Sudán al borde del abismo: El-Fasher, drones y una guerra olvidada

La ciudad sitiada de El-Fasher es el epicentro de una tragedia humanitaria mientras las Fuerzas de Apoyo Rápido intensifican sus ataques, dejando muerte, hambre y desplazamiento en Darfur.

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El-Fasher: Una ciudad en ruinas bajo fuego constante

El conflicto en Sudán parece lejos de acabar, y la ciudad de El-Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, se ha convertido en símbolo de una guerra civil devastadora que ha causado un sufrimiento humano extremo. Recientemente, un ataque con drones perpetrado por las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, por sus siglas en inglés) dejó al menos 15 personas muertas y 12 heridas en un mercado concurrido de la ciudad, según testimonios de un trabajador humanitario y grupos de resistencia locales.

Este ataque ocurre apenas días después de que la RSF bombardeara una mezquita en la misma ciudad, provocando la muerte de más de 70 personas, incluidos tres trabajadores médicos. Las víctimas, en su mayoría civiles, reflejan la dimensión de una violencia indiscriminada que no respeta santuarios religiosos ni servicios esenciales.

Una guerra civil que descompone a Sudán desde 2023

El conflicto armado entre el ejército sudanés y la RSF estalló en abril de 2023 tras meses de tensiones políticas por el establecimiento de un gobierno de transición. Lo que comenzó como un choque entre dos facciones del poder militar se ha convertido en una guerra civil en toda regla que ha dejado más de 40,000 personas muertas y ha desplazado a cerca de 12 millones de personas, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Las cifras de la inseguridad alimentaria son igualmente alarmantes: más de 24 millones de personas enfrentan hambre aguda, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA). La infraestructura sanitaria está devastada y enfermedades como el cólera se han extendido a las 18 regiones del país, provocando al menos 3,000 muertes por esta infección bacteriana en los últimos 14 meses.

El-Fasher como último bastión estratégico

El-Fasher es el último enclave militar de importancia del ejército en la vasta región de Darfur y actualmente está sometida a un asedio cruel por parte de las RSF. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reportó que desde el 10 de abril hasta la fecha, cientos de civiles han sido asesinados debido a estos ataques. La RSF busca forzar la rendición de la ciudad mediante una serie de masacres diarias, según denuncian los Comités de Resistencia de El-Fasher.

“Este es un ataque brutal más que se suma a una serie interminable de masacres cometidas por las RSF”, escribieron en un comunicado en redes sociales. “El objetivo es arrodillar a la ciudad y quebrantar la voluntad de sus habitantes”.

Drones como nueva arma de dominación

La utilización de drones en zonas urbanas densamente pobladas representa una escalada temeraria del conflicto. Aunque las RSF no se han adjudicado oficialmente este ataque en sus redes sociales, sí han afirmado estar avanzando en El-Fasher y evacuando a cientos de civiles, sin ofrecer evidencia que respalde tales afirmaciones.

El uso de drones representa además un cambio en la tipología de la violencia: permite ataques “precisos” pero con efectos colaterales brutales sobre la población civil. Este patrón ya lo hemos visto en conflictos como los de Yemen y Ucrania, donde los civiles terminan siendo las principales víctimas.

Crímenes de guerra y limpiezas étnicas

Ambos bandos han sido acusados por organizaciones internacionales de cometer atrocidades, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, violencia sexual contra menores y limpieza étnica. Organizaciones como Human Rights Watch y Médicos Sin Fronteras han documentado múltiples incidentes de este tipo, poniendo especialmente el foco en la distribución selectiva de ayuda humanitaria según afiliaciones étnicas o tribales.

Darfur, una región marcada por conflictos desde principios de los años 2000, es nuevamente escenario de una crisis humanitaria sin precedentes. Lo que alguna vez fue la zona cero de un genocidio, hoy vuelve a estar sumida en el caos, mientras la comunidad internacional observa con una mezcla de impotencia e indiferencia.

El peso del silencio internacional

A pesar del alto número de muertes, desplazamientos forzados y vulneraciones a los derechos humanos, la reacción de la comunidad internacional ha sido, en gran parte, limitada a condenas verbales. A diferencia de conflictos mediáticamente más visibles como el de Ucrania, la guerra en Sudán ha quedado relegada a un segundo plano en la cobertura informativa y en la agenda diplomática global.

Muchos analistas argumentan que el aislamiento de Sudán y la complejidad geopolítica de la región dificultan cualquier tipo de intervención oportuna. Sin embargo, la falta de presión significativa hacia las partes en conflicto está perpetuando una guerra que sigue sumando víctimas cada semana.

Un sistema sanitario colapsado

Además de la violencia bélica, las condiciones de salud en El-Fasher se han deteriorado al punto de colapso. La falta de medicamentos, electricidad e infraestructura ha dejado a la mayoría de los hospitales fuera de servicio. El brote de cólera ha alcanzado proporciones epidémicas, una consecuencia directa de la contaminación del agua potable y la falta de saneamiento básico.

“Estamos viendo cómo se acumulan los cuerpos”, dijo un médico voluntario al medio The New Humanitarian. “Ya no es solo la guerra lo que mata, sino el abandono”.

Más allá de la tragedia: ¿Qué necesita Sudán?

Para que Sudán pueda salir de su actual espiral de violencia se requerirá más que intervenciones humanitarias de corto plazo. Se necesitan compromisos políticos internacionales reales que faciliten un alto al fuego verificable, así como una hoja de ruta hacia un gobierno civil incluyente y responsable.

Hay quienes ponen sus esperanzas en los esfuerzos de mediación de la Unión Africana y organizaciones árabes regionales. Sin embargo, ante el actual contexto de conflicto, incluso los diplomáticos más optimistas reconocen que la paz está aún muy lejana.

Una llamada a no olvidar

Cada víctima en El-Fasher tiene nombre, historia, familia. La ciudad azotada por las RSF no es solo un punto en el mapa, es un recordatorio constante de lo que ocurre cuando el poder se impone sobre la humanidad y el silencio abre paso a la impunidad. Mientras no se tomen medidas concretas, Sudán seguirá siendo un campo de ruinas, y la esperanza un lujo reservado para otro día.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press