La inflación, el petróleo kurdo y la lista negra de la ONU: Un repaso a los focos de tensión económica y geopolítica
Desde los números de la inflación en EE. UU. hasta las exportaciones de crudo iraquí y las sanciones simbólicas del Consejo de Derechos Humanos, tres frentes que reflejan un mundo económico en tensión
EE. UU. y la inflación: El espectro que aún persiste
El índice de precios de gastos de consumo personal (Personal Consumption Expenditures, PCE), fue publicado en agosto con una variación anual del 2.7%, ligeramente superior al 2.6% registrado en julio. Este resultado, aunque esperado por los analistas, señala que la inflación en la economía más poderosa del mundo sigue siendo obstinada. Cuando se excluyen los precios volátiles —como energía y alimentos— la inflación subyacente se mantuvo en 2.9%, la misma tasa que en el mes anterior.
Desde 2022, la Reserva Federal (Fed) ha intentado controlar la inflación aumentando su tasa de interés en once ocasiones, un enfoque ortodoxo que ha comenzado a mostrar efectos, pero que aún no logra llevar la inflación al objetivo del 2%. El mes pasado, después de más presión desde la Casa Blanca y la evidencia de un mercado laboral enfriado, el banco central redujo las tasas por primera vez en 2024.
Entre los críticos más duros de la Fed se encuentra el presidente Donald Trump, quien ha tildado al presidente del organismo, Jerome Powell, de “demasiado lento” y “m**rón” por no bajar las tasas con mayor agresividad. Trump incluso intentó destituir a Lisa Cook, miembro de la junta de gobernadores de la Fed, a lo cual ella ha respondido con una demanda que se encuentra en revisión por la Corte Suprema.
El crudo kurdo regresa: ¿Estabilidad o punto de quiebre en Irak?
En un movimiento que podría tener impacto en los precios globales del crudo, Irak reanudará las exportaciones de petróleo desde la Región Autónoma del Kurdistán hacia el puerto turco de Ceyhan. Tras más de dos años de conflicto legal y político, el reinicio marca una cooperación inédita entre el gobierno central de Bagdad, los kurdos y compañías petroleras internacionales.
Según Ali Nizar al-Shatari, jefe de la Organización Estatal de Comercialización de Petróleo de Irak, el bombeo comenzará a las 6 a.m. del sábado con un volumen de 240,000 barriles diarios. De estos, entre 180,000 y 190,000 serán destinados a la exportación y el resto usado localmente.
La reanudación de exportaciones se produce tras un acuerdo tripartito entre el Ministerio Federal de Petróleo, el Ministerio de Recursos Naturales kurdo y petroleras extranjeras. Las compañías obtendrán 16 dólares por barril para cubrir gastos de producción y transporte. El gobierno estadounidense ha monitoreado el acuerdo e incluso ha manifestado apoyo, según un comunicado del secretario de Estado Marco Rubio.
El operador petrolero noruego DNO ASA confirmó que recibió instrucciones para preparar sus operaciones tras el ataque con drones en julio que afectó sus instalaciones en Irak.
Es crucial recordar que esta cooperación se da tras años de conflicto interno. En 2014, los kurdos comenzaron a exportar petróleo sin autorización de Bagdad, una decisión que generó tensiones. El acuerdo reciente podría aliviar las relaciones, aunque las diferencias sobre la distribución de ingresos aún persisten. Con un contrato de exportación con Turquía vigente hasta 2026, la expectativa es que haya negociaciones para su renovación en breve.
La ONU y la lista negra: Empresas en la línea de fuego
En Ginebra, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU actualizó su ya polémica lista negra de empresas vinculadas a los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada. Este nuevo listado incluye casi 70 nuevas compañías de 11 países, elevando el número total a 158. Se trata de firmas que, según la ONU, «son cómplices en violaciones a los derechos humanos» al hacer negocios que facilitan la existencia o expansión de asentamientos.
Entre las nuevas incorporaciones están:
- Heidelberg Materials (Alemania)
- Steconfer (Portugal)
- INECO (España)
Entre las ya conocidas y que siguen en el listado están Airbnb, Expedia y Booking, compañías que ofrecen alojamiento en asentamientos, lo que, según Naciones Unidas, contribuye a normalizar su existencia.
Este uso del “name and shame” no tiene consecuencias legales directas pero aspira a presionar moral y políticamente a los actores corporativos para modificar sus políticas. La medida está basada en una resolución aprobada en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU hace casi una década. El proceso de inclusión en la lista contempla criterios como:
- Suministro de maquinaria usada en construcción ilegal
- Servicios de seguridad
- Servicios de viaje hacia o dentro de asentamientos
- Extracción de recursos naturales en territorios ocupados
Aunque siete empresas fueron quitadas del listado (como Alstom y eDreams), cientos más están siendo evaluadas. Naciones Unidas solo tiene recursos para un empleado a tiempo completo que supervise esta compleja iniciativa.
Israel ha condenado enérgicamente la lista como un acto de discriminación política y, junto a Estados Unidos, ha denunciado al Consejo de Derechos Humanos por mostrar un sesgo persistente en su contra. No obstante, esta presión internacional ocurre en paralelo al avance de planes israelíes para construir miles de nuevas viviendas en asentamientos, algo que podría imposibilitar en la práctica una solución de dos estados.
Intersección de tensiones: ¿Qué nos dicen estos tres eventos?
Aunque parezcan tres temas sin relación directa —inflación estadounidense, exportaciones kurdas y sanciones a empresas por actividad en territorios ocupados—, todos comparten una característica clave: el alto grado de interdependencia entre política, economía y derechos humanos en el escenario global.
— En EE. UU., la política monetaria está inmersa en batallas partidistas, con una Fed asediada mientras trata de aplicar medidas técnicas frente a realidades políticas.
— En Irak, la reactivación de las exportaciones de petróleo refleja el deseo de estabilidad económica en una región donde los recursos naturales han sido fuente de conflicto y cohesión a partes iguales.
— En Palestina, la ONU presiona para que las corporaciones entiendan que la responsabilidad empresarial no se detiene en las fronteras nacionales, sino que se extiende a los ámbitos morales y geopolíticos.
Cada pieza es parte del rompecabezas de un mundo en transformación. Juntas, estas historias nos recuerdan lo complejo que se ha vuelto el equilibrio entre mercados, gobernanza y justicia social.