Hospitales bajo asedio: la mortal agonía del sistema de salud en Gaza
Entre bombardeos, escasez y evacuaciones, los hospitales palestinos en Gaza enfrentan un colapso sin precedentes bajo el avance de las tropas israelíes
La guerra que se libra dentro de los hospitales
Mientras las tropas israelíes avanzan implacablemente sobre Ciudad de Gaza, un campo de batalla menos visible —pero igual de devastador— está cobrando vidas dentro de los hospitales. Más allá de las cifras de muertos y heridos, una crisis humanitaria crítica crece bajo los escombros: el colapso del sistema de salud gazatí. Clínicas destruidas, hospitales parcialmente operativos o evacuados, médicos detenidos o desaparecidos, y una población civil atrapada entre la ofensiva militar y un sistema sanitario que se desmorona, describen un panorama de pesadilla en pleno siglo XXI.
Al-Quds, un hospital entre la vida y la muerte
Al sur de Ciudad de Gaza, el hospital Al-Quds ha sido uno de los epicentros del drama. Con capacidad para 120 pacientes, ahora quedan apenas 20, incluyendo dos neonatos en cuidados intensivos. La enfermera estadounidense Andee Vaughan, quien ha trabajado como voluntaria en el hospital desde julio, documentó el deterioro progresivo del centro médico en un video diario. "Es una locura", explicó Vaughan desde un refugio en Deir al-Balah tras ser evacuada. "Ese es el estado del sistema sanitario. Israel lo está desmantelando a propósito".
La situación es desoladora: falta de agua, electricidad, oxígeno, alimentos y medicinas. Según el Comité Internacional de la Cruz Roja, al menos 34 hospitales en la Franja de Gaza han sido afectados desde el inicio del conflicto, varios de ellos atacados directamente con artillería o misiles.
Una guerra sin reglas
Israel sostiene que uno de los principales objetivos de la ofensiva es erradicar la infraestructura de Hamas, señalando que el grupo utiliza hospitales y clínicas como centros de comando. Sin embargo, las pruebas de dichas afirmaciones no han sido concluyentes, y las consecuencias para la población civil son catastróficas.
El New York Times y Human Rights Watch han reportado que al menos 27 centros médicos han tenido que cerrar en septiembre debido a los ataques. El hospital infantil de Ciudad de Gaza y un centro oftalmológico especializado figuran entre los destruidos o evacuados. La ONU ha declarado que Gaza vive una crisis humanitaria "sin precedentes".
La tragedia de los más vulnerables
Los hospitales son el último refugio, especialmente para niños y civiles enfermos. Vaughan cuenta cómo enfrentó el terror junto a una bebé prematura de apenas 13 días. "La cargué para hacer contacto piel con piel y calmarla, pero su ritmo cardíaco bajó peligrosamente por las explosiones cercanas", relató. "Cada vez que el hospital temblaba, parecía que el mundo se nos venía encima".
La prioridad ha sido evacuar a los pacientes más débiles, pero muchos no tienen adónde ir. La Organización Mundial de la Salud advierte que cientos de pacientes en Gaza requieren cuidados intensivos, pero no hay camas, electricidad ni personal suficiente. Al menos 60 trabajadores médicos siguen atrapados en Al-Quds, junto con pacientes demasiado enfermos para moverse.
Una población al borde de la inanición
Israel ha bloqueado la entrada de ayuda humanitaria a la parte norte de Gaza desde el 12 de septiembre. Según el Programa Mundial de Alimentos, más del 80% de la población gazatí sufre de inseguridad alimentaria grave. La hambruna se cierne sobre una población de más de 2 millones de personas.
Además, las organizaciones humanitarias luchan contra un acceso cada vez más restringido. Los convoyes que intentan llegar desde el sur deben pasar por carreteras bajo constante amenaza de bombardeo. "El nivel de riesgo para los equipos de ayuda es intolerable", dijo Martin Griffiths, secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios de la ONU.
El precio humano de la inacción
No es la primera vez que un hospital es blanco durante esta guerra. En noviembre de 2023, las fuerzas israelíes entraron a la fuerza en Al-Quds, matando a civiles y destruyendo parte del recinto. Las imágenes compartidas por Vaughan muestran habitaciones con vidrios rotos, colchones ensangrentados y salas que antes estaban repletas de pacientes, ahora vacías.
Muchos trabajadores humanitarios acusan a Israel de aplicar una táctica deliberada de "deshumanización sanitaria". "Ya no tenemos centros de tratamiento de desnutrición, ni lugares para atender quemaduras, ni quirófanos funcionales", apunta la doctora Azra Zyada, analista de sistemas de salud con sede en el Reino Unido.
El rol vital de los voluntarios internacionales
Ante la prohibición del gobierno israelí a la entrada de medios de comunicación extranjeros, los voluntarios se han convertido en una de las pocas fuentes de testimonio directo. Vaughan, de Seattle, ha sido una voz humanitaria indispensable. Sus videos muestran cómo, a pesar del peligro, el personal médico continúa tratando a los enfermos entre escombros.
"Mis compañeros me mandan mensajes preguntando por qué los dejé", relató. "Me dicen que van a morir. Y lo más trágico es que quizá tengan razón".
¿Un crimen de guerra?
El Estatuto de Roma, que regula las directrices del Tribunal Penal Internacional (TPI), considera ilegal atacar hospitales y centros médicos, a menos que puedan demostrarse pruebas fehacientes de su uso con fines militares. Numerosas organizaciones, como Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional, han solicitado la intervención del TPI en Gaza. A pesar de ello, la comunidad internacional mantiene una postura tibia, reticente a condenar oficialmente a Israel.
No obstante, la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha manifestado que "la forma en que se están llevando a cabo muchas de las operaciones militares en Gaza podría equivaler a crímenes de guerra".
Una historia repetida
Desde 2008, Gaza ha sido escenario de múltiples ofensivas militares. La llamada "Operación Plomo Fundido", seguida de "Pilar de Defensa", "Margen Protector" y ahora las operaciones tras el 7 de octubre de 2023, han dejado más de 35.000 muertos, en su mayoría civiles, según datos de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).
El costo humano no solo se mide en cadáveres: niños sin acceso a vacunas, madres sin atención al parto, ancianos sin insulina o antibióticos. Gaza enfrenta un colapso sanitario estructural.
El silencio que mata
Mientras algunos gobiernos justifican la ofensiva como parte del derecho a la defensa, el sufrimiento de la población civil se multiplica. La comunidad internacional asiste como espectadora a lo que muchos ya califican como una limpieza sistemática del aparato médico palestino.
Es hora de preguntarse: ¿Qué queda cuando se apagan los quirófanos, cuando los frascos de oxígeno se vacían, cuando los médicos son detenidos y las madres deben vendar a sus hijos con sábanas manchadas?
La respuesta está en cada hospital abandonado, en cada sala vacía y en cada grito silenciado por la metralla. Gaza se desangra, y con ello, nuestra humanidad.
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