La Ligue 1 se sacude: ¿Puede el Marsella destronar por fin al PSG?
La victoria del Olympique de Marsella frente al París Saint-Germain alimenta la esperanza de una carrera por el título más reñida que en años anteriores. ¿Se avecina una nueva era en el fútbol francés?
El golpe certero del Marsella en el Clásico
Lo que parecía una noche más del Clásico francés terminó convirtiéndose en una declaración de intenciones. El Olympique de Marsella rompió una racha de 14 años sin vencer al PSG en casa, y lo hizo de la mano de Roberto De Zerbi, un técnico que ha traído aire fresco y ambición al equipo del Vélodrome.
El 1-0 logrado en un partido tácticamente impecable ante el campeón defensor fue más que tres puntos: fue un mensaje directo a la Ligue 1 y, sobre todo, al multimillonario París Saint-Germain. El dominio absoluto de los parisinos en la liga ha sido una constante en la última década, pero esta temporada parece distinta.
Un PSG vulnerable
La derrota reflejó varios puntos débiles de un PSG plagado de estrellas pero falto de cohesión. Con múltiples lesiones —entre ellas la del Balón de Oro Ousmane Dembélé, Désiré Doué y Bradley Barcola— y un bajo rendimiento del nuevo portero, el equipo dirigido por Luis Enrique evidenció fragilidad, tanto física como psicológica.
El PSG solo perdió dos partidos en toda la temporada pasada y selló el campeonato con seis jornadas de anticipación. Sin embargo, tras cinco jornadas, cuatro equipos —incluido Marsella— están empatados con 12 puntos y separados únicamente por la diferencia de goles.
De Zerbi, el arquitecto de una revolución
“Vine aquí por el Vélodrome y para vencer al PSG, el equipo que representa el poder y que ha ganado sin rivalidad. Eso va contra mi filosofía”, declaró sin tapujos el técnico italiano tras la victoria. Pero De Zerbi sabe que una gran victoria no construye un proyecto ganador.
“Aún no hemos logrado nada. El partido ante Estrasburgo es igual de importante si queremos construir un equipo verdaderamente competitivo”, agregó. Su enfoque realista y ambicioso ha convertido al Marsella en el equipo más emocionante del campeonato hasta ahora.
¿Un campeonato por fin competitivo?
La Ligue 1, históricamente dominada por el PSG desde su adquisición por Qatar Sports Investments en 2011, ha sufrido por la falta de competencia real. Excepto por algunos destellos del AS Mónaco o del mismo Marsella, la hegemonía parisina ha sido prácticamente total.
Con más paridad entre los equipos, al menos en este inicio de temporada, se abre una posibilidad fascinante: un campeonato francés verdaderamente disputado. Lyon también ha sumado puntos importantes y, tras evitar el descenso por apelación el año pasado, ha conseguido cuatro victorias en cinco partidos bajo la guía de Corentin Tolisso como falso nueve.
Los nombres a seguir
- Ansu Fati: El joven ex Barcelona parece estar encontrando su lugar en la Ligue 1 con tres goles en apenas dos apariciones como suplente para el AS Mónaco. Se espera que arranque desde el inicio este fin de semana ante Lorient.
- Mason Greenwood: Co-goleador la temporada pasada con 21 tantos, ha recibido críticas desde Marsella por su escasa entrega defensiva. No obstante, ante el PSG fue otro jugador: solidario, intenso, comprometido.
- Ludovic Ajorque: El delantero del Brest estuvo involucrado en los cuatro goles del equipo la jornada pasada y llega encendido al duelo contra Angers.
Lille y Lyon: aspirantes con argumentos
El Lille recibe al Lyon en otro enfrentamiento clave este fin de semana. Mientras Lille busca recuperarse tras su derrota 3-0 ante Lens, Lyon parece haber encontrado rumbo tras meses convulsos. Olivier Giroud, a pesar de su veteranía, sigue siendo la figura referencia para un equipo que necesita recuperar su garra.
Las estadísticas no mienten: cuatro victorias en cinco partidos sugieren que Lyon no ha venido solo a participar. Por su parte, Lille no puede permitirse otro tropiezo si quiere seguir cerca del lote puntero.
La política invade el campo: las implicaciones del caso Israel
Mientras la Ligue 1 vive un renacimiento competitivo en lo deportivo, el fútbol europeo enfrenta tensiones geopolíticas. UEFA discute una posible suspensión de la federación israelí debido a su ofensiva militar en Gaza, una medida que podría excluir a Israel de toda competición internacional, incluidas las clasificatorias al Mundial 2026, que iniciarán en dos semanas contra Noruega e Italia.
La polémica es caliente. Varios miembros del comité ejecutivo de UEFA se muestran a favor de esta iniciativa, influenciados también por crecientes protestas en estadios de toda Europa. La posición de FIFA aún no está clara, pero las conexiones políticas entre su presidente Gianni Infantino y figuras como Donald Trump podrían inclinar la balanza.
La situación recuerda a la expulsión de Rusia en 2022, tras su invasión a Ucrania, un precedente que muchos activistas señalan ahora. Sin embargo, ningún equipo ha rechazado jugar contra Israel, aunque los presidentes de las federaciones de Noruega e Italia han manifestado su incomodidad.
Fútbol y humanidad
En paralelo, siete expertos de derechos humanos de la ONU han exigido que UEFA y FIFA actúen contra Israel. Las pancartas de “Detengan el genocidio” en partidos europeos no son ya una excepción, sino una muestra del clima social creciente.
Desde los aficionados del PSG en la final de la Champions hasta las protestas en Grecia durante el Europa League, el llamado a actuar se ha extendido. Es un momento en que el fútbol no puede esquivar el peso de los dilemas morales globales.
¿Una nueva era en la Ligue 1?
Con los focos puestos en el Marsella, la emergencia de talentos como Fati, el resurgir de Lyon y la vulnerabilidad manifiesta del PSG, la Ligue 1 tiene ante sí una oportunidad dorada de reinventarse.
Que haya cuatro equipos empatados tras cinco jornadas no es un simple dato anecdótico: es el síntoma de una liga que podría, por fin, ofrecer la emoción de otros grandes campeonatos europeos.
La pregunta ahora es: ¿será capaz el fútbol francés de convertir esta oportunidad en un cambio estructural duradero? Si De Zerbi tiene algo que decir, seguramente ofrecerá resistencia al dominio sin rival que ha marcado los últimos años.