En la ONU, el Medio Oriente exige justicia: la presión árabe contra la guerra en Gaza
Arabia Saudita, Egipto, Omán y Emiratos Árabes Unidos acusan a Israel de crímenes de guerra y piden la creación inmediata del Estado palestino
Una región al borde del colapso
Durante la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en septiembre de 2025, los líderes del Medio Oriente tomaron una postura tajante y coordinada contra la guerra en Gaza. Países como Egipto, Arabia Saudita, Omán y Emiratos Árabes Unidos se presentaron con un mensaje unificado: la situación en su región ha superado los límites de lo tolerable. Cada uno de sus representantes denunció no solo la ofensiva israelí contra Gaza, sino también la pasividad—o incluso complicidad—de la comunidad internacional ante lo que consideran una catástrofe humanitaria y una violación flagrante del derecho internacional.
Egipto: "Este conflicto está devorando a la región"
El canciller egipcio, Badr Abdelatty, arremetió contra la comunidad internacional por "permanecer como espectadora" mientras "se cometen violaciones sistemáticas del derecho internacional". Recordó la histórica visita del presidente Anwar Sadat a Israel en 1977 como símbolo de esperanza, pero lamentó que más de cuatro décadas después, la paz esté tan lejana como entonces.
“La guerra desenfrenada e injusta de Israel contra civiles indefensos se perpetra sin responsabilidad alguna”, dijo Abdelatty en un discurso contundente, donde acusó a Israel de cometer un genocidio —acusación que Israel niega enfáticamente—. Más aún, sostuvo que sin una Palestina independiente, nunca habrá paz duradera ni estabilidad en la región.
Arabia Saudita: "Un conflicto que amenaza al mundo entero"
El príncipe Faisal bin Farhan, ministro de Exteriores saudí, insistió en que el único camino hacia la paz es la solución de dos Estados, afirmando que continuar ignorando este punto solo escalará las tensiones y multiplicará crímenes de guerra.
Arabia Saudita se ha convertido en un actor clave al liderar una coalición internacional junto con Noruega y la Unión Europea para formalizar esta solución. «Cada país que reconoce a Palestina contribuye a la creación de una paz justa y duradera en el Medio Oriente. Casi 160 naciones ya lo han hecho», señaló el ministro saudí.
Farhan no solo se limitó a Gaza, también denunció ataques de Israel contra Qatar y pidió medidas internacionales para frenar lo que describió como un “comportamiento criminal que amenaza la paz regional y global.”
Omán: "Basta ya de destrucción y hambre"
El canciller omaní Badr bin Hamad al-Busaidi hizo un llamado para que el mundo ejerza presión efectiva sobre Israel. Acusó a Israel de mantener políticas de hambre forzada, bloqueo y ocupación ilegal, y solicitó sanciones contra Israel por lo que calificó como "transgresiones contra la soberanía de otros Estados".
Omán, que ha servido como mediador en conversaciones entre EE. UU. e Irán, adoptó un tono propositivo al exigir una "campaña global por la paz". Su propuesta incluye el levantamiento del bloqueo a Gaza y el reconocimiento sin condiciones del Estado palestino.
Emiratos Árabes Unidos: "Ni los crímenes de Hamas ni los de Israel se pueden justificar"
La viceministra de Asuntos Exteriores emiratí, Lana Nusseibeh, se destacó por un enfoque más global y matizado. Aunque condenó el actuar de Hamás, dejó claro que “no hay justificación para asesinar o desplazar a decenas de miles de civiles”. También criticó las ambiciones expansionistas de Israel y su amenaza de anexar Cisjordania.
Los Emiratos Árabes Unidos han intentado erigirse como una fuerza de mediación internacional. Señaló su papel en intercambios de prisioneros entre Rusia y Ucrania y su participación en soluciones a conflictos en Armenia, Asia del Sur y África. “Nuestro objetivo no es gestionar los conflictos, sino resolverlos de manera sostenible,” afirmó Nusseibeh.
