Trump, Ucrania y Rusia: ¿Un cambio de retórica o una nueva estrategia geopolítica?
Las recientes declaraciones del expresidente estadounidense generan expectativas y dudas en Kyiv y sacuden la narrativa en Moscú
Un giro inesperado desde Washington
Donald Trump, expresidente de Estados Unidos y figura central en la política estadounidense contemporánea, sorprendió esta semana con un inesperado cambio de discurso sobre la guerra en Ucrania. En su intervención en la ONU y a través de sus redes sociales, afirmó ahora que Ucrania sí puede recuperar los territorios ocupados por Rusia, lo que representa un profundo viraje respecto a sus anteriores posturas públicas.
Este cambio llega en un momento especialmente delicado del conflicto. Tras más de dos años de guerra a gran escala —desde la invasión rusa de febrero de 2022, que se sumó a la anexión de Crimea en 2014—, el territorio ocupado por Rusia abarca aproximadamente un 20% del total ucraniano. Las líneas del frente están estancadas en varios puntos estratégicos y los enfrentamientos diarios continúan a pesar del cansancio militar, económico y emocional.
Los ucranianos, entre la esperanza y el escepticismo
En Kyiv, la capital ucraniana, las reacciones fueron comedidas. El pueblo ucraniano ha aprendido a no dar demasiado peso a simples palabras, especialmente cuando vienen de líderes extranjeros con discursos volubles.
Olha Voronina, una residente de 66 años, expresó su optimismo: “Necesitamos ese tipo de apoyo por parte de Estados Unidos, especialmente de figuras influyentes como Donald Trump. Esperamos que esta actitud persista”.
Sin embargo, otros se mostraron más escépticos. Volodymyr Cheslavskyi, un soldado que se recupera de heridas de guerra, no oculta su desconfianza: “Trump es alguien que hace política para sus propios intereses. Un día apoya a Ucrania, al otro parece del lado de Putin. Nunca se sabe”.
Lo cierto es que Ucrania ve con buenos ojos cualquier apoyo externo, pero necesita acciones tangibles, como financiamiento, armamento y cooperación tecnológica, más que declaraciones políticas.
¿Qué implica este cambio para la guerra?
Trump no se limitó a hablar de una victoria potencial ucraniana. Sugirió que los países de la OTAN deberían derribar aviones rusos que ingresen en su espacio aéreo, como ya ocurrió recientemente en Estonia. Asimismo, calificó a Rusia de “tigre de papel”, expresión inmediatamente rechazada por Moscú.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, reaccionó sarcásticamente: “Rusia no es un tigre de papel, es un oso, y no hay osos de papel”. La declaración se suma a una serie de esfuerzos de Putin y su entorno para proyectar poder y firmeza. Sin embargo, la creciente dependencia de la economía rusa de las exportaciones energéticas y las sanciones internacionales han dañado la capacidad de Moscú para sostener una guerra prolongada al nivel actual.
¿Trump defensor de Ucrania o de sus intereses?
Vale la pena recordar que Trump ha sido criticado por una actitud ambigua hacia Rusia. Durante su mandato, evitó sanciones duras durante largo tiempo, mostró simpatía por Vladimir Putin e incluso sugirió que Ucrania podría ceder territorio para lograr la paz. En redes sociales ha calificado al presidente Zelenskyy como “un dictador sin elecciones”.
Por eso, sus nuevas declaraciones abren preguntas: ¿Está Trump cambiando de opinión? ¿O simplemente se adapta a un escenario político que favorece una postura más dura contra Rusia?
Oleksandr Merezhko, presidente del Comité de Política Exterior del Parlamento ucraniano, subrayó esto: “Más allá de las palabras, necesitamos que cumpla sus promesas respecto a las sanciones a Rusia y el apoyo militar efectivo”.
Producción de armas y el papel de EEUU
En un desarrollo paralelo pero conectado, Ucrania y Estados Unidos están explorando una mayor cooperación en la producción de drones militares y otras tecnologías de defensa. Según Olha Stefanishyna, embajadora ucraniana en Washington, se están preparando nuevas reuniones bilaterales para discutir la producción conjunta.
Este tipo de acuerdos podría ser clave en el desarrollo de una industria militar autosuficiente ucraniana, menos dependiente de la ayuda extranjera. Los drones ucranianos han sido de gran efectividad en el campo de batalla, y su exportación incluso podría convertirse en fuente de ingresos estratégicos.
La respuesta rusa: negación y victimismo
El Kremlin, por su parte, continúa defendiendo su “operación militar especial” como una medida para garantizar su seguridad nacional. Lavrov y otros altos cargos rusos insistieron en que las raíces del conflicto se deben a la negativa de Occidente de atender sus preocupaciones de seguridad.
Peskov afirmó que la economía rusa es fuerte, a pesar de los indicadores en el terreno que muestran caída del PIB, sanciones debilitantes y una emigración elevada de profesionales calificados.
Dmitry Medvedev, expresidente y brazo derecho de Putin, calificó las declaraciones de Trump como “una realidad alternativa” y lanzó una advertencia: “Trump puede cambiar de opinión otra vez la próxima semana”.
Europa: ¿aliado real o rehén de sus dudas?
Aunque Trump instó a una mayor implicación europea, especialmente por parte de la OTAN y los países de la UE, muchos en Kyiv sienten que el apoyo europeo ha sido más retórico que logístico. Mientras que Alemania y Polonia han enviado armas, otros países miembros han tomado posturas más prudentes, temiendo una escalada del conflicto.
Anna Khudimova lo expresó así: “Podemos ganar si tenemos apoyo. Sin ayuda de la OTAN o Europa, ganarle a un ejército como el de Rusia es casi imposible”.
Ucrania, un campo de batalla simbólico global
La guerra en Ucrania no es solo un conflicto territorial; es un choque ideológico entre autoritarismo y democracia, entre esferas de influencia, entre modelos geopolíticos. En ese sentido, las declaraciones de Trump, por más cambiantes que parezcan, indican que él también entiende que el futuro del orden mundial puede definirse en Kyiv y Donbás.
Sin embargo, queda por ver cuánto hay de estrategia y cuánto de oportunismo electoral en sus palabras. Con las elecciones presidenciales estadounidenses en el horizonte, cada gesto público comienza a evaluarse bajo la lupa del cálculo electoral.
¿Avances reales o simplemente ruido diplomático?
¿Cambiarán estas declaraciones el juego diplomático? Es probable que sí, al menos parcialmente. La sola idea de que un líder como Trump se muestre optimista con respecto a una victoria ucraniana podría instar a más países a fortalecer su ayuda. También podría motivar a Ucrania a redoblar sus esfuerzos diplomáticos y bélicos.
Por otro lado, si como muchos temen, Trump vuelve a cambiar de postura, entonces sus palabras serán vistas como mera propaganda geopolítica sin sustancia real.
Lo cierto es que, en una guerra donde cada escaramuza tiene implicaciones internacionales, ningún enunciado es trivial. Y cuando proviene de un protagonista como Trump, puede inclinar, incluso ligeramente, el equilibrio de poder.