Trump vs. Realidad: El discurso migratorio y sus contradicciones en Europa y Estados Unidos

Un análisis crítico de las afirmaciones de Donald Trump sobre inmigración, seguridad y políticas públicas desde su retorno a la presidencia en 2025

El regreso de Trump al podio internacional

En su participación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2025, el presidente Donald Trump centró gran parte de su discurso en el tema de la inmigración irregular, tanto en Europa como en Estados Unidos. Describió una supuesta "invasión de ilegales" en el continente europeo, culpando a sus líderes por no tomar medidas suficientemente firmes. Sin embargo, los datos actuales y las acciones concretas contradicen en gran parte sus afirmaciones.

¿Hay una crisis migratoria en Europa?

Según datos de Frontex, la agencia europea de control fronterizo, las entradas irregulares a la Unión Europea se redujeron en un 20% entre enero y agosto de 2025 respecto al mismo período de 2024. De hecho, actores políticos europeos han destinado miles de millones de euros en la última década para endurecer controles, externalizar fronteras y sellar acuerdos migratorios con países africanos y del Medio Oriente.

Durante la crisis de refugiados de 2015, más de 1.2 millones de personas solicitaron asilo en Europa, provocando un vuelco en las políticas internas y el surgimiento de fuerzas populistas. Pero en 2024, los números se situaron en 900,000 solicitudes, lo que representa una disminución del 13% frente a 2023.

El mito de la “inacción europea”

Trump acusó a Europa de “no hacer nada” para frenar la inmigración ilegal y prometió que en su anterior mandato en Estados Unidos, la expulsión de inmigrantes fue total. Pero el panorama europeo es más complejo. Aunque es cierto que más de 400,000 personas reciben órdenes de deportación anualmente dentro de la UE, solo un 20% son efectivamente expulsadas. ¿Por qué?

De acuerdo con Frontex, las barreras burocráticas, geográficas y políticas lo dificultan enormemente. No todos los países están dispuestos a repatriar a sus ciudadanos. Algunos ni siquiera reconocen las órdenes de retorno. Además, dentro del espacio Schengen, los migrantes pueden desplazarse libremente entre varios países, lo que complica su monitoreo.

Las cárceles europeas y la población migrante

Trump ofreció cifras alarmantes sobre la supuesta sobrerrepresentación migrante en las prisiones de países como Alemania, Suiza y Austria. Aunque existen diferencias notables entre países, los datos oficiales relativizan su versión:

  • Suiza: 73% de la población carcelaria son extranjeros, una cifra alta que se ha mantenido estable en las últimas dos décadas.
  • Austria: 48% de los presos no son ciudadanos austriacos.
  • Alemania: Aquí Trump exageró: el dato real es 37% de internos no nacidos en Alemania.

Las razones no son necesariamente delictivas. Como explica Femke van der Meulen de Prison Watch, los migrantes son más fácilmente detenidos: carecen de red de apoyo, pueden ser víctimas de profiling por perfil racial o idioma, y tienen mayor dificultad para acceder a asistencia legal.

¿Sharía en Londres? Más ficción que hechos

Durante su discurso, Trump denunció que el alcalde de Londres quería implementar la ley Sharía, lo que fue rápidamente desmentido. Sadiq Khan, quien es musulmán, declaró ser orgullosamente parte de una ciudad “liberal, multicultural y progresista”.

Es cierto que en Reino Unido existen Sharía councils, similares a los Beth Din judíos, los cuales atienden temas de familia dentro de las comunidades religiosas. Pero no tienen validez legal dentro del sistema judicial británico.

California: ejemplo de avances y obstáculos en la lucha contra la indigencia

Trump también criticó duramente a California, catalogándola de “estado fallido”. Paradójicamente, los datos indican que muchas jurisdicciones en California han logrado disminuir sus cifras de personas sin hogar en 2025:

  • Merced: -14%
  • Santa Cruz: -20%
  • Sonoma y Contra Costa: -25%
  • Los Ángeles: -menos del 10%

Según Sharon Rapport, directora de políticas en Corporation for Supportive Housing, esto se logró en buena parte gracias a financiamiento estatal y federal. No obstante, dicho presupuesto se encuentra ahora en peligro por los nuevos requisitos impuestos por la administración Trump, que condiciona fondos a políticas ideológicas restrictivas.

Criterios ideológicos: el nuevo filtro de Trump

En septiembre de 2025, la administración Trump impuso nuevos criterios para que organizaciones puedan aplicar a fondos federales destinados a viviendas para personas sin hogar. ¿Qué se exige ahora?

  • No apoyar identidad de género distinta al sexo biológico.
  • No distribuir material para evitar sobredosis ni permitir consumo supervisado de drogas.
  • No operar en “ciudades santuario”.
  • No recibir fondos si no cooperan con ICE.

Estos criterios descalificaron directamente a organizaciones como Hope Solutions en California, que perdió $5.5 millones ya asignados. La medida afecta a más de 37 estados y ha sido bloqueada temporalmente en tribunales federales luego de una demanda de la National Alliance to End Homelessness.

¿Estamos presenciando una política de castigo?

Expertos creen que la administración Trump está utilizando fondos federales para reconfigurar ideológicamente las organizaciones sociales. En lugar de incentivar resultados —como la reducción del 4% de población sin hogar en California basada en datos de Hub for Urban Initiatives—, el gobierno parece enfocado en purgar enfoques que no se alineen con su visión conservadora.

Por ejemplo, formatos innovadores como los tiny homes de Hope Solutions para jóvenes de 18 a 24 años quedaron fuera porque ahora los fondos solo aplican para ancianos.

El futuro de la ayuda federal está en juego

Más allá de esta subvención específica de $75 millones, el verdadero temor radica en que las condiciones ideológicas se extiendan al Programa Continuum of Care, que en 2023 entregó más de $600 millones a California. Como dijo Katie Hill de Union Station Homeless Services, “simplemente no creo que veamos ese financiamiento”.

¿Qué significa esto para Europa y EE. UU.?

Trump vincula toda migración con crimen y caos. Pero la evidencia muestra que tanto EE. UU. como Europa han respondido, con luces y sombras, a los retos migratorios. Hablar de “invasión” no solo es inexacto, sino perjudicial. Alimenta discursos extremistas, reduces capacidades institucionales y bloquea soluciones coordinadas.

Si bien migrar es una realidad universal, las soluciones también deben serlo. La cooperación internacional, políticas basadas en datos y el respeto a los derechos humanos son claves para gestionar estos desafíos. Castigar a ciudades, estados u organizaciones por enfoques humanos o científicos es una estrategia que, a mediano plazo, fracasará.

Como recordó el portavoz de Frontex, Chris Borowski: “Cada país tiene su realidad política, pero no se puede resolver lo global pensando solo en lo local. Europa seguirá agrupando esfuerzos porque no hay otra opción”.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press