Crímenes sin sentido: el caso del asesino en serie de Phoenix que conmocionó a Arizona

Cleophus Cooksey Jr. fue hallado culpable de ocho homicidios en tres semanas. ¿Cómo se desarrolló uno de los casos criminales más escalofriantes de los últimos años en EE.UU.?

El nombre de Cleophus Cooksey Jr. difícilmente se olvidará en el estado de Arizona tras ser condenado por ocho asesinatos ocurridos a lo largo de solo tres semanas entre noviembre y diciembre de 2017. Su caso no solo captó la atención de los medios locales, sino que sacudió a la comunidad estadounidense por la brutalidad y aparente falta de motivo en los homicidios, incluyendo el asesinato de su propia madre y su padrastro.

Perfil de un asesino en serie

Cleophus Cooksey Jr., de 43 años, fue hallado culpable no solo de ocho cargos de asesinato, sino también de secuestro, agresión sexual y robo a mano armada. Aunque los crímenes compartían un patrón violento, no estaban necesariamente relacionados entre sí, lo que hace el caso aún más aterrador. Varias de las víctimas parecían haber sido elegidas al azar.

Pese a las evidencias presentadas, Cooksey mantuvo su inocencia durante el juicio. Sin embargo, las pruebas forenses y una cadena de coincidencias contundentes lo incriminaron. Las autoridades hallaron en su poder el arma usada en al menos cuatro asesinatos, joyería perteneciente a una víctima, así como las llaves de uno de los vehículos robados.

Cronología de los asesinatos

El juicio incluyó testimonios de familiares, videos de seguridad, análisis balísticos y evaluaciones psicológicas. Esta es una cronología de los horrendos actos cometidos:

  • 27 de noviembre de 2017: Andrew Remillard (27) y Parker Smith (21) fueron hallados sin vida con disparos en la cabeza al interior de un automóvil estacionado en Phoenix.
  • 2 de diciembre: Salim Richards (31) fue asesinado mientras caminaba. Su pistola Glock 9mm y un collar desaparecieron.
  • 13 de diciembre: Latorrie Beckford (29) fue hallado muerto, con dos disparos en la cabeza, en las áreas comunes de un complejo de apartamentos en Glendale.
  • 15 de diciembre: Kristopher Cameron (21) fue asesinado en otra zona del mismo complejo, tras acudir a una supuesta transacción de drogas con Cooksey.
  • 15 de diciembre (90 minutos después): Maria Villanueva (43) es raptada y encontrada muerta al día siguiente en un callejón de Phoenix, parcialmente desnuda y con heridas de bala.
  • 17 de diciembre: La policía responde a un reporte de disparos y encuentra a René Cooksey (56) y Edward Nunn (54), madre y padrastro de Cooksey, asesinados dentro de su departamento.

Las evidencias lo delataron

Durante la detención de Cooksey tras los homicidios de sus familiares, los investigadores encontraron la pistola de Salim Richards, la cual fue balísticamente vinculada a los asesinatos de Beckford, Cameron y Villanueva. Además, llevaba consigo el collar de Richards y las llaves del auto de Villanueva.

Este vínculo forense sólido pulverizó su defensa. No solo estaban conectadas las balas y los objetos personales, sino también las grabaciones de cámaras de vigilancia y testimonios de testigos lo ubicaban en las escenas del crimen.

Un pasado violento

No era la primera vez que Cooksey enfrentaba problemas con la ley. Documentos judiciales revelaron que ya había cumplido una condena de 16 años por homicidio imprudencial tras disparar a un hombre durante una pelea en 2001. Fue liberado apenas seis meses antes de reiniciar su ruta homicida en 2017.

Este hecho ha encendido críticas hacia el sistema judicial estadounidense sobre la rehabilitación de criminales violentos y los mecanismos de seguimiento postliberación. ¿Debió la justicia haber monitoreado más de cerca a Cooksey tras su libertad?

El juicio y el camino hacia la pena capital

El juicio se extendió por varios meses debido a la complejidad de los casos múltiples y la presencia de diferentes tipos de crímenes. Finalmente, el mismo jurado que lo halló culpable enfrenta ahora la decisión de determinar si Cleophus Cooksey Jr. merece la pena de muerte.

El estado de Arizona permite la aplicación de la pena capital, especialmente ante “crímenes particularmente atroces o múltiples asesinatos con premeditación”.

Las audiencias de la fase de sentencia en casos de pena capital suelen incluir testimonios emocionales de las familias de las víctimas, análisis psicológicos del acusado y argumentos de defensa sobre su niñez o salud mental. La fiscalía argumentará la falta de remordimiento y la frialdad del patrón criminal de Cooksey como agravantes.

Impacto social: miedo y memoria

La comunidad de Phoenix y Glendale aún guarda cicatrices del miedo vivido durante esas tres semanas de 2017. La sensación de peligro era constante; los crímenes no parecían seguir una lógica tradicional. “Pensábamos que cualquiera de nosotros podía ser el siguiente”, dijo un vecino de la zona oeste de Phoenix.

Varias vigilias y marchas se organizaron en los meses posteriores bajo el lema “Queremos justicia y seguridad”. A raíz del caso, algunas organizaciones de víctimas impulsaron reformas estatales para revisar la supervisión post penitenciaria de exconvictos.

¿Qué lleva a una persona a convertirse en un asesino serial?

Según el FBI, los asesinos en serie “cometen múltiples homicidios separados por intervalos de tiempo, con una motivación que suele ser psicológica”. Cooksey representa un caso complejo: conocía a algunas víctimas, pero otras eran completamente al azar. Este híbrido entre motivación personal y violencia indiscriminada lo hace difícil de clasificar.

Expertos en criminología señalan que varios factores como traumas en la infancia, trastornos de personalidad, historial de violencia y estrés postliberación pueden interactuar para detonar estas conductas. Aunque Cooksey no expresó remordimiento, tampoco ofreció indicios sobre qué lo impulsaba.

El rol de la tecnología en la resolución del caso

Una parte crucial en el esclarecimiento de los crímenes fue el uso de técnicas forenses modernas, incluyendo:

  • Balística forense: análisis de trayectorias y casquillos que conectaron los crímenes.
  • Reconocimiento en video: cámaras de vigilancia clave en la identificación de Cooksey en escenas del crimen.
  • Pruebas de ADN: utilizadas en el caso de agresión sexual contra Maria Villanueva.

Según datos del National Institute of Justice, el uso de balística comparativa ha mejorado en un 45% la resolución de casos múltiples entre 2010 y 2020.

Reflexión: ¿cómo prevenir la violencia reincidente?

El caso de Cleophus Cooksey Jr. pone sobre la mesa debates profundos: ¿cómo monitorear efectivamente a exconvictos peligrosos?, ¿qué señales deben activar alertas sociales? y ¿cómo equilibramos los derechos de los exprisioneros con la seguridad colectiva?

La sociedad debe avanzar en políticas que incluyan tanto reintegración real como control efectivo. También se requiere mayor inversión en programas de salud mental, reinserción laboral y vigilancia comunitaria. Si no queremos más Cleophus en las calles, no podemos limitarnos solo a castigar; debemos prevenir.

Las familias de las ocho víctimas nunca recuperarán a sus seres queridos. Pero la justicia, finalmente, ha ofrecido una respuesta. Queda ahora la tarea colectiva de impedir que nuevas tragedias quiebren el corazón de nuestras ciudades.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press