Ryder Cup 2025: Entre golf, política y seguridad extrema en Bethpage Black
La edición 2025 de la Ryder Cup arranca con Donald Trump como invitado especial, medidas de seguridad reforzadas y un ambiente electrizante que mezcla deporte y espectáculo
Un viernes de golf, política y vigilancia
La Ryder Cup 2025 comenzó este viernes 26 de septiembre con una atmósfera inusualmente intensa en el legendario campo Bethpage Black, ubicado en Farmingdale, Nueva York. A la emoción habitual que acompaña al prestigioso torneo bienal entre Estados Unidos y Europa, se sumó este año la llegada del expresidente Donald Trump, lo que elevó tanto el perfil mediático como las medidas de seguridad del evento.
La presencia de Trump no pasó desapercibida. Acompañado de su nieta Kai Trump, el exmandatario fue recibido entre vítores por parte de algunos asistentes y con una evidente movilización de seguridad alrededor del campo. Este tipo de intersección entre política y deporte genera división, pero también atención, algo que este torneo ha sabido aprovechar para incrementar su ya de por sí imponente proyección global.
Una cita deportiva con historia
La Ryder Cup es mucho más que un torneo de golf. Es una auténtica batalla continental, un duelo donde el orgullo patrio y la estrategia por equipos superan al tradicional enfoque individualista del deporte. Desde su primera edición en 1927, el evento ha evolucionado en alcance y en simbolismo. Originalmente enfrentaba a Estados Unidos contra Gran Bretaña. No fue hasta 1979 que se ampliaría para incorporar a toda Europa, generando un emparejamiento más equilibrado y atractivo.
El formato actual incluye 28 partidos divididos en enfrentamientos foursomes, fourballs y partidos individuales. Lo más interesante es la manera en que se gestionan los emparejamientos y la dinámica de los jugadores, algunos de los cuales son archirrivales en el circuito PGA pero compañeros cuando representan a su continente.
Bethpage Black: el escenario perfecto para la tensión
No es casual que Bethpage Black haya sido seleccionado como sede de esta edición. El campo es considerado no solo uno de los más desafiantes de Estados Unidos sino también un punto neurálgico del golf neoyorquino. Conocido por su dificultad (un letrero en la entrada avisa a los jugadores: "Sólo para golfistas altamente calificados"), ha sido anfitrión de varios majors en el pasado.
El diseño del campo promueve un juego agresivo y estratégico, muy acorde con el estilo que suele verse en la Ryder Cup. Ya desde los primeros hoyos, jugadores como Rory McIlroy, Tommy Fleetwood y Tyrrell Hatton pusieron emoción al marcador mostrando una combinación de potencia, precisión y nervios de acero.
Europa vs. Estados Unidos: una rivalidad que arde
En esta edición, Europa llega con ganas de revancha. Después de perder la Ryder Cup de 2023 en suelo italiano, el conjunto europeo ha enfocado su preparación en corregir errores y fortalecer la conexión entre sus jugadores. Algunos de los veteranos, como McIlroy y Fleetwood, lideran una camada rejuvenecida que promete dar pelea. El capitán europeo aún no ha revelado todos sus ases bajo la manga, pero se espera un uso táctico intenso de las parejas en los foursomes.
Del lado estadounidense, el capitán ha confiado en nombres consolidados como Xander Schauffele, Justin Thomas, Patrick Cantlay y Collin Morikawa. Tras la derrota de 2018 en Le Golf National —una de las más dolorosas para el equipo de las barras y estrellas—, el conjunto norteamericano busca redención en su propio terreno. Con el público a su favor y un campo que conocen bien, se espera un arranque potente.
La política se cuela en el campo
La llegada de Donald Trump generó opiniones divididas. Para algunos asistentes fue motivo de entusiasmo. “Es grandioso ver al presidente aquí apoyando el golf americano”, declaró uno de los espectadores al inicio de la jornada en el hoyo 1. Otros, en cambio, manifestaron su malestar por lo que consideran una politización innecesaria de un evento deportivo internacional.
Trump es un ávido golfista y ha mantenido una relación estrecha con este deporte durante y después de su mandato. Incluso ha sido propietario de múltiples campos de golf alrededor del mundo, varios de ellos sede de torneos PGA o LIV Golf. Su aparición en la Ryder Cup refuerza, una vez más, cómo el golf se ha convertido en un terreno fértil para la visibilidad política y mediática.
No se debe obviar el aparato logístico que siguió a su llegada. La presencia de seguridad, tanto privada como del Estado, fue tal que alteró temporalmente el flujo de espectadores y medios de comunicación dentro del campo. Helicópteros sobrevuelos y decenas de agentes custodiaban accesos, gradas y perímetro del evento. Un despliegue más cercano a una cumbre diplomática que a una competencia deportiva.
Un campo dividido: pasión en las gradas
Los fanáticos, pocos con rostro indiferente, inundaron las gradas desde tempranas horas luciendo camisetas, banderas y hasta disfraces. En las Ryder Cup es común ver un ambiente más estridente que en otras competencias de golf, e incluso los jugadores interactúan con los espectadores, generando un ambiente casi futbolero.
“Vine desde Escocia solo para animar a Europa. Este campo será hostil, pero la historia está con nosotros”, dijo Angus McLeod, un fanático europeo que lleva tres ediciones asistiendo como espectador. Otro aficionado local, Brett Williamson, declaró: “Esto no es solo golf, es un tema de orgullo nacional”.
Primeras jugadas: tensión hasta el último putt
El juego no decepcionó. Con Estados Unidos y Europa emparejados en varios partidos del día, el espectáculo fue de alto nivel deportivo. La dupla McIlroy-Fleetwood se mostró impecable en su sinergia, logrando una victoria clave en el hoyo 14. Por otro lado, Patrick Cantlay encendió a la grada local con un birdie decisivo en el hoyo 11, mientras que Xander Schauffele salió del bunker con clase en el hoyo 7 para salvar el par.
Estadísticamente, quien lidera al final del viernes en Ryder Cup tiene un 70% de probabilidades de llevarse la copa, por lo que cada golpe en esta ronda inaugural implica mucho más que un simple tiro al green.
¿Qué sigue para el fin de semana?
Con dos días restantes de competencia, la balanza aún puede oscilar. El sábado se esperan más partidos foursomes y fourballs, mientras que el domingo se disputarán los 12 enfrentamientos individuales. Será allí donde los héroes se forjen o caigan. La presión, el clima (con pronóstico de lluvias ligeras) y el factor público jugarán roles determinantes.
También crece la expectativa sobre si Trump realizará una segunda aparición, lo cual agregaría más contexto y atención mediática al torneo. Por ahora, el show continúa, y el golf mundial nuevamente se rinde ante el espectáculo que significa la Ryder Cup.
¿Podrá Europa retomar la corona en territorio hostil? ¿O se consolidará el dominio estadounidense con una victoria "perfecta" en casa?
Una cosa es segura: pocas veces el golf ha vibrado con tanta fuerza como en esta edición 2025.