El robo del siglo: el misterioso saqueo de 12,000 botellas de whisky de Westland Distillery
Una operación sofisticada, un single malt irreemplazable y un millón de dólares perdidos. ¿Dónde están las botellas de Garryana?
Un robo que sacudió al mundo de los espirituosos
En el mundo del whisky, la paciencia lo es todo. Se necesitan años de fermentación, barricas especiales, condiciones climáticas apropiadas y un saber hacer artesanal para producir una botella excepcional. Pero en el verano de 2023, un robo audaz en Estados Unidos arrebató a Westland Distillery —y al mundo— una joya irrepetible: 12,000 botellas de whisky artesanal valuadas en cerca de 1 millón de dólares.
El robo no fue un acto impulsivo. Todo apunta a una operación meticulosamente planeada que dejó sin aliento a quienes conocen la rareza y el valor de estas botellas. Entre ellas se encontraba la primera versión de 10 años del célebre Garryana, considerado uno de los single malt más innovadores y representativos del Pacífico Noroeste.
¿Qué ocurrió exactamente?
El 31 de julio, un camión de carga apareció en un almacén de Westland Distillery en Burlington, Washington. Portaba documentos que supuestamente autorizaban la recolección de un cargamento con destino a Nueva Jersey. El lote incluía botellas de Westland Single Malt, Watchpost Blended y Garryana. Todo parecía en orden. Pero el embarque jamás llegó a su destino.
Una semana después, el equipo de Westland descubrió que había sido víctima de un ‘esquema sofisticado de transporte fraudulento’, según lo describió su director general, Jason Moore. Desde entonces, el caso está bajo investigación del Skagit Valley Sheriff's Office.
El Garryana: más que un whisky de colección
Para comprender la magnitud de esta pérdida, hay que entender qué hace único al whisky Garryana. Elaborado por Westland, una destilería artesanal con sede en Seattle, este single malt no es un simple intento de emular al scotch escocés: su ambición es capturar el terroir del Pacífico Noroeste.
- Utiliza cebada local
- Emplea turba de la península Olímpica
- Fermenta con una levadura única regional
- Madura en barricas de roble Quercus garryana, una especie autóctona del noroeste
Cada uno de estos elementos da como resultado un perfil de sabor excepcional que ha conquistado a expertos de todo el mundo. La edición 2023 del Garryana fue reconocida como el tercer mejor whisky del mundo por la revista Whisky Advocate.
¿Por qué este robo es tan complejo de resolver?
Lo primero que despierta sospechas es la especificidad del lote robado. El Garryana de 10 años no es solo valioso: es único. Westland trabajó una década en su producción, y esta entrega conmemoraba el aniversario del proyecto. Además, solo se habían emitido 7,500 botellas ese año, de las cuales 3,000 fueron robadas.
Según Mark Gillespie, anfitrión del popular podcast WhiskyCast, vender esas botellas es una tarea complicada:
“Lo que robaron es tan raro que todo el mundo sabe qué es. Sacarlo al mercado será casi imposible”, dijo.
En Europa son comunes los mercados secundarios de licores de alta gama, pero en Estados Unidos, la normativa de comercialización del alcohol funciona bajo un sistema de tres niveles: productor - distribuidor - minorista. Los particulares no pueden revender legalmente bebidas alcohólicas, lo que restringe potenciales compradores y canales de distribución.
Robos similares: precedentes y consecuencias
Este caso recuerda a otros robos famosos que han puesto en jaque a la industria del licor artesanal. En Escocia, por ejemplo, se han registrado robos de camiones completos con cargamentos de whisky.
Un caso notable ocurrió en 2011, cuando desapareció un contenedor con Scotch valorado en medio millón de dólares. Aunque muchas veces el destino de estas botellas termina siendo incierto, algunos lotes han acabado en mercados paralelos de Europa del Este y Rusia.
La diferencia en el caso de Westland es la alta trazabilidad de las botellas robadas: cada lote está perfectamente documentado y etiquetado, lo que imposibilita su colocación en canales legales.
Terroir frente a tradición: el espíritu del Garryana
Cuando hablamos de Westland, hablamos de una visión moderna del whisky estadounidense que honra la tradición con creatividad. Según Moore:
“Nos hemos enfocado en capturar el alma del bosque del noroeste en cada botella”.
Esto se traduce en una maduración en barricas de garryana, un roble que otorga notas especiadas e intensas poco comunes en destilados tradicionales. Además, la edad de 10 años en una craft distillery es una rareza, ya que pocas tienen la infraestructura o el capital para esperar tanto tiempo en maduración.
Todo esto convierte al Garryana no solo en un producto de lujo, sino en un símbolo de resistencia artesanal frente a la producción masiva.
¿Un revés fatal para Westland?
Aunque el golpe económico es duro —perder un millón de dólares podría cerrar a muchas destilerías— Westland tiene una carta bajo la manga: en 2016 fue adquirida por Rémy Cointreau Group, el gigante francés de licores premium. Esto le da solidez financiera y un respaldo internacional para resistir el golpe.
Moore minimiza el impacto en la operación inmediata y afirma que seguirán abasteciendo a sus clientes mientras fortalecen sus medidas de seguridad logística tras el incidente.
“Es un contratiempo, sí, pero nos vamos a recuperar. Seguimos centrados en compartir nuestro whisky con quienes lo aprecian”, concluyó el ejecutivo.
El lado oscuro del coleccionismo
En un mercado cada vez más obsesionado con la rareza y exclusividad, suceden cosas curiosas: algunos coleccionistas podrían estar dispuestos a pagar por estas botellas incluso sabiendo que provienen de un robo. El whisky, como el arte, se ha convertido en un objeto de inversión. Las subastas registran récords: en 2019, una botella de Macallan 1926 se vendió por 1.5 millones de dólares.
Pero existe una línea roja moral y legal. Gillespie advierte categóricamente:
“Si alguien intenta venderte una caja de Westland ahora mismo, llama a la policía”.
Los próximos pasos
Las investigaciones del sheriff de Skagit avanzan, pero hasta ahora no se tienen pistas sólidas sobre dónde terminaron las cajas desaparecidas. La colaboración entre autoridades estatales y federales parece ser la mejor esperanza para rastrear el cargamento.
Westland, mientras tanto, no interrumpe su producción ni sus planes para futuras ediciones de Garryana. La expectativa ahora es si alguna de las botellas robadas aparecerá en algún mercado, subasta clandestina o colección privada. Hasta entonces, los amantes del whisky se quedan con una mezcla de desconcierto, frustración y deseo inalcanzable.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
- La seguridad en cadenas logísticas de productos de lujo necesita evolucionar.
- El valor de un producto no siempre radica en su precio, sino en su historia, procedencia y tiempo.
- Cuando los objetos se tornan sagrados para una cultura —como el whisky para muchos— su pérdida o robo genera conmoción global.
En un mundo donde la paciencia se paga con calidad, el robo del Garryana no solo fue un golpe económico, sino una afrenta a una década de pasión destilada botella a botella.