Vivir entre muros: La oscura realidad de los hogares subdivididos en Hong Kong

Aprobación histórica del gobierno busca acabar con viviendas indignas que atrapan a los más vulnerables en la ciudad más cara del mundo

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Hong Kong, conocida por su icónica silueta urbana y su papel clave en la economía global, es también el escenario de una crisis habitacional que ha obligado a cientos de miles de personas a vivir en condiciones que rozan lo inhumano. En estas superpobladas y minúsculas viviendas subdivididas, una cama puede compartir espacio con una hornilla y un inodoro. Pero un reciente cambio legislativo promete ser un punto de inflexión.

¿Qué son los hogares subdivididos?

Los "hogares subdivididos", como se les conoce coloquialmente en Hong Kong, son espacios creados al fragmentar un departamento convencional en múltiples unidades más pequeñas. Estos "microhogares" suelen carecer de ventilación adecuada, aislamiento acústico, instalaciones sanitarias decentes y privacidad. En muchos casos, un pasillo se convierte en cocina, una esquina en baño, y lo que cabe alrededor de un colchón se considera una "sala de estar".

Según cifras oficiales, alrededor de 220,000 personas viven en estos espacios, muchos de ellos trabajadores migrantes, estudiantes y jóvenes profesionales que no pueden pagar alquileres exorbitantes. Algunas de estas unidades tienen menos de 8 metros cuadrados, lo cual es más pequeño que una plaza de estacionamiento estándar en la ciudad, que mide unos 10m².

¿Por qué ha tolerado Hong Kong esta situación durante tanto tiempo?

La raíz del problema viene de la combinación entre una demanda de viviendas extremadamente alta –alimentada por décadas de especulación inmobiliaria y controles laxos– y un suministro limitado de vivienda pública y asequible. Hong Kong ha sido catalogada durante más de una década como la ciudad más costosa del mundo en términos de accesibilidad habitacional, con precios que superan en 20 veces los salarios anuales promedio de sus ciudadanos.

Como explicó la Secretaría de Vivienda, Winnie Ho, "es doloroso ver a nuestra gente viviendo en condiciones tan precarias. Estas circunstancias jamás deberían existir en Hong Kong".

El cambio legislativo: ¿Qué impone la nueva ley?

La legislatura de Hong Kong aprobó por mayoría de manos alzada una ley que establece estándares mínimos para estas viviendas, como parte de una estrategia a largo plazo para eliminarlas completamente antes de 2049. Entre los nuevos requisitos, se incluyen:

  • Superficie mínima de 8 m² por unidad.
  • Presencia de un lavabo y una zona de inodoro separada del área habitable por una puerta.
  • Una ventana que se pueda abrir, para garantizar ventilación.
  • Detectores de humo exclusivos para cada subunidad.

Los propietarios tendrán un período de gracia para realizar las adaptaciones necesarias. Aquellos que alquilen propiedades no conformes podrán enfrentar multas de hasta 300,000 dólares de Hong Kong (unos USD 38,500) y hasta 3 años de prisión.

El temor de quienes lo pierden todo

La noticia, aunque positiva desde el punto de vista de los derechos humanos y la dignidad urbana, generó ansiedad entre quienes dependen de estos espacios. Algunos dijeron tener miedo de no encontrar alternativas económicas que cumplan con las nuevas exigencias.

Un trabajador migrante identificado como Li comentó para medios locales: “Trabajo 12 horas al día y aún así apenas puedo pagar 4,000 HKD de alquiler por mi espacio. Si los precios aumentan, ¿a dónde me voy?”

La administración lanzó un programa de viviendas transitorias para ayudar a quienes sean desalojados debido a la implementación de los nuevos estándares. No obstante, estas viviendas tienen criterios de elegibilidad específicos, lo que implica que no todos podrán acceder a ellas.

¿Basta con legislar?

Hong Kong ha enfrentado críticas persistentes por su lentitud en abordar problemas de habitabilidad. Años de políticas centradas en el libre mercado permitieron que las desigualdades crecieran a velocidades preocupantes. Las protestas de 2019, ampliamente vistas como una reacción al autoritarismo de Beijing, también tuvieron fuertes raíces económicas y sociales, siendo la vivienda uno de los ejes principales del malestar social.

El gobierno central chino ha presionado discretamente a las autoridades hongkonesas para resolver esta situación estructural, viendo la alta incidencia de viviendas inadecuadas como una "bomba social".

Las peores formas de vivienda

Aún fuera del rango de la nueva ley están las llamadas bedspaces o habitaciones cápsula. Estas consisten en cubículos apenas lo suficientemente grandes como para albergar una cama individual. Apilados verticalmente y sin ventilación, iluminación natural ni privacidad, estas estructuras son ampliamente consideradas como la peor forma de vivienda informal de Hong Kong.

Están reguladas bajo una legislación distinta, que muchos expertos consideran insuficiente. Años atrás, documentales como "Caged Homes of Hong Kong" encendieron la alarma internacional sobre la crudeza de estas condiciones.

Comparación global: ¿es Hong Kong una excepción?

No. El fenómeno de viviendas subdivididas no es exclusivo de Hong Kong, aunque sí tiene una intensidad mucho más elevada. En ciudades como Londres, París o Nueva York, existen también altas tasas de hacinamiento, sobre todo entre migrantes o personas en situación precaria.

Sin embargo, en Hong Kong estas formas de vivienda no son marginales: 1 de cada 11 habitantes vive en una de ellas, lo que convierte esta crisis en un tema de política pública urgente y masiva.

El futuro de una ciudad dividida

La implementación efectiva del nuevo reglamento será la gran prueba para las autoridades. Si bien la ley establece principios históricos para mejorar la calidad de vida, su impacto dependerá de la capacidad del gobierno para

  • fiscalizar miles de unidades dispersas por la ciudad;
  • ofrecer alternativas viables para los desplazados;
  • y contener el aumento de alquiler que provocarán las reformas.

El desafío no radica solo en erradicar un modelo abusivo de vivienda, sino también en repensar el derecho a vivir dignamente. ¿Puede Hong Kong seguir siendo una ciudad global próspera, mientras cientos de miles viven entre muros que no superan el tamaño de un baño?

Como dijo uno de los legisladores durante el debate: “No se trata solo de metros cuadrados, sino de humanidad.”

Este artículo fue redactado con información de Associated Press