Guillermo del Toro subasta su legado del horror: una mirada íntima a su macabra colección y lo que significa dejarla ir
El director mexicano remata cientos de piezas icónicas de su colección personal, incluyendo arte original de H.R. Giger, trajes de sus películas y cómics legendarios.
El guardián del terror y su Bleak House
Guillermo del Toro, director mexicano y maestro del horror moderno, ha abierto las puertas de su tesoro más preciado: su colección personal de objetos, arte y memorabilia relacionados con el cine, la literatura y el arte macabro. Esta colección, conocida como Bleak House, se ubica en dos propiedades en Santa Mónica, California, que funcionan como un santuario oscuro y creativo. Dentro de estas casas, el espectador descubriría desde criaturas góticas hasta primeras ediciones de libros clásicos del terror, pasando por obras de arte grotescas y detalles cinematográficos únicos.
En un movimiento que ha conmovido profundamente a sus admiradores, del Toro ha comenzado a desprenderse de parte de este acervo cultural a través de una serie de subastas organizadas junto a Heritage Auctions en Dallas. Esta no es solo una venta, sino un testimonio de lo que del Toro considera una herencia planificada para su familia y quienes han estado con él desde su infancia.
El fuego que lo cambió todo: los incendios de Los Ángeles
El detonante de este proceso fue una amenaza externa: los incendios forestales que azotaron Los Ángeles en 2023, y que pusieron en riesgo directo su vivienda y la integridad de la Bleak House. "Me senté y pensé, si alguna vez ocurre una tragedia, esta colección se perdería para siempre. Comencé a hacer planes no por fría lógica, sino por amor", confesó del Toro a medios tras la primera subasta.
Esta reflexión no nace solo de la cautela, sino de una filosofía más profunda: el amor verdadero implica también saber soltar. “Si amas algo, lo cuidas. Y a veces eso significa dejarlo ir”, expresó.
El objeto estrella: H.R. Giger y "The Tourist"
El artículo que alcanzó la cifra más alta fue una pieza de arte original de H.R. Giger, el artista suizo célebre por crear la criatura de la saga Alien. El cuadro formaba parte del concepto visual de un guión no producido titulado The Tourist. Se vendió por 325.000 dólares, todo un récord para Giger.
Giger, reconocido por su estética biomecánica y perturbadora, encarnó durante décadas el terror psicológico y lo llevó al plano físico con maquinaría orgánica y seres que parecen nacidos de pesadillas surrealistas. Del Toro se había hecho con esta singular pieza hace años como parte de su admiración por el terror como arte visual.
Un arsenal monstruoso: de Hellboy a Frankenstein
Pero la cosa no quedó ahí. La colección también incluye reliquias de las propias películas de del Toro. El icónico gabán rojo de Ron Perlman en Hellboy fue subastado por 50.000 dólares. Asimismo, dos trajes usados en pantalla por los Jaegers, los robots de combate en Pacific Rim, encontraron nuevos dueños por 75.000 dólares cada uno.
Parte del legado visual de Frankenstein, una de las obras fundamentales del horror gótico, también formó parte de la venta. La ilustración original creada por el legendario artista Bernie Wrightson para la edición de 1983 del clásico de Mary Shelley fue adjudicada por 250.000 dólares.
Otra joya nostálgica: la portada del álbum Dead Ringer de Meat Loaf, también obra de Wrightson, alcanzó los 187.500 dólares.
No todo se vendió (aún)
Algunos objetos especialmente queridos por del Toro no salieron de sus manos durante la subasta en vivo. Entre ellos destaca el arma icónica Big Baby, la escopeta giratoria de seis tiros usada por Hellboy. Del Toro confesó que esos serán aún más difíciles de despedir en siguientes rondas de subasta, programadas para 2024.
“Esta duele. En la próxima, voy a sangrar”, confesó con ironía y tristeza el cineasta, haciendo alusión a los objetos con mayor carga afectiva.
El horror como arte y testimonio
Para del Toro, el horror no es mera diversión o susto. Él siempre ha sostenido que es una forma de procesar el dolor, la muerte y el subconsciente. La colección que durante décadas ha ensamblado no responde solo a gustos personales, sino a una narrativa cultural. En su Bleak House se dan cita Edgar Allan Poe, Mary Shelley, Lovecraft, pero también artistas contemporáneos como Mike Mignola, creador del cómic de Hellboy, y Jack Kirby, padre de muchos superhéroes modernos.
“Todo ese horror está ahí para desafiar lo racional. No es que nos guste tener miedo, es que a veces es necesario enfrentarlo”, dijo en una entrevista con The New York Times. Para muchos, su colección es en sí misma una obra viva del arte oscuro que define una parte esencial del imaginario occidental.
Un legado vivo que cambia de manos
Para los fanáticos del terror, del coleccionismo o del cine, la decisión de del Toro tiene un profundo simbolismo. No se trata solo de vender objetos. Se trata de asegurar que estas reliquias lleguen a manos que las comprendan, las amen y las preserven. "Siento que soy un buen guardián", escribió el director tras la primera subasta. "Saber que estos artefactos tienen ahora hogares amorosos me consuela".
Y es que del Toro ha sido, durante décadas, mucho más que un cineasta. Es un curador del miedo, un alquimista en pantalla, y un conservador de nuestra historia del horror. Que su colección se disemine entre otros amantes del género, más que una pérdida, es una expansión: el legado de del Toro ya no se guarda en Bleak House, ahora vive en múltiples rincones del mundo.
Lo que viene: dos subastas más en 2024
Si bien esta primera fase concluyó con gran éxito, los fanáticos no deben desesperar. Quedan por realizarse dos subastas más en 2024 con más piezas de su colección. Serán oportunidades no solo para adquirir objetos, sino para conservar pedazos de historia fílmica, artística y emocional.
Como dijera del Toro: “Esta colección no fue acumulada por impulso, sino por amor. Cada objeto tiene alma. Cada pieza tiene una historia. Y cada historia encontró ahora un nuevo narrador”.
Fuente: Heritage Auctions