África pedalea con fuerza: el Mundial de Ciclismo en Kigali impulsa un sueño continental
Por primera vez en 104 años, el Campeonato Mundial de Ciclismo llega a África, catapultando sueños, talento y orgullo desde las calles de Kigali hasta el escenario global
En medio del bullicio de Kampala, la capital de Uganda, un ciclista revisa minuciosamente su bicicleta junto a la carretera. Viste con unos pantalones deportivos brillantes y un casco que resalta sobre el fondo urbano. No es un ciclista profesional europeo con patrocinios millonarios—es Ronald Yiga, un entusiasta del ciclismo que representa una nueva generación africana: llena de sueños, determinación e historia por escribir.
Una primera vez histórica: el ciclismo llega al corazón de África
El Mundial de Ciclismo 2025 marca un hito sin precedentes al celebrarse por primera vez en África, concretamente en Kigali, la vibrante capital de Ruanda. Este evento, que tiene 104 años de historia, ha sido dominado por países europeos, pero en esta edición el continente africano toma el protagonismo no solo como anfitrión, sino como una promesa por desarrollar en el deporte de élite.
El entusiasmo se respira en cada rincón de Kigali. La ciudad ha sido decorada con colores vivos, carteles del campeonato y zonas de animación para los miles de fanáticos y visitantes que han llegado para ver competir a unos 100 países representados por la élite del ciclismo global. El punto más desafiante: el “Mur du Kigali”, una subida emblemática con más de 3,500 metros de desnivel. Será la prueba de fuego para los corredores este domingo en la carrera élite masculina de 273 kilómetros.
El ciclismo como motor social e inspiración juvenil
Para Ronald Yiga, su participación representa mucho más que un deporte. “Esto es grande para África”, afirma. Comenzó a montar bicicleta durante la pandemia del COVID-19 como una forma de moverse durante los confinamientos. Hoy forma parte del Fun Cycling Club, un grupo que crece cada semana.
“No puedo esperar para ver a Tadej Pogačar”, dice con una sonrisa. El esloveno y campeón mundial es uno de sus ídolos desde que lo viera ganar en el Tour de Francia. Verlo en Kigali es una motivación inmensa. Como Yiga, cientos de jóvenes ciclistas africanos buscan dar lo mejor, esperando que esta plataforma les abra puertas hacia equipos internacionales y oportunidades profesionales.
Su compañero, Aziz Ssempijja, lo resume así: “Si me va bien, puede que consiga un equipo que vea mi talento y quiera llevarme más lejos. Este Mundial es una oportunidad para nuestro futuro”.
Ciclismo con recursos limitados, pero con enorme espíritu
La falta de recursos no ha detenido a los ciclistas africanos. Muchos todavía compiten con bicicletas antiguas de freno de llanta —modelos que han quedado obsoletos en el ciclismo profesional dominado por maquinaria de alta gama. Sin embargo, esta carencia se compensa con una voluntad férrea por representar a sus países.
Eric Manizabayo, del equipo nacional ruandés, lo expresa con claridad: “Esto no es el final, es un renacimiento. Es el punto de partida de lo que África puede llegar a ser en ciclismo”.
Ruanda: de la tragedia al centro deportivo de África
Ruanda ha recorrido un largo camino desde el genocidio de 1994. El gobierno del presidente Paul Kagame ha impulsado una política enfocada en la reconstrucción del país a través del deporte. La organización del Mundial de Ciclismo es el resultado de una inversión constante en infraestructura deportiva y de una visión que busca colocar a Ruanda como un epicentro deportivo del continente.
“Hemos pasado de competir en pueblos pequeños a recibir al mundo entero”, dice orgulloso Valentin Bigango, vicepresidente de la Federación de Ciclismo de Ruanda. “Esto es legado, inspiración y muestra de que África está lista”.
Ese mensaje lo encarna la construcción de la BK Arena, un estadio multipropósito de $100 millones que ha albergado finales de la Basketball Africa League y podría ser uno de los escenarios si el país logra su ambicioso objetivo de organizar el primer Gran Premio de Fórmula 1 africano en más de 30 años.
“El cielo es el límite”, dijo Kagame en la inauguración de una instalación deportiva reciente. “El deporte puede generar decenas de miles de millones para África, y debemos formar parte de esa historia”.
Amor popular por la bicicleta
En Kigali no hace falta mucho para notar el entusiasmo. Por doquier, los mototaxis se detienen para hablar de sus ciclistas favoritos. Vendedores en mercados improvisan graderíos para ver pasar a los corredores. Niños se esconden entre el gentío para alentar a este pelotón humano que ya transformó la historia del ciclismo.
“Este es nuestro momento para mostrar al mundo el espíritu de Ruanda”, expresa Eric Mupenzi, un mototaxista de la ciudad. “Vamos a llenar las colinas y rugir por cada ciclista, como si toda la ciudad pedalease junta”.
Jean de Dieu Uwimana, hincha de corazón, añade emocionado: “Vamos a gritar tan fuerte, que el mundo nos va a oír”.
¿Una oportunidad continental?
La llegada del Mundial no es solo un triunfo para Ruanda, sino un catalizador para todo el continente. Según Jacques Landry, director del Centro Mundial de Ciclismo —iniciativa de desarrollo de la UCI—, el evento servirá como linchpin para que las federaciones nacionales impulsen más competencias locales y fomenten el crecimiento del deporte.
“África no es un capítulo cerrado del ciclismo, es el comienzo de lo que puede lograr si se cultiva el talento”, afirma.
Destaca también que más niños están participando en carreras que antes no existían. La constancia de esas competencias podría sembrar las semillas para la aparición de campeones africanos en el mediano plazo.
Controversias y luces políticas
Pese a los avances, el enfoque de Ruanda en el deporte ha generado polémica. Diversos grupos de derechos humanos han acusado al gobierno de “sportswashing” —utilizar el deporte para lavar su imagen internacional, a pesar de acusaciones de represión interna y apoyo a grupos armados en la vecina República Democrática del Congo. Incluso senadores estadounidenses expresaron preocupación por las alianzas entre organizaciones deportivas como la NBA y el gobierno ruandés.
Estas tensiones internacionales ensombrecieron brevemente la preparación del Mundial de Ciclismo, pero no lograron frenar el entusiasmo de la población local ni a los equipos participantes.
El legado esperado
Independientemente de quién gane el oro este domingo, Kigali ya es una vencedora simbólica. Ha demostrado que África tiene la capacidad organizativa, la pasión y el talento para formar parte del élite deportivo global.
Para ciclistas como Yiga, Ssempijja y Manizabayo, la historia apenas comienza. Y si Ruanda quería enviar un mensaje al mundo, lo logró desde lo alto del Mur du Kigali: ¡África está lista para rodar entre gigantes!