product Safety Commission reveló en 2022 que se produjeron aproximadamente 30,900 lesiones relacionadas con atracciones en parques de diversiones –y aunque no todas son fatales, muchas involucran a menores o personas con movilidad reducida.

La muerte de Kevin: ¿accidente evitable?

Las declaraciones de los abogados sugieren que Kevin pudo haber estado inconsciente la mayor parte del recorrido, lo que denota ausencia de sistemas de monitoreo en tiempo real para detectar posibles emergencias médicas durante la experiencia. Aquí es donde la tecnología y formación del personal cobran mayor relevancia. ¿Por qué no se detuvo el juego si un pasajero se mostraba inerte? ¿Existían cámaras? ¿El personal estaba autorizado y preparado para intervenir?

Muchos expertos coinciden en que los sistemas de seguridad deberían complementarse con sensores biométricos o inteligencia artificial capaz de interpretar anormalidades fisiológicas en tiempo real. Tal innovación ya se está probando en parques de Japón y Reino Unido.

La narrativa empresarial vs. el dolor de las familias

El comunicado de Universal resalta su compromiso con la seguridad. Sin embargo, las rápidas conclusiones frente al dolor de una familia en duelo han sido criticadas como insensibles. La familia Zavala no solo busca justicia, sino también garantizar que ninguna otra persona tenga que enfrentar el mismo destino. En palabras de Ben Crump:

“Si esto le pasó a Kevin, ¿cuántas otras personas están en riesgo en este momento?”

¿Qué sigue?

La montaña rusa Stardust Racers permanece cerrada mientras Universal realiza una auditoría exhaustiva con el fabricante. Pero más allá del presente caso, este evento refuerza la necesidad de instaurar regulaciones uniformes a nivel nacional, protocolos de emergencia mejor definidos, y capacitaciones obligatorias con enfoque inclusivo.

El abogado Crump ha dejado claro que si bien la empresa afirma haber seguido protocolos, no puede ignorarse el resultado: un hombre muerto y muchas preguntas sin respuesta.

La batalla legal continuará en los tribunales, pero el juicio moral y social ya está en marcha.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press