Micah Parsons y su regreso a Dallas: más que solo un juego

El traspaso estrella a los Green Bay Packers reaviva tensiones, cuestiona decisiones y redefine el rol de los defensores en la NFL

Micah Parsons en Green Bay: un inicio con impacto

Cuando los Dallas Cowboys decidieron traspasar a su joya defensiva, Micah Parsons, a los Green Bay Packers, más de uno se quedó boquiabierto. Parsons era uno de los pilares del equipo tejano desde su llegada en 2021, cuando fue elegido Defensive Rookie of the Year de la NFL. Tras cuatro temporadas, múltiples nominaciones al Pro Bowl y dos selecciones All-Pro, los Cowboys decidieron prescindir de sus servicios en medio de una disputa contractual. ¿El resultado? Un acuerdo récord de 188 millones de dólares por cuatro años con Green Bay, el mayor contrato anual para un jugador defensivo en la historia de la liga.

Con apenas unos partidos bajo el esquema defensivo de los Packers, el impacto de Parsons ya comienza a sentirse. Lleva 1.5 capturas en los primeros tres encuentros, pero más allá del número, su presencia ha revitalizado una defensa que el año pasado ocupó el puesto 17 en presión al mariscal.

Dallas, sin Parsons: una defensa desarmada

Por el contrario, en Dallas los efectos secundarios del traspaso son evidentes. Los Cowboys son actualmente la defensa número 32 en la liga contra el pase. Además de la evidente caída en estadísticas, los aficionados no dejan de responsabilizar al propietario Jerry Jones, quien fue incapaz de cerrar un acuerdo con el agente de Parsons, David Mulugheta. En su programa de radio, Jones reconoció que hubo un entendimiento verbal, pero admitió no haber negociado con el agente del jugador. Un error mayúsculo considerando la magnitud del contrato y del atleta.

"Pensé que teníamos un trato", alegó Jones. "Le ofrecí 40.5 millones por temporada y creía que eso cerraría la negociación. Micah me dijo que sí. Pero luego su agente insistió en renegociar por más. Y así acabó todo".

El regreso a casa: ¿honores o silencio?

Este domingo, Parsons volverá a AT&T Stadium, aunque ahora con otro uniforme. Y aunque uno esperaría una ovación o al menos un video homenaje, Jerry Jones descartó esta última opción. "Le deseo lo mejor... menos este fin de semana", sentenció. Aun así, muchos esperan ver en las gradas camisetas del número 11, tal vez modificadas con protestas, quizás como recuerdo nostálgico de lo que fue.

Micah y Dak: viejos amigos, nuevos enemigos

El duelo enciende un morbo deportivo inevitable: Micah enfrentará al hombre que alguna vez defendía, su ex compañero y líder ofensivo, Dak Prescott. En declaraciones previas, Parsons dijo que le dolería capturarlo. "Él fue mi mentor", confesó. Mientras que Dak respondió: "Espero que no me atrape… y que no le duela tampoco".

Más allá de lo personal, Micah sabe que el partido es clave. "Primetime. Rival difícil. Hay que darlo todo. Quiero ser el mejor, y eso significa aparecer en estos partidos", explicó el linebacker. Los Packers (2-1) visitan a unos Cowboys (1-2) llenos de dudas y con aspiraciones de postemporada que ya comienzan a tambalear.

Miami y Dallas: caminos en contraste

Mientras tanto, en otras partes de la liga, los Miami Dolphins atraviesan su propio calvario defensivo. En tres partidos han permitido más de 30 puntos y son los coleros en puntos recibidos. Su coordinador defensivo, Anthony Weaver, habló con pasión ante la prensa: "Sé sonreír, pero soy de la vieja escuela. Hay que jugar con violencia controlada. Con voluntad. Con caos", exclamó.

La comparación entre el estilo agresivo que predica Weaver y la pasividad defensiva actual en Dallas solo profundiza el debate: ¿se puede ganar sin defensores dominantes como Parsons? ¿Podía Dallas haber evitado este declive apostando fuerte por retenerlo?

Estadísticas que duelen (o inspiran)

  • Micah Parsons tiene 40.5 capturas en su carrera, más que cualquier otro jugador en sus primeras tres temporadas desde 1990.
  • Los Cowboys están permitiendo 276 yardas de pase por juego esta temporada: peores números desde 2013.
  • Green Bay ha subido seis puestos en presión defensiva con respecto al año pasado.
  • Parsons fue elegido dos veces All-Pro y tres veces al Pro Bowl.
  • El contrato de Parsons (47M anual) lo supera solo el de Patrick Mahomes como el jugador mejor pagado en la liga.

¿Un cambio de paradigma?

Con el histórico contrato firmado y su rendimiento inmediato en un nuevo equipo, el caso de Micah Parsons podría convertirse en una advertencia: los defensores dominantes también marcan el rumbo de un equipo. En una liga obsesionada con los quarterbacks, tal vez sea hora de valorar con el mismo nivel a jugadores que te cambian el destino desde la trinchera contraria.

En un contexto donde franquicias como los Dolphins luchan para encontrar identidad, o los Cowboys buscan respuestas a la caída libre, Parsons emerge como símbolo de lo que ocurre cuando se infravalora el talento y se sobreestima el control directivo.

El domingo en la noche veremos mucho más que una jugada o una captura. Veremos una declaración. Un alegato en el campo. Y quizás, veremos a un viejo Cowboy cabalgar una vez más, aunque esta vez, contra su antigua ciudad.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press