La sombra del conflicto en Gaza divide a Europa: Masivas protestas en Berlín y la creciente presión sobre la política exterior alemana
Decenas de miles de personas exigen un alto al fuego, condenan las exportaciones de armas a Israel y reavivan el debate sobre la responsabilidad histórica alemana hacia el pueblo judío
Una marea humana en las calles de Berlín
El sábado 27 de septiembre de 2025, cerca de 50,000 personas se congregaron en el corazón de Berlín en una masiva demostración de solidaridad con la población palestina de Gaza. Bajo el lema “All Eyes on Gaza”, la multitud exigió el fin inmediato de la guerra entre Israel y Hamás, denunciando la devastadora situación humanitaria que vive el enclave palestino.
Los manifestantes coreaban frases como “¡Palestina libre!” y portaban pancartas en las que se leía “Alto a la ocupación” y “Detengan las armas alemanas a Israel”. Esta manifestación se posiciona como una de las más numerosas en el continente europeo en torno al conflicto de Gaza desde octubre de 2023.
Un conflicto que reabre heridas históricas
Alemania, debido a su pasado nazi y el Holocausto, ha mantenido durante décadas una política exterior marcada por un amplio respaldo al Estado de Israel. Esta postura ha impregnado la retórica y decisiones de múltiples Chancillerías desde la posguerra, consolidando un compromiso explícito en torno a la seguridad del Estado hebreo.
Sin embargo, este respaldo incondicional está siendo cuestionado por sectores cada vez más amplios de la sociedad civil alemana, especialmente ante la creciente cifra de víctimas civiles en Gaza, y lo que muchos catalogan como una respuesta desproporcionada del gobierno israelí.
“Ya no basta con repetir lemas sobre la defensa de Israel. Necesitamos ver los hechos sobre el terreno, y hoy Gaza se muere de hambre bajo un bloqueo y bombardeo constante”, afirma Leyla Atmani, activista de origen sirio presente en la manifestación.
El peso de las cifras
Desde el atentado terrorista de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, en el que murieron unas 1,200 personas y fueron secuestradas otras 251 (según cifras israelíes), la respuesta militar israelí en Gaza ha dejado más de 65,000 muertos, desplazado al 90% de la población y generado una crisis humanitaria sin precedentes, según datos del Ministerio de Salud gazatí, respaldados por agencias de la ONU.
Informes recientes sostienen que en Ciudad de Gaza se padece hambre extrema, al borde de la hambruna, y que la infraestructura local ha sido destruida en más del 70%.
Alemania y sus exportaciones de armas
Uno de los ejes más sensibles del debate gira en torno a las exportaciones de armas de Alemania hacia Israel. Aunque el canciller Friedrich Merz anunció hace un mes que se congelarían las exportaciones de equipos que puedan ser usados en Gaza, los manifestantes demandan un embargo total y permanente.
Según la agencia dpa, Alemania fue el segundo mayor proveedor de armas a Israel en 2022, solo por detrás de Estados Unidos.
“Exportar armas a un país en guerra activa, en un contexto donde se denuncian crímenes de guerra, es inadmisible”, denunció el portavoz del colectivo Berlín por Palestina.
Tensiones en la capital alemana
La policía desplegó unos 1,800 agentes en la marcha, algunos en puntos estratégicos, para evitar enfrentamientos entre bandos con posturas antagónicas. En efecto, una contramarcha organizada por unos 100 manifestantes pro-Israel también tuvo lugar simultáneamente, bajo consignas contra el antisemitismo.
Se registraron algunos conatos de enfrentamiento entre ambos grupos, aunque no hubo reportes significativos de violencia. RBB, la cadena pública de Berlín, informó que las intervenciones policiales se concentraron en puntos donde convergieron ambos grupos.
Una protesta internacional
Las calles de otras grandes ciudades europeas también han sido testigo de movilizaciones similares. En París, Londres, Estocolmo, Ámsterdam y Roma han salido miles de personas —muchas veces desafiando la censura o prohibición de este tipo de eventos— a exigir el fin de la guerra, la protección de civiles y una reestructuración de la política exterior europea hacia Israel.
La fractura europea: ¿un nuevo paradigma?
La postura europea respecto al conflicto árabe-israelí ha estado históricamente fragmentada. Por un lado, países como Alemania, Austria y Hungría han mostrado un sesgo más pro-israelí. Por otro, Francia, España, e incluso Irlanda y Bélgica han alentado un enfoque más equilibrado, con llamados a sanciones y el reconocimiento del Estado palestino.
76 países en todo el mundo reconocen actualmente a Palestina como Estado soberano, mientras que países como Alemania aún lo rechazan.
“All Eyes on Gaza”: un lema global
El hashtag y lema “All Eyes on Gaza” ha inundado redes sociales durante los últimos meses, especialmente con la viralización de imágenes, testimonios y llamadas a la solidaridad que incluyen desde celebridades hasta ONGs y ciudadanos de pie. La idea de movilizarse masivamente en pueblos y ciudades lejos del conflicto busca presionar a los gobiernos occidentales, especialmente a la Unión Europea, ante lo que muchos consideran una hipocresía moral.
¿Responsabilidad histórica o complicidad contemporánea?
Un sector cada vez más amplio de la población alemana, especialmente entre los jóvenes nacidos después del 2000, plantea una pregunta incómoda: ¿hasta qué punto la responsabilidad histórica hacia el pueblo judío justifica un respaldo político o militar a un Estado que hoy es acusado de crímenes de guerra?
Esta inquietud ha despertado numerosas tensiones entre las nuevas generaciones y las políticas tradicionales de los partidos de derecha y centro. Partidos como Die Linke (La Izquierda) y sectores progresistas de Los Verdes han sugerido revisar la política exterior alemana en torno al conflicto.
Una nueva política alemana en la encrucijada
Con elecciones parlamentarias anticipadas en el horizonte, y una creciente presión social e internacional, es probable que este tema se convierta en eje central de los próximos debates. Mientras tanto, activistas en Berlín ya anuncian nuevas protestas y campañas, y Alemania vuelve a ocupar el centro de una discusión cuya raíz profunda nunca fue superada del todo: su lugar en la historia y su papel frente al Estado de Israel.