India se despide del MiG-21: el mítico ‘ataúd volador’ que entrenó generaciones de pilotos

Con el retiro de sus últimos MiG-21, la India busca modernizar su fuerza aérea frente a amenazas geopolíticas mientras entra en una nueva era de aviación de combate

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Un adiós cargado de historia y simbolismo

El rugido del MiG-21 se escuchó por última vez en India el pasado viernes, marcando el fin de una era que duró más de seis décadas. El avión soviético de alas afiladas fue durante mucho tiempo el pilar de la Fuerza Aérea India (IAF, por sus siglas en inglés). Desde su introducción en la década de 1960, esta aeronave supo ganarse una reputación feroz en combate, pero con el tiempo, su veto tecnológico y su alarmante tasa de accidentes lo convirtieron en un símbolo de urgencia para renovar la flota aérea.

Conocido por el apodo siniestro de “ataúd volador”, el MiG-21 cobra un lugar particularmente contradictorio dentro del imaginario militar y cultural indio: héroe de batallas, escuela de pilotos, pero también protagonista de tragedias humanas. Al despedirlo entre honores militares, India también enfrenta una crítica situación de seguridad aérea.

El legado del MiG-21: gloria y tragedia

India fue el mayor operador mundial del MiG-21, con más de 872 unidades adquiridas entre 1966 y 1980. Concebido originalmente por la Unión Soviética, este caza supersónico fue famoso por su velocidad, agilidad y desempeño en combates cerrados.

Su historia incluye episodios clave en guerras contra Pakistán en 1965, 1971 y 1999, así como enfrentamientos con China. Sin embargo, su historial también está marcado por una estadística alarmante: 482 accidentes registrados entre 1971 y 2012, resultando en la muerte de 171 pilotos, 39 civiles, y otros miembros del personal.

“El MiG-21 tiene la distinción de haber entrenado generaciones de pilotos de combate indios. Fue un gozo volarlo. Me hizo el piloto que soy hoy”, declaró el Grupo Capitán Indranil Nandi.

La última salida oficial fue comandada por el Jefe del Estado Mayor del Aire, el Mariscal AP Singh, quien aterrizó en la base aérea de Chandigarh mientras el MiG-21 recibía una despedida ceremonial con un saludo de cañones de agua. Presentes estaban también el Ministro de Defensa, Rajnath Singh, y decenas de oficiales veteranos.

Una fuerza aérea bajo presión

Con el retiro del MiG-21, la Fuerza Aérea India se queda con apenas 29 escuadrones activos, muy por debajo de los 42 que en algún momento fueron aprobados por el gobierno como cifra mínima requerida para defender adecuadamente el espacio aéreo nacional.

En un escenario geopolítico volátil, India enfrenta amenazas en dos frentes: China al este y Pakistán al oeste. Ambos países han modernizado considerablemente sus fuerzas aéreas, integrando tecnologías avanzadas como cazas furtivos y misiles aire-aire de largo alcance.

“Si la caída en el número de cazas no se revierte rápidamente, será un desafío enfrentar adversarios vecinos que ya cuentan con jets avanzados”, advirtió el analista de defensa N.C. Bipindra.

El incierto auge del Tejas

La solución ‘hecha en casa’ con la que India espera reinventar su fuerza aérea es el HAL Tejas, un caza ligero multirrol desarrollado localmente en colaboración con múltiples agencias tecnológicas. Aunque prometedor, el programa ha enfrentado retrasos crónicos en producción y problemas logísticos, especialmente por la dependencia de motores importados desde Estados Unidos.

Inicialmente se esperaba que la producción de 87 unidades comenzara el año pasado, pero eso no sucedió. El jueves pasado, se firmó un nuevo contrato por otras 97 unidades adicionales, con entregas previstas para comenzar en 2027. Con ello, India espera reemplazar no solo los MiG-21, sino también reforzar su presencia aérea crítica.

Otros jugadores en juego: Rafales, Su-30 y ¿F-35?

Actualmente, la IAF opera una flota mixta de cazas de origen extranjero y nacional, entre los que destacan:

  • Dassault Rafale (Francia)
  • Mirage 2000 (Francia)
  • Sukhoi Su-30MKI (Rusia)
  • MiG-29 (Rusia)
  • Tejas (India)

Desde que se adquirieron los Rafales franceses en 2016, se ha especulado sobre una posible ampliación del contrato, pero ahora hay otro factor en juego: el interés de Estados Unidos en ofrecer a la India sus famosos F-35 Lightning II, cazas furtivos de quinta generación. Pero hasta ahora, India no ha mostrado una inclinación clara por la compra, ya que su enfoque parece estar en reforzar la autarquía industrial de defensa.

Del MiG-21 al cine: cultura y conciencia

La figura trágica del MiG-21 también ha dejado su huella en la cultura popular india. En 2006, la famosa película “Rang De Basanti” —un éxito de taquilla de Bollywood— representó la historia de un joven piloto de MiG-21 que muere en un accidente, lo que encendió protestas y debates sobre la seguridad de estas aeronaves. El filme ayudó a generar conciencia nacional sobre los riesgos a los que estaban expuestos los pilotos.

¿Un cierre o el comienzo de algo nuevo?

La despedida del MiG-21 no es solo el cierre de un capítulo lleno de heroísmo, política y tragedia, sino también una llamada de atención para acelerar la modernización de las fuerzas armadas.

A medida que avanza la década, India no sólo tendrá que adquirir nuevas aeronaves, sino también desarrollar una infraestructura tecnológica e industrial robusta que le permita mantener su independencia estratégica. La apuesta por el Tejas, el posible ensamblaje local de más Rafales y las discusiones con Washington por el F-35 son movimientos en un tablero geopolítico cada vez más complejo.

El legado del MiG-21 vivirá en los corazones de los pilotos que lo volaron, en los libros de historia militar del sur asiático y en la cultura popular india. Pero, mientras tanto, la Fuerza Aérea debe volar más alto, más rápido, y sobre todo, más seguro.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press