Furia, bengalas y tablas: el ardiente empate entre Union Berlin y Hamburgo desata la pasión ultra

El fútbol quedó en segundo plano mientras las hinchadas encendieron el estadio con tifos, cánticos y fuegos artificiales en un duelo sin goles, pero con mucha pólvora emocional

La Bundesliga vivió un domingo inolvidable no precisamente por los goles, sino por la intensidad y el espectáculo ofrecido por las hinchadas. El duelo entre Union Berlin y Hamburger SV, que terminó con un empate 0-0, será recordado como una explosión de pasión ultra, humo y simbolismo, más que por lo ocurrido en el campo de juego. Si bien hubo fútbol —y un penal atajado incluso—, lo más vibrante se sintió en las gradas.

El resultado: secundaria, la historia fue otra

El partido se disputó en el estadio An der Alten Försterei, un recinto conocido por su intimidad y conexión con la afición local. En lo puramente futbolístico, el encuentro dejó poco que destacar: Daniel Heuer Fernandes, arquero del Hamburgo, detuvo un penal temprano a Andrej Ilić en lo que sería la ocasión más clara de todo el partido.

Pero mientras la pelota rodaba con dificultad en un partido tenso y compartido en el medio campo, el verdadero teatro de operaciones estaba en las tribunas.

Una entrada teatral desde el bosque

Los ultras de Union Berlin no ocuparon sus puestos al inicio del partido. Fue hasta el minuto 17 que hicieron su ingreso en bloque al “Bosqueside” (Grada del Bosque), desatando un rugido con impacto sísmico. Curiosamente, el penal que erró Ilić ocurrió antes de su llegada, como si los astros se resistieran al gol sin ellos allí.

Poco después, los ultras visitantes de Hamburgo hicieron también presencia con un cántico poderoso y una coreografía impecable. Todo hacía prever que el verdadero espectáculo apenas comenzaba.

"Shout it out with pride": tifo, bengalas y humo

En la segunda mitad, los ultras de Hamburgo desplegaron una gigantesca pancarta con su escudo y el mensaje: "Shout it out with pride if you carry this love inside". Un himno al orgullo, la fidelidad y el amor por el club.

Union Berlin respondió con una performance calculada al milímetro: una cuenta regresiva seguida por una tormenta de bengalas, luces y color. Toda la Grada del Bosque ardió en rojo. La exhibición pirotécnica fue tan masiva que generó una densa nube de humo suspendida durante minutos, obligando al árbitro a detener el partido temporalmente.

Fue una escena medieval en pleno siglo XXI: un templo del fútbol popular ardiendo en luces y cánticos.

La guerra simbólica no terminó ahí

Hamburgo, no dispuesto a dejarse eclipsar, lanzó su propio arsenal de bengalas poco después. Más humo, más fuego, más ruido. Una batalla estética en las alturas mientras el campo de juego ofrecía poco.

Curiosamente, la tensión radicalizada en las gradas mantuvo dentro de un marco relativamente pacífico, sin incidentes violentos registrados. Pero el mensaje era claro: el fútbol no sólo se juega con los pies, también con la garganta y el alma.

Un duelo con su peso histórico

El partido del domingo fue apenas el cuarto enfrentamiento oficial entre Union Berlin y Hamburg SV. El más relevante fue la final del Campeonato Alemán en 1923, cuando el Union —por entonces llamado SC Union Oberschöneweide— cayó 3-0 ante un Hamburgo que comenzaba su era dorada. Aquella victoria fue el primero de los seis títulos nacionales del HSV.

Desde entonces, ambos clubes han transitado caminos diversos. Union Berlin, símbolo de resistencia en Berlín Oriental, se ha consolidado en primera división gracias al empuje de sus seguidores y un modelo de gestión participativo. Hamburgo, por su parte, vive entre el recuerdo de su gloria y la esperanza del regreso tras su descenso histórico en la temporada 2017-2018.

Fabián Vieira fuera: la roja que ensució el final

La tensión del duelo subió un escalón en el tiempo añadido cuando el mediocampista del Hamburgo, Fabio Vieira, fue expulsado por una dura entrada sobre Leopold Querfeld. Fue un final caliente para un partido que tuvo más llamas fuera que dentro del rectángulo de juego.

La Bundesliga y su pulso cultural: entre lo corporativo y lo tribal

Lo sucedido en Berlín recuerda una gran particularidad del fútbol alemán: la riqueza cultural de sus hinchadas y el fenómeno social de los "ultras". Alemania, a diferencia de otras ligas, conserva en muchos de sus clubes el espíritu popular gracias a la regla del 50+1, que limita el control externo de los clubes por parte de inversores privados.

Union Berlin es punta de lanza de este modelo: planes hechos con los socios, remodelaciones del estadio completadas con mano de obra voluntaria y una cultura profundamente anticomercial en su base. Hamburgo, pese a ser un club más tradicional y mediático, mantiene también una hinchada activa e ideológicamente diferenciada.

¿Deporte o ritual?

El domingo en Berlín, el fútbol fue el contexto, pero no la historia principal. Fue un ritual tribal moderno, donde comunidades expresaron identidad, historia, orgullo y territorio. En tiempos donde la televisión y los patrocinios gobernaban, Unión y Hamburgo trajeron un recordatorio poderoso: sin hinchas, el fútbol es solo entretenimiento; con ellos, es cultura viva.

Y aunque el marcador final diga 0-0, para muchos, este fue un partido inolvidable.

Foto: Berlin’s Oliver Burke, left, and Hamburger’s Miro Muheim en accion en el partido entre FC Union Berlin y Hamburger SV – 28 de septiembre de 2025 – Soeren Stache/dpa

Este artículo fue redactado con información de Associated Press