La sombra del recorte: Cómo el presupuesto de Trump amenaza la sobrevivencia de las tribus nativas de EE.UU.

Cientos de millones en fondos federales vitales para las comunidades indígenas están en riesgo, mientras enfrentan desafíos climáticos, sociales y de salud pública sin precedentes

Una alerta desde el noroeste

Un nuevo informe publicado por la Universidad Estatal de Portland (Portland State University, PSU) detalla una amenaza silenciosa y devastadora para las naciones nativas de los Estados Unidos. Según el estudio, casi $530 millones de dólares del presupuesto federal asignado a tribus en el noroeste del país están en peligro de desaparecer a causa de recortes propuestos en el nuevo presupuesto impulsado por la administración de Donald Trump.

Este posible recorte representa casi la mitad de los $1.19 mil millones que se habían destinado originalmente a estas comunidades indígenas para el año fiscal 2024, con fondos destinados a programas esenciales como agua potable, vivienda asequible, transporte, salud y gestión ambiental.

Impacto directo en las comunidades

Serina Fast Horse, co-directora del Northwest Environmental Justice Center, señala que la preocupación es profunda: “Hay nerviosismo en todas las tribus por los recortes que se están produciendo”. Fast Horse, quien es Lakota y Blackfeet, destaca que los programas vulnerables incluyen desde la educación infantil temprana hasta la modernización de hogares para resistir el cambio climático.

Además, los recortes amenazan con golpear proyectos diseñados para proteger la salud pública en comunidades extremadamente vulnerables. Entre ellos se encuentran iniciativas como:

  • Monitoreo de calidad del aire, financiado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA), que otorgó casi $2 millones en 2024 a tribus del noroeste.
  • Mejoras en viviendas para enfrentar humo de incendios forestales, calor extremo y otros efectos del cambio climático.
  • Protección de alimentos tradicionales frente a la contaminación ambiental, fundamentales tanto para la salud como para la preservación cultural.

Una deuda histórica en riesgo de mayor incumplimiento

El gobierno federal de EE.UU. tiene responsabilidades legales con las naciones indígenas, surgidas de tratados y obligaciones de confianza. Estas responsabilidades han sido reafirmadas por múltiples fallos judiciales, incluyendo decisiones de la Corte Suprema.

Como explica William E. Ray Jr., presidente de las Tribus Klamath: “Todos los recortes en programas de agua, aire y cambio climático afectan directamente nuestra cultura y recursos protegidos por los tratados”.

Los recortes propuestos apuntan a numerosas agencias claves como la EPA, el Departamento del Interior o la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (NOAA). El recorte masivo incluyó la reversión de la Orden Ejecutiva 14008 de la administración Biden, que había buscado fomentar la justicia ambiental y la resiliencia climática.

Datos que revelan desigualdad persistente

Una imagen clara emerge cuando se analizan las cifras: de los $20.15 mil millones en financiamiento federal entregado a tribus entre 2010 y 2024, solo el 1.7% del gasto federal en energía y medio ambiente fue dirigido a pueblos nativos en 2024, aunque representan casi el 2.9% de la población de EE.UU.

Por ejemplo:

  • Tribus en Idaho recibieron $304.56 millones.
  • Tribus de Washington recibieron $1.81 mil millones.
  • Tribus de Oregón recibieron $690.76 millones.
  • Tribus de Alaska recibieron $2.35 mil millones.

Estas cifras muestran una clara subinversión comparativa, dado el tamaño, necesidades y desafíos que enfrentan estas comunidades.

Proyectos en peligro: más que infraestructura

El informe destaca cómo los fondos de iniciativas como la Ley de Aire Limpio o la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) están detrás de transformaciones tangibles. Por ejemplo:

  • Las Tribus Tulalip y las Tribus Yakama recibieron casi $1 millón conjunto para desarrollar tecnología que detecte vulnerabilidad ante humo de incendios o calor extremo.
  • Otros proyectos financiados buscan minimizar la exposición de ancianos y personas con enfermedades crónicas a contaminantes.
  • Programas de alimentos ancestrales buscan evaluar impactos ambientales que comprometen la salud de los ciudadanos nativos.

Una inversión que devuelve

Los autores del informe indican que cada dólar invertido en comunidades tribales genera un impacto multiplicador. Muchas tierras tribales comparten infraestructura con áreas rurales y no tribales, lo que significa que el beneficio se extiende más allá de las reservas.

Bobby Cochran, coautor del informe de PSU, resume: “No habíamos hecho una inversión seria en infraestructura desde los años 60 o 70. Esto no era lujo. Era ponerse al día”.

De hecho, muchas de las subvenciones suspendidas ya habían demostrado resultados efectivos. Según Fast Horse, los Community Change Grants ofrecieron cientos de miles de dólares para proyectos clave como acceso al agua potable limpia y centros de resiliencia climática.

Estas mismas subvenciones fueron interrumpidas por la administración Trump como parte de una cruzada ideológica contra políticas de diversidad, equidad e inclusión.

Los riesgos del olvido institucional

Investigadores de PSU analizaron 469 programas afectados por la reversión de la orden ejecutiva climática de Biden. De estos, 60 programas fueron nombrados para recortes explícitos en el presupuesto promovido por legisladores republicanos; entre ellos, 17 programas entregaban fondos directamente a tribus.

Esto representa un 35% de todas las inversiones federales en comunidades nativas en 2024. Aunque no todos los fondos serán eliminados por completo, el informe indica que una porción significativa podría desaparecer, lo que comprometería seriamente el futuro de múltiples naciones indígenas.

¿Qué está en juego realmente?

El senador Jeff Merkley (D-Oregon) describe la situación con crudeza: “Trump y los republicanos del Congreso están causando estragos en las comunidades tribales con una ley que recorta arbitrariamente programas vitales”.

El informe advierte que los recortes no solo afectarían el medio ambiente, sino también el acceso a atención médica, la soberanía tribal y la protección de los recursos garantizados por tratados históricos.

En palabras de Sophie Lalande, coautora del informe de PSU: “Cuando uno los compara con el gasto global del gobierno federal, se da cuenta de que estas comunidades reciben centavos por cada dólar. Y esos centavos están ahora en la línea de fuego”.

Este tipo de recortes, que parecen técnicos o administrativos, dislocan estructuras enteras de vida comunitaria en los pueblos originarios de EE.UU., erosionando no solo infraestructura, sino también dignidad, salud y generaciones enteras de identidad cultural.

Está en juego mucho más que presupuestos: un fragmento esencial del pacto de justicia histórica de un país con sus primeros habitantes.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press