Además, se jactó de que los Emiratos son actualmente el mayor donante de ayuda humanitaria para Gaza.
Un esfuerzo coordinado para presionar a las potencias
Las cuatro potencias árabes abordaron en sus discursos el fracaso de la ONU y su Consejo de Seguridad para ejercer presión efectiva sobre Israel. Denunciaron que el organismo ha sido incapaz de lograr un cese al fuego duradero ni de garantizar mecanismos mínimos de ayuda humanitaria.
En particular, Egipto y Arabia Saudita, que han actuado como mediadores junto con Estados Unidos y Qatar, pidieron una acción decisiva. Pero la frustración fue evidente: no hay avances concretos mientras el número de víctimas palestinas supera las 35,000 personas desde el inicio de los recientes enfrentamientos en 2023, según datos de fuentes médicas en Gaza.
Contexto regional: un polvorín en múltiples frentes
Los ministros también se refirieron al resto de las crisis que desangran la región:
- Siria y Líbano: continuas violaciones del espacio aéreo y ataques israelíes.
- Sudán: una guerra civil que ha expulsado a millones y destruyó su infraestructura nacional.
- Yemen: un estancamiento que perdura entre el gobierno reconocido internacionalmente y los hutíes.
- Libia: una nación dividida y sin ruta clara hacia elecciones libres.
Egipto fue enfático: “Israel no puede aspirar a seguridad si sus vecinos viven en la desesperación.”
Israel responde: Netanyahu endurece postura
Frente a esta oleada de críticas, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu mantuvo un discurso desafiante. En la ONU declaró que “Israel debe terminar el trabajo en Gaza”, haciendo referencia a la respuesta a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que se cobraron la vida de 1,200 israelíes y dejaron 250 rehenes.
Netanyahu descartó cualquier posibilidad inmediata de cesar el fuego y reafirmó su intención de tomar el control total de toda la Franja de Gaza. Su postura lo ha aislado internacionalmente, incluyendo fuertes críticas incluso de aliados tradicionales como Francia, Irlanda y, en ciertos sectores, de Estados Unidos.
¿Estamos ante un cambio de paradigma en el apoyo internacional a Israel?
Muchos analistas consideran que el discurso árabe unificado en Nueva York podría marcar un punto de inflexión diplomático. Los recientes reconocimientos al Estado Palestino por parte de más de 10 países durante la asamblea, aunados a la presión de potencias emergentes como Brasil, India y Sudáfrica, muestran que el mundo político ya no se divide tan fácilmente entre “aliados de Israel” o “partidarios palestinos”.
Se trata de una lucha contra la impunidad percibida, en una era donde la globalización de la información permite que las imágenes de la muerte, el hambre y la destrucción en Gaza inunden las redes sociales en segundos.
La comunidad internacional, incluyendo voces desde el hemisferio occidental, como las de México, Argentina y Chile, han comenzado a sumarse a las exigencias de un alto al fuego inmediato y negociaciones reales hacia la solución de dos estados.
Impacto en la geopolítica global
Los discursos en la ONU no solo reflejan una grieta entre Israel y el mundo árabe, sino un cambio más amplio en los equilibrios de poder global. Rusia y China, por ejemplo, apoyan abiertamente la solicitud de Palestina de reconocimiento universal y piden reformas al Consejo de Seguridad para limitar el uso del veto por parte de Estados Unidos en cuestiones centrales como esta.
Mientras tanto, Estados Unidos se encuentra en una posición incómoda. Aunque ha sido un histórico aliado de Israel, también enfrenta una presión social interna y diplomática externa sin precedentes para moderar su respaldo total, especialmente tras múltiples informes de organizaciones humanitarias sobre bombardeos masivos en zonas densamente urbanas.
La esperanza de una diplomacia funcional yace, entonces, en si los líderes del mundo son capaces de transformar sus palabras en acciones significativas. La próxima reunión del Consejo de Seguridad, donde se debatirá una resolución vinculante para crear un Estado Palestino soberano, probará realmente si este momento simbólico puede convertirse en uno histórico